La investigación en gestión del riesgo de desastres

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21.12.2016 Views

Innova | Boletín informativo del IEMP - Instituto de Estudios del Ministerio Público •• Cómo es el tratamiento que se da a los registros de las redes de monitoreo de fenómenos, a las zonificaciones de amenaza, las fórmulas que se emplean, los diseños de ingeniería que se proponen y poder evidenciar si estos pueden «decir todo o casi nada» (Latour, 1990, P. 82). •• Cuáles son los lugares de enunciación de comunidades, académicos, consultores y funcionarios, qué alianzas se establecen, cómo se transmite y reconoce la autoridad frente a lo que se enuncia. Es decir, qué movilizaciones, agrupaciones, intereses y tendencias se presentan, por qué y para qué. •• Qué nuevos objetos o propiedades de objetos existentes surgen, cuánto tiempo permanecen, qué hacen visible, qué combinan entre sí. El ensamble de estos «agenciamientos», que conforman híbridos, permite pensar en el riesgo de otra manera pues se hace visible la potencia que entrañan. El poder de los híbridos o cadena de asociaciones de humanos y no humanos está no en «una idea que se hace realidad, sino en una traducción que transforma completamente a todo aquello que arrastra… la cual tiene que ver con la inclusión en las narrativas, no solo de lo real, sino también de lo posible, lo irreal, lo realizable, lo deseable, lo utópico, lo absurdo, lo razonable o lo costoso» (ibíd., p. 125). Las creencias irracionales sobre el riesgo de desastres En el marco de la importancia de las narrativas, un cuarto aspecto de análisis son las creencias sobre el riesgo y la pregunta es: ¿qué lugar y rol se les da a las narrativas de lo irreal, imposible, utópico y deseable? Un par de narrativas adaptadas puede ilustrar por qué es necesario darles voz, desde un principio de simetría: Fuente: elaboración propia Foto : https://es.wikipedia.org/wiki/Terremoto_del_ oc%C3%A9ano_%C3%8Dndico_de_2004 Foto : http://www.bbc.co.uk/staticarchive/7e722b716 6b87ef6a01edbc91c0898fd1611a070.jpg Foto : http://www.eluniversal.com.co/colombia/30-anosdespues-de-la-tragedia-armero-sigue-oliendo-flores-210909 El tsunami asiático ocurrido en la madrugada del 26 de diciembre de 2004 asoló varios países de la región: Sumatra, Indonesia, Tahilandia, Sri Lanka, India y las Islas Maldivias. Allí era donde se concentraba una multitud de turistas procedentes de todos los países del mundo en búsqueda de placeres sexuales ilícitos, como la prostitución, pederastia, pornografía, homosexualidad, drogadicción, embriaguez, etc. Murieron 200 000 personas de 34 nacionalidades distintas, que estaban pecando sin respetar la fecha del Nacimiento del Salvador y Redentor Nuestro Señor Jesucristo. Murieron ahogadas bajo las olas de más de diez metros de altura. Es conveniente decir que también murieron muchas víctimas totalmente inocentes. Con el terrible terremoto de Haití, me viene a la memoria una imagen que representa la triste y desgraciada realidad: la pobreza, la esclavitud, el hambre, la plaga del Sida (de allí salió hacia ee. uu. y el mundo), los tres huracanes del 2008 que dejaron un millar de muertos. ¿A qué se debe tanta desgracia? No podemos echarles la culpa a los conquistadores españoles, ni a los colonos franceses, ni tampoco a los ee. uu., pues a pesar de ser la primera colonia europea en obtener la independencia, desde entonces lleva los no pocos 200 años de una terrible maldición, que subyace en las profundidades del satanismo y la magia negra como segura causa primigenia. Es el único país consagrado al demonio, y donde se le sigue rindiendo culto a él y a sus huestes satánicas en las diversas modalidades del vudú y la santería. La catástrofe de Armero sepultó a 20 000 seres humanos. Algunos supervivientes recordaron la maldición del padre Pedro María Martínez. El 9 de abril de 1948 cuando las noticias informaban sobre «El Bogotazo» una horda de violentos atacó al sacerdote, lo asesinaron a machetazos y lo arrastraron hasta el cementerio. Lo mataron porque en Armero se concentraban prostíbulos y el sacerdote exhortaba al pueblo a la conversión. De hecho, varias prostitutas bailaron alrededor del cadáver y una multitud iba a asesinar a seis monjas que querían impedir la danza macabra. El arzobispo declaró la parroquia en entredicho y excomulgó a los asesinos. Cuadro 1 y 2 adaptados de https://radiocristiandad.wordpress.com/2010/02/08/la-cara-oculta-del-terremoto-de-haiti/ Cuadro 3 adaptado de la entrevista al antropólogo y profesor universitario Leonardo Nieto en la emisora Blu Radio. 6 »

