Excodra XXXIII: La soledad

del exilio –que es personal pero también colectiva– como un corolario
brutal del terrorismo de estado ejecutado, sistemáticamente, por la dictadura
cívico­militar que se impuso en la Argentina entre 1976 y 1983.
Así, se inscriben en un conjunto muy amplio de textos dispares, producidos
dentro y fuera de nuestro país, a lo largo de más de tres décadas.
Sin embargo, vale la pena subrayar determinados rasgos propios, que
las recortan de la serie, las particularizan y las distinguen.
3
En la literatura de Tello, el exilio no es una mera categoría política,
por eso prefiere la palabra destierro para referirse a una circunstancia
no sólo biográfica sino también cultural, e incluso antropológica. Para
alguien que escribe desde el lenguaje, el alejamiento forzado de los
usos cotidianos de la lengua materna se volvió, al principio, extrañeza,
turbación, parálisis: “El destierro (…) me afectó profundamente como
creador en la medida que la palabra me crea y me identifica ante mí y
ante los demás; en la medida en que creo que pronunciar una palabra
es un acto de fundación” 4 . Como remedio, como respuesta artística al
distanciamiento compulsivo, (se) construyó una lengua para su escritura,
que es el sostén, el sustrato y la energía de su obra literaria.
Destierro designa una situación biográfica y cultural, una experiencia
drástica a partir de la cual Tello funda una poética. Hacerse un escritor
que escribe desde el lenguaje equivale a asumir la extranjería, a
desterritorializarse irremediablemente: “El que elige el oficio de escritor,
o acaso deba decir aquél que es elegido por él, se convierte en extranjero
desde el mismo instante en que toma esa oscura decisión, porque
su única y verdadera patria es la palabra” 5 . Para inmunizarse de los
efectos destructivos del destierro, debió, antes que nada, agenciarse
una lengua: una decisión existencial, ética, que desemboca en una acti­
3 La novela El hijo del arquitecto (1992) difiere temática y formalmente del corpus conformado por la
trilogía La balada del desterrado. De una estructura más bien lineal, su registro lingüístico y sus temas
se conectan directamente con la producción poética del autor. Se puede interpretar como una metáfora
global acerca de la actividad artística y, más precisamente, acerca de la creación de una obra perfecta.
4 Op. cit. p. 139.
5 Op. cit., p. 139.
La soledad 135 Excodra XXXIII