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Todos ellos se deterioran con el paso del tiempo y es impórtate
protegerlos para que sigan formando parte del patrimonio
común, como elementos de la historia de una nación.
La conservación es el mantenimiento que se le da a algo con
la clara misión de mantener, de modo satisfactorio, e intactas,
sus cualidades, formas, entre otros aspectos.
Se considera monumento histórico a toda aquella estructura
que haya sido construida especialmente como modo de
conmemorar a alguien o a algún evento. Por lo general, el
monumento, además de ser un elemento ceremonial, tiene
una riqueza artística e histórica única.
Se denomina zona arqueológica al lugar donde se concentran
numerosas ruinas u objetos de tiempos pretéritos,
que permiten reconstruir la historia o que ayudan a comprender
diversos aspectos de una civilización antigua.
Patrimonio cultural: herencia de tipo cultural que corresponde
a una comunidad dada y que como tal es protegida y comunicada
tanto a las generaciones presentes como a las que vendrán.
En la zona de Temoaya, se encuentra un monumento histórico conocido como “Centro
Ceremonial Otomí”, recinto religioso abierto, que muestra la presencia de la etnia mexiquense
Otomí, fue edificado en 1980 apoyada por el ex-presidente José López Portillo
y el ex-gobernador del estado de México, Jorge Jiménez Cantú. La construcción se
basó en los centros otomíes ancestrales, es una obra proyectada por el arquitecto
Carlos Obregón Formoso, el diseño artístico y decorativo estuvo a cargo del pintor y
escultor Luis Aragón, quien trabajó en los proyectos para integrar su arte a la arquitectura
del conjunto, el cual forma un foro abierto construido a la manera de los centros
ceremoniales prehispánicos y se inauguró ante la presencia 75 mil miembros del Ejército
del Trabajo.
Es un monumento cuya función radica en preservar las tradiciones y perpetuar el
señorío de la raza otomí. Constituye una fuente donde emana la fuerza para rescatar
la identidad no solo de este grupo étnico sino de todos los pueblos indígenas .
Además de proporcionar un espacio para las celebraciones religiosas del pueblo
Otomí, así como para fomentar el desarrollo de la región por medio del turismo.