| número 27 | octubre de 2016 ¿Qué lugar le darían los centros de cálculo asociados al riesgo de desastres a estos tres ejemplos? ¿Cómo es que se produce la realidad de Haití por fuera de la noción de haber sido la colonia más próspera de Europa? ¿Cómo ocurre lo propio en Armero por fuera del contexto político de una guerra civil en Colombia o de una misión italiana que un año antes anunció lo que iba a pasar? Se esperaría que fuera fácilmente comprensible y explicable desde las ciencias sociales; sin embargo, esas narrativas, ciertas o no, tampoco tienen un lugar, aunque están presentes en la memoria y en las creencias. Desde la teoría cultural, Mary Douglas establece que es rara la comunidad que no echa la culpa de sus desgracias y estas, a la vez, actúan como palanca para elevar el nivel de solidaridad; esta tesis «es una extensión de la tesis de Durkheim acerca de los usos políticos del crimen hacia los usos políticos de la desgracia» (Douglas, 1992. p. 6). Durkheim entiende el crimen como: (…) el acto que ofende estados fuertes y precisos de la conciencia colectiva, y al criminal como un agente imprescindible para la revitalización de la cohesión social por cuanto su punición posibilita la reafirmación normativa del lazo social. Para él, el castigo penal constituye un ritual público y violento que, interpelando sentimientos y creencias comunes, ratifica la posición trascendente de los valores en los que un conjunto se reconoce como tal (Durkheim, 1986) citado en (Tonkonoff Costantin, 2012. p. 112). En este sentido, las personas que forman una comunidad no es que decidan conscientemente tener uno u otro patrón de culpa, sino que los peligros que afectan su vida e integridad física se dibujan en diálogos que van constituyéndose espontáneamente y que se decantan en patrones y creencias puntuales. La Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina, uno de los actantes más importantes en la transformación conceptual del tema en Colombia y Latinoamérica, en una de sus publicaciones del sitio web, 6 1 indica que para entender, prevenir y recuperarse de los desastres es necesario desprenderse de una serie de malinterpretaciones que turban las mentes e impiden actuar acertadamente, de esa «deformación» de «suponer que el desastre se debe a fuerzas naturales poderosas o sobrenaturales que actúan irremediablemente contra los humanos» y de «conciencia mágica» que transfiere la causa de los acontecimientos reales y cotidianos hacia un nivel suprahumano, imposible de penetrar racionalmente, que puede ser un dios o algo semejante. Las creencias no tienen voz porque son irracionales e ilógicas a la luz del conocimiento científico. Pero, por qué y para qué anular, desconocer e invisibilizar esta carga sociocultural cuando se piensa en el riesgo de desastres, cómo lograr interesar sin ellas. Es necesario rescatar el carácter político activo de la participación ciudadana y el llamado a los académicos y políticos, que son los autorizados para decidir y tomar decisiones, para que incorporen a quienes va dirigido el conocimiento que producen. A la luz de estos sencillos ejemplos, el lugar de la 6 Recuperado de (2016, 16 de agosto) http://www.desenredando.org/public/libros/1993/ldnsn/html/cap1.htm Recuperado de (2016, 17 de agosto) https://goo.gl/DVjPZv asamblea quizá no sea solo la academia o los centros de cálculo sino la iglesia, el supermercado o los confesionarios, pues la realidad no es estática sino que, por el contrario, está permanentemente haciéndose y rehaciéndose, con o sin religión, con o sin maldiciones, con o sin investigación. La multiplicidad de realidades producidas por la gente, algunas impensables y otras invisibles, así como las producidas a través de aparatos, redes, conceptos técnicos, se ensamblan y de manera generativa producen lo que esta aquí o presente, lo que está ausente pero manifiesto y lo que está ausente pero que es otro, a saber: oculto, reprimido o no interesante. En suma se trata de, por una parte, dar curso a una perspectiva «transdisciplinar» de los análisis de riesgos, en donde se aplique el principio de simetría, que permita superar las dicotomías, principalmente la de naturaleza y cultura que han separado los conocimientos exactos y el poder que entrañan, que han puesto a un lado el conocimiento de las cosas, y al otro el interés, el poder y la política. También de darle cabida a las redes que siendo reales, colectivas y discursivas permiten atar naturaleza y cultura (Latour, 1991 – 2007). Se trata de hacer visibles los engranajes, las redes que se mueven y producen un orden social, situado y relacional. Pero, además, lo más importante es identificar elementos que permitan superar lo que Jasanoff (2004) denomina las tecnologías de la arrogancia en científicos, los técnicos y los expertos dado que cuando hablan a nombre de los fenómenos naturales, los representan en un sentido político y técnico marcando explícitamente quiénes son los que lo pueden decir, dejando a su paso de una vez claro que todo conocimiento distinto a su lugar de enunciación es irracional e ilógico. Dificultades en la aplicación del conocimiento Dicho lo anterior, en el contexto de la gestión del riesgo de desastres esto es fundamental pues existen amplias brechas entre la producción de conocimiento científico y su aplicación en las políticas públicas. Spiekermann y colaboradores (2015) han identificado que existen barreras en la copro- «(…) aunque ha aumentado la producción de conocimiento sobre riesgos de desastre, la toma de decisiones a partir de ella aún es muy baja a la vez que siguen aumentando las pérdidas asociadas (Spiekermann et al., 2015)». Imagen de Ocha Colombia (Candelaria, Atlántico), inundación por ruptura del canal del Dique (2010). » 7

