DE DUELO
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interpretación religiosa. Sólo cuando el plano físico esté aclarado podremos dar paso a las<br />
creencias que comparta la familia, buscando la forma de que los niños entiendan que esas<br />
creencias religiosas constituyen un modo de elaborar el recuerdo de la persona fallecida.<br />
Básicamente hay que conseguir que el niño entienda que la muerte ocurre en un momento<br />
determinado y es independiente de la bondad o la maldad de la persona que fallece, así<br />
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personas que sobreviven y otras que no. En cierto modo, se trata de explicarles a los<br />
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En este punto hay que aclarar que el Cielo que imaginamos los adultos no tiene nada que<br />
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pueden acabar buscando incesantemente al fallecido entre las nubes y el paisaje. Basta con<br />
explicarle al niño que cuando decimos que un ser querido “está en el cielo”, hablamos del<br />
lugar en el que a nosotros nos gusta recordar a esa persona y que tiene que ver con la<br />
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explicarle al niño que su cielo será como una preciosa montaña por la que podrá pasear, y<br />
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Toda muerte tiene su causa<br />
Las causas son físicas y hay que explicarlas.<br />
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No depende de la bondad o la maldad de cada uno, ni de la edad u otros<br />
detalles.<br />
Debemos evitar las explicaciones que no mencionen las causas: no se muere<br />
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-¿Qué le ha pasado al abuelito, mamá?<br />
-<br />
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-¿Y ahora dónde está? ¿<br />
-<br />
nosotros. Me gusta pensar que está en el cielo, que es como un recuerdo de las cosas que a él<br />
le gustaban. ¿Recuerdas que le gustaba mucho la jardinería? Pues a mí me gusta imaginármelo<br />
¿Cómo te gustaría<br />
imaginártelo a ti?<br />
-<br />
-¿te parece? Para mí será el jardín del<br />
abuelo y para ti, el quiosco de helados.<br />
Por supuesto, habrá muchas preguntas que no sabremos responder, pero los niños<br />
no buscan explicaciones perfectas, así que no pasa nada por admitir ante ellos que no<br />
sabemos determinadas cosas, o por preguntar a otras personas que seguramente podrán<br />
ayudarnos a encontrar una respuesta más adecuada.<br />
3.3. QUIÉN, CÓMO, CUÁNDO Y DÓN<strong>DE</strong> COMUNICAR LA MUERTE<br />
Como imaginaréis, al transmitir a los niños la noticia de un fallecimiento, debemos hacerlo<br />
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detalles que edulcoren lo que ha ocurrido.<br />
La noticia debe ser transmitida por personas queridas y cercanas al niño, que estén en<br />
contacto con él de manera habitual: a ser posible sus padres o uno de ellos en el caso del<br />
fallecimiento del otro progenitor. Si han fallecido ambos, debe comunicárselo la persona<br />
que se quedará al cuidado del menor y/o quien esté más cercano a él.<br />
Se debe comunicar al menor la noticia lo antes posible, preferiblemente de forma<br />
inmediata, en lugar de esperar horas o días a que terminen los ritos y homenajes. Los<br />
niños deben estar entre las primeras personas en enterarse si quien ha fallecido es uno<br />
<br />
sea una persona muy cercana. De lo contrario, le estaremos dejando fuera de aspectos<br />
importantes y eso puede complicarnos el manejo de otras situaciones a posteriori.<br />
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