Jaguar Magazine DESIGN – Spanish

TECNOLOGÍA
Añade que el desarrollo de tecnologías alternativas innovadoras
es también indispensable para facilitar soluciones
integrales. Entre ellas se incluyen las técnicas para reducir el
derroche de energía que provoca la fricción en los motores;
para disminuir la necesidad de energía de los sistemas de
calefacción y ventilación en el interior del vehículo; para
mejorar la aerodinámica; y para utilizar materiales más
ligeros, como el aluminio.
En Jaguar, el uso de materiales ligeros tiene una larga
tradición que comenzó con el modelo XK120 de 1948 y
continuó con el XJ de 2002, fabricado con una carrocería
totalmente de aluminio que pesaba 200
kg menos que la de su predecesor. La
fabricación de coches más ligeros
permite reducir el consumo de combustible
y, por consiguiente, las emisiones.
Jaguar ha mantenido ese enfoque en
todos sus modelos posteriores y se ha
convertido sin lugar a dudas en uno de
los líderes mundiales en la producción
de coches con un alto porcentaje de
aluminio.
En los últimos años, Jaguar ha vuelto a redoblar sus esfuerzos
en esa dirección. “En 2008 pusimos en marcha un
programa de investigación de varios miles de millones de
libras esterlinas para afrontar inmediatamente el desafío de
reducir de manera significativa la huella de carbono de
nuestros coches premium sin renunciar al lujo, el
rendimiento, la elegancia y el confort a los que están
acostumbrados nuestros clientes”, explica Epple. “Paralelamente
a los programas centrados en el desarrollo de coches
híbridos y coches totalmente eléctricos, seguimos investigando
para mejorar la tecnología de combustión interna. El
XE y el XF tienen motores Ingenium de cuatro cilindros,
gasolina o diésel, de última generación fabricados en la
nueva planta de Jaguar en Wolverhampton. Eso demuestra
que es posible utilizar sistemas de propulsión más pequeños
que combinan un rendimiento excelente con bajos niveles de
emisión de CO 2 y de consumo de combustible. El XE con
motor diésel de 163 CV y emisiones de 99 g/km fue el
primer coche de su segmento en demostrarlo”.
En este proceso también resulta indispensable mejorar las
trasmisiones para regular con precisión la potencia de salida
de los coches y aumentar su rendimiento, sin dejar de
proporcionar satisfacción al conductor. Además, Jaguar
también participa en la búsqueda de soluciones para lograr
un mayor ahorro de energía. “Investigamos toda una serie
de tecnologías, incluyendo la posibilidad de combinar fibra
de carbono y lino”, nos revela Epple. El lino, una planta de
uso alimentario y también textil, proporciona un material
alternativo y es una de las tantas posibilidades que se están
investigando en el marco del proyecto CARBIO, en el que
“JAGUAR SE ENFRENTA
AL DESAFÍO Y A LA
OPORTUNIDAD DE
MANTENER SU PERSONA-
LIDAD EN LOS MODELOS
FUTUROS Y CONSOLIDARSE
EN UN MUNDO CON
CONCIENCIA ECOLÓGICA”
Jaguar participa con otros fabricantes. Este proyecto se
centra en toda clase de estructuras que se puedan incorporar
en el interior de los vehículos para reducir su peso, el coste y
el impacto ambiental, así como ruidos, vibraciones y estridencias
(NVH en sus siglas en inglés). Eso significa que se
necesitarán menos materiales de insonorización, lo que
permitirá un ahorro de peso adicional.
Por otra parte, los coches híbridos, que combinan un motor
de combustión interna y un motor eléctrico, son otra
solución para reducir emisiones y consumo de combustible.
Actualmente, Jaguar está desarrollando nuevos sistemas de
propulsión, que podrían estar listos
en la década de 2020, para reducir
aún más el consumo y las emisiones
sin renunciar a las características
esenciales de la marca: lujo, alto
rendimiento, excelente diseño e
insuperable experiencia de conducción.
Uno de esos nuevos sistemas
de propulsión es el motor de flujo
axial que se está desarrollando en el
marco de otro proyecto colaborativo
de investigación, en este caso financiado
por el programa Innovate UK del gobierno británico.
Según Mike Richardson, el jefe técnico de JLR especialista
en el tema, los motores de flujo axial son “pequeños, ligeros
y sumamente potentes, generan hasta el doble de potencia
que las tecnologías actuales, y nos permitirían producir
prácticamente cualquier configuración de vehículo híbrido
o eléctrico”.
El Jaguar C-X75 que conduce el malo de la película en
Spectre, la última entrega de James Bond, es un prototipo
creado en 2010 con un motor eléctrico para cada rueda y
microturbinas de gas de la marca Bladon, y esos elementos le
proporcionan autonomía suficiente para recorrer la considerable
distancia de 900 km. Este prototipo indica que JLR es
capaz de combinar tecnologías sostenibles con una experiencia
de conducción de primera, ya que es capaz de acelerar de
0 a 100 km/h en 3,4 segundos y produce apenas 28 g de
CO 2 /km. Volviendo a 2016, Jaguar se ha comprometido a
regresar a las carreras participando en la Fórmula E de
coches eléctricos (pág. 16) y con eso demuestra que se toma
muy en serio esa tecnología y la futura fabricación de coches
de serie totalmente eléctricos. Para concluir, Nick Rogers,
director del equipo de ingeniería de Jaguar Land Rover,
opina que “la Fórmula E nos ofrece una oportunidad única
para desarrollar tecnologías de propulsión eléctrica y ponerlas
a prueba en condiciones extremas”.
En otras palabras, Jaguar avanza hacia el futuro por el
camino de los sistemas de propulsión, y ese futuro promete
ser tan interesante como su pasado.
LA EDICIÓN DISEÑO j 73