DE DUELO
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El cuerpo deja de funcionar: las funciones vitales se detienen<br />
El muerto no ve, ni oye, ni respira, ni siente, ni huele, ni piensa, etc.<br />
Evitar expresiones que hagan referencia a las funciones vitales en un intento de<br />
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Evitaremos el uso de metáforas, porque confunden.<br />
Apelamos al recuerdo y a la memoria cuando el niño comprenda que las funciones<br />
vitales se han detenido.<br />
No hay que olvidar que todos dormimos, que los accidentes de cualquier tipo son muy<br />
comunes y que también nos ponemos enfermos. Por eso, estas explicaciones pueden<br />
generar confusión y temor en los pequeños.<br />
Cualquier explicación que se aleje de la realidad que causó el fallecimiento del ser querido<br />
puede llevar a los menores a creerse sus propias teorías sobre qué fue lo que causó<br />
en realidad la muerte. Por eso, es fundamental aclararle al niño que sus pensamientos,<br />
sentimientos, la rabia, el enfado o los celos jamás van a causar la muerte de nadie: tienen<br />
que saber que ellos no tienen la culpa de lo que ha pasado.<br />
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El niño tiene que entender que la muerte se produce por una causa, hay algo que la ha<br />
motivado, que las personas no mueren de nada o sin una causa física. Es fundamental<br />
explicarles a los niños cuál ha sido la causa exacta de la muerte del ser querido: si falló<br />
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física que desembocase en la interrupción de las funciones vitales de la que hablábamos<br />
en el apartado anterior.<br />
Si los niños no entienden que hay una causa física, lo que puede ocurrir es que asocien la<br />
muerte a un detalle, a un estado o incluso que se sientan culpables de la misma. Pueden<br />
llegar a pensar que sus pensamientos, sus enfados o su comportamiento han podido<br />
causar ese fallecimiento y añadir problemas a la elaboración de su duelo.<br />
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niños, suelen ir en esta línea:<br />
En consecuencia, a la hora de explicar a los niños la muerte es conveniente centrarse en el<br />
plano físico: no hace falta entrar en detalles innecesarios, ni en el morbo que puede suscitar<br />
el suceso, especