Excodra XXXIII: La soledad

EDITORIAL
La soledad… ¿quién no la ha sentido? ¿Quién no la ha rehuido,
maldecido, llorado, padecido? Sí, también, alguna vez, buscado…
como retiro, como alejamiento, casi siempre pensado como temporal
para volver después con la mente clara, alejando algún dolor, tratando
de comprender, porque ¿quién querría y por qué abandonar por siempre
la sociedad y la compañía de sus congéneres? Sería casi abandonar
la vida. Solos, nada somos, nada seríamos, nada habría sido, reproducción
sexual mediante... La soledad y la sociedad. El lenguaje y la propia
carne como vehículo y nexo para crear la compañía y forjar sociedades
que darán lenguajes que darán culturas que quedarán inmersas en una
identidad común siempre fluctuante. Y todo por ir de uno hacia el otro
saliendo de la soledad. A veces, hablando del lenguaje, nuestras palabras
generan la soledad en el otro y a veces, sino siempre, la palabra
nos saca de la propia soledad, produce la unión, el acercamiento, la
amistad, el amor. La soledad y el lenguaje. La soledad y el cariño y la
empatía y las afinidades. La soledad y la necesidad de sentir amor, de
darlo y de recibirlo. La soledad y el aislamiento. ¿Qué somos solos? De
esto hablamos en este Excodra XXXIII La soledad. La miramos desde
muchos lados, como siempre y así nos gusta, girando y volteando un
concepto para verlo desde todas las perspectivas que puedan componer
una totalidad, algunas veces con jovialidad, otras con desencanto, unas
veces ligeros, otras ahondando, pero siempre mirando, no cesando de
mirar para entender, en este caso, qué es eso de estar solos y de cómo
nuestro propio interior nos conduce hacia el otro y cuando no lo encuentra,
encuentra la quiebra, la grieta en la vida, el no estar, no pertenecer,
casi no ser. Pero nunca hay que desesperar y cuando la soledad
nos coja hay que saber salir de ella todo lo fortalecidos que podamos,
que lo haremos, pase el tiempo que tenga que pasar. Así que, pasen página
y pasen páginas, lo pasarán bien, estaremos acompañados. Todo
llega.
La soledad 5 Excodra XXXIII