| número 27 | octubre <strong>de</strong> 2016<br />

¿Qué lugar le darían los<br />

c<strong>en</strong>tros <strong>de</strong> cálculo asociados<br />

al <strong>riesgo</strong> <strong>de</strong> <strong>de</strong>sastres a estos<br />

tres ejemplos? ¿Cómo es que<br />

se produce la realidad <strong>de</strong> Haití<br />

por fuera <strong>de</strong> la noción <strong>de</strong> haber<br />

sido la colonia más próspera <strong>de</strong><br />

Europa? ¿Cómo ocurre lo propio<br />

<strong>en</strong> Armero por fuera <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

contexto político <strong>de</strong> una guerra<br />

civil <strong>en</strong> Colombia o <strong>de</strong> una misión<br />

italiana que un año antes<br />

anunció lo que iba a pasar? Se<br />

esperaría que fuera fácilm<strong>en</strong>te<br />

compr<strong>en</strong>sible y explicable <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

las ci<strong>en</strong>cias sociales; sin embargo,<br />

esas narrativas, ciertas o<br />

no, tampoco ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un lugar,<br />

aunque están pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> la<br />

memoria y <strong>en</strong> las cre<strong>en</strong>cias.<br />

Des<strong>de</strong> la teoría cultural,<br />

Mary Douglas establece que es<br />

rara la comunidad que no echa<br />

la culpa <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>sgracias y estas,<br />

a la vez, actúan como palanca<br />

para elevar el nivel <strong>de</strong> solidaridad;<br />

esta tesis «es una ext<strong>en</strong>sión<br />

<strong>de</strong> la tesis <strong>de</strong> Durkheim acerca<br />

<strong>de</strong> los usos políticos <strong><strong>de</strong>l</strong> crim<strong>en</strong><br />

hacia los usos políticos <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>sgracia» (Douglas, 1992. p. 6).<br />

Durkheim <strong>en</strong>ti<strong>en</strong><strong>de</strong> el crim<strong>en</strong><br />

como:<br />

(…) el acto que of<strong>en</strong><strong>de</strong><br />

estados fuertes y precisos <strong>de</strong> la<br />

conci<strong>en</strong>cia colectiva, y al criminal<br />

como un ag<strong>en</strong>te imprescindible<br />

para la revitalización <strong>de</strong> la<br />

cohesión social por cuanto su<br />

punición posibilita la reafirmación<br />

normativa <strong><strong>de</strong>l</strong> lazo social.<br />

Para él, el castigo p<strong>en</strong>al constituye<br />

un ritual público y viol<strong>en</strong>to<br />

que, interpelando s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos<br />

y cre<strong>en</strong>cias comunes, ratifica la<br />

posición trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te <strong>de</strong> los<br />

valores <strong>en</strong> los que un conjunto<br />

se reconoce como tal (Durkheim,<br />

1986) citado <strong>en</strong> (Tonkonoff<br />

Costantin, 2012. p. 112).<br />

En este s<strong>en</strong>tido, las personas<br />

que forman una comunidad<br />

no es que <strong>de</strong>cidan<br />

consci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te t<strong>en</strong>er uno u<br />

