Caminos Misión

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con rostro
“En salida”...
para CAMERÚN
y
Sor Mª Ángeles MESAS Y
MORALES nació en San Clemente
(Cuenca) el 10 de noviembre de
1944. Era hija única entre varios hermanos.
Entró en la Comunidad el 24
de septiembre de 1965. Su primer
destino fue en Cartagena, al Hogar, y
después en la Cruz Roja, también en
Cartagena. En 1983 parte para la Misión
en Camerún. Pasa un año en
España, agosto de 1991 a julio de
1992 y vuelve de nuevo a Camerún,
país que tanto quiso, hasta mayo de
2016 que vuelve a España para una
revisión médica. El diagnostico no
fue bueno y en poco tiempo partió
para el cielo.
Su servicio de Hija de la Caridad
lo desempeñó como enfermera
y como Hermana
Sirviente. En 1997
fue nombrada
Responsable Regional y en el 2000
pasó a ser la primera Visitadora de la
Provincia de Camerún hasta 2007,
siendo artífice principal en su constitución.
En esos años se abre el Seminario
de las Hijas de la Caridad y
comienzan las primeras vocaciones
nativas formadas en el país. Cumplido
el tiempo de su servicio como
Visitadora fue nombrada responsable
de un centro de salud y en 2012
responsable del stock de medicamentos
donde disfrutó mucho.
Era una persona serena, de
muy buen espíritu, se alegraba con
todo, le gustaba el canto, fuese en la
lengua que fuese y dicen que le gustaba
danzar.
Amaba su vocación y como
Visitadora destacó en su cercanía,
alegría y sencillez en el trato con
todos; fue muy querida. Tenía gran
compasión por las Hermanas que
pasaban por momentos difíciles y
por los Pobres que no tenían fuerzas
para superar sus problemas. Supo
compartir las alegrías y las penas de
los demás. No guardaba ningún
rencor. Tenía un gran amor a la
Compañía, muy generosa con las
Hermanas y con los pobres. Supo
trasmitir al Cristo que amaba a
los pobres.
En mayo de 2016, al no
encontrarse bien, se le recomendó
viniese a España para
una revisión médica. Una vez
que se le diagnosticó un tumor
en la cabeza, todo fue muy rápido.
Tan rápido, que falleció el 13 de
agosto, cuando la Comunidad de la
Casa Provincial “Madrid-Santa Luisa”,
concluía la Eucaristía.
Durante la enfermedad ha
sido un testimonio vivo para las personas
que estuvieron cerca de ella,
profesionales, familia, Hermanas.
Desde el momento que conoció el
diagnostico, manifestó un abandono
total a la voluntad de Dios, al mismo
tiempo que expresaba su deseo de
vivir. Abierta a la aplicación de todos
los medios aun cuando fuesen
arriesgados y motivo de sufrimiento.
La veíamos sufrir en silencio, siempre
sonriente y serena, agradecida, comunicaba
paz.
Desde el cielo nos acompaña
y de manera especial a su querida
misión de Camerún.
Hermanas de Camerún y Casa
Provincial “Madrid-Santa Luisa”.
6 Nº 146 Diciembre 2016