otro patrón <strong>de</strong> culpa, sino que<br />

los peligros que afectan su vida<br />

e integridad física se dibujan<br />

<strong>en</strong> diálogos que van constituyéndose<br />

espontáneam<strong>en</strong>te y<br />

que se <strong>de</strong>cantan <strong>en</strong> patrones y<br />

cre<strong>en</strong>cias puntuales.<br />

<strong>La</strong> Red <strong>de</strong> Estudios Sociales<br />

<strong>en</strong> Prev<strong>en</strong>ción <strong>de</strong> Desastres<br />

<strong>en</strong> América <strong>La</strong>tina, uno <strong>de</strong> los<br />

actantes más importantes <strong>en</strong><br />

la transformación conceptual<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> tema <strong>en</strong> Colombia y <strong>La</strong>tinoamérica,<br />

<strong>en</strong> una <strong>de</strong> sus publicaciones<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> sitio web, 6 1 indica<br />

que para <strong>en</strong>t<strong>en</strong><strong>de</strong>r, prev<strong>en</strong>ir y<br />

recuperarse <strong>de</strong> los <strong>de</strong>sastres es<br />

necesario <strong>de</strong>spr<strong>en</strong><strong>de</strong>rse <strong>de</strong> una<br />

serie <strong>de</strong> malinterpretaciones<br />

que turban las m<strong>en</strong>tes e impid<strong>en</strong><br />

actuar acertadam<strong>en</strong>te,<br />

<strong>de</strong> esa «<strong>de</strong>formación» <strong>de</strong> «suponer<br />

que el <strong>de</strong>sastre se <strong>de</strong>be<br />

a fuerzas naturales po<strong>de</strong>rosas<br />

o sobr<strong>en</strong>aturales que actúan<br />

irremediablem<strong>en</strong>te contra los<br />

humanos» y <strong>de</strong> «conci<strong>en</strong>cia<br />

mágica» que transfiere la causa<br />

<strong>de</strong> los acontecimi<strong>en</strong>tos reales y<br />

cotidianos hacia un nivel suprahumano,<br />

imposible <strong>de</strong> p<strong>en</strong>etrar<br />

racionalm<strong>en</strong>te, que pue<strong>de</strong> ser<br />

un dios o algo semejante.<br />

<strong>La</strong>s cre<strong>en</strong>cias no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> voz<br />

porque son irracionales e ilógicas<br />

a la luz <strong><strong>de</strong>l</strong> conocimi<strong>en</strong>to<br />

ci<strong>en</strong>tífico. Pero, por qué y para<br />

qué anular, <strong>de</strong>sconocer e invisibilizar<br />

esta carga sociocultural<br />

cuando se pi<strong>en</strong>sa <strong>en</strong> el <strong>riesgo</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sastres, cómo lograr interesar<br />

sin ellas. Es necesario rescatar<br />

el carácter político activo <strong>de</strong><br />

la participación ciudadana y el<br />

llamado a los académicos y políticos,<br />

que son los autorizados<br />

para <strong>de</strong>cidir y tomar <strong>de</strong>cisiones,<br />

para que incorpor<strong>en</strong> a qui<strong>en</strong>es<br />

va dirigido el conocimi<strong>en</strong>to<br />

que produc<strong>en</strong>. A la luz <strong>de</strong> estos<br />

s<strong>en</strong>cillos ejemplos, el lugar <strong>de</strong> la<br />

6 Recuperado <strong>de</strong> (2016, 16 <strong>de</strong> agosto)<br />

http://www.<strong>de</strong>s<strong>en</strong>redando.org/public/libros/1993/ldnsn/html/cap1.htm<br />

Recuperado <strong>de</strong> (2016, 17 <strong>de</strong> agosto) https://goo.gl/DVjPZv<br />

asamblea quizá no sea solo la<br />

aca<strong>de</strong>mia o los c<strong>en</strong>tros <strong>de</strong> cálculo<br />

sino la iglesia, el supermercado<br />

o los confesionarios, pues<br />

la realidad no es estática sino<br />

que, por el contrario, está perman<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

haciéndose y<br />

rehaciéndose, con o sin religión,<br />

con o sin maldiciones, con o sin<br />

<strong>investigación</strong>.<br />

<strong>La</strong> multiplicidad <strong>de</strong> realida<strong>de</strong>s<br />

producidas por la g<strong>en</strong>te,<br />

algunas imp<strong>en</strong>sables y otras<br />

invisibles, así como las producidas<br />

a través <strong>de</strong> aparatos,<br />

re<strong>de</strong>s, conceptos técnicos, se<br />

<strong>en</strong>samblan y <strong>de</strong> manera g<strong>en</strong>erativa<br />

produc<strong>en</strong> lo que esta<br />

aquí o pres<strong>en</strong>te, lo que está aus<strong>en</strong>te<br />

pero manifiesto y lo que<br />

está aus<strong>en</strong>te pero que es otro,<br />

a saber: oculto, reprimido o no<br />

interesante.<br />

En suma se trata <strong>de</strong>, por<br />

una parte, dar curso a una perspectiva<br />

«transdisciplinar» <strong>de</strong><br />

los análisis <strong>de</strong> <strong>riesgo</strong>s, <strong>en</strong> don<strong>de</strong><br />

se aplique el principio <strong>de</strong> simetría,<br />

que permita superar las<br />

dicotomías, principalm<strong>en</strong>te la<br />

<strong>de</strong> naturaleza y cultura que han<br />

separado los conocimi<strong>en</strong>tos<br />

exactos y el po<strong>de</strong>r que <strong>en</strong>trañan,<br />

que han puesto a un lado<br />

el conocimi<strong>en</strong>to <strong>de</strong> las cosas, y<br />

al otro el interés, el po<strong>de</strong>r y la<br />

política. También <strong>de</strong> darle cabida<br />

a las re<strong>de</strong>s que si<strong>en</strong>do reales,<br />

colectivas y discursivas permit<strong>en</strong><br />

atar naturaleza y cultura<br />

(<strong>La</strong>tour, 1991 – 2007). Se trata<br />

<strong>de</strong> hacer visibles los <strong>en</strong>granajes,<br />

las re<strong>de</strong>s que se muev<strong>en</strong> y produc<strong>en</strong><br />

un ord<strong>en</strong> social, situado<br />

y relacional. Pero, a<strong>de</strong>más, lo<br />

más importante es id<strong>en</strong>tificar<br />

elem<strong>en</strong>tos que permitan superar<br />

lo que Jasanoff (2004)<br />

d<strong>en</strong>omina las tecnologías <strong>de</strong><br />

la arrogancia <strong>en</strong> ci<strong>en</strong>tíficos, los<br />

técnicos y los expertos dado<br />

que cuando hablan a nombre<br />

<strong>de</strong> los f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os naturales, los<br />

repres<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> un s<strong>en</strong>tido político<br />

y técnico marcando explícitam<strong>en</strong>te<br />

quiénes son los que<br />

lo pued<strong>en</strong> <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>jando a su<br />

paso <strong>de</strong> una vez claro que todo<br />

conocimi<strong>en</strong>to distinto a su lugar<br />

<strong>de</strong> <strong>en</strong>unciación es irracional<br />

e ilógico.<br />

Dificulta<strong>de</strong>s <strong>en</strong><br />

la aplicación <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

conocimi<strong>en</strong>to<br />

Dicho lo anterior, <strong>en</strong> el contexto<br />

<strong>de</strong> la <strong>gestión</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>riesgo</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sastres esto es fundam<strong>en</strong>tal<br />

pues exist<strong>en</strong> amplias brechas<br />

<strong>en</strong>tre la producción <strong>de</strong> conocimi<strong>en</strong>to<br />

ci<strong>en</strong>tífico y su aplicación<br />

<strong>en</strong> las políticas públicas.<br />

Spiekermann y colaboradores<br />

(2015) han id<strong>en</strong>tificado que<br />

exist<strong>en</strong> barreras <strong>en</strong> la copro-<br />

«(…) aunque ha aum<strong>en</strong>tado la producción <strong>de</strong> conocimi<strong>en</strong>to sobre <strong>riesgo</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>sastre, la<br />

toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones a partir <strong>de</strong> ella aún es muy baja a la vez que sigu<strong>en</strong> aum<strong>en</strong>tando las<br />

pérdidas asociadas (Spiekermann et al., 2015)». Imag<strong>en</strong> <strong>de</strong> Ocha Colombia (Can<strong><strong>de</strong>l</strong>aria,<br />

Atlántico), inundación por ruptura <strong><strong>de</strong>l</strong> canal <strong><strong>de</strong>l</strong> Dique (2010).<br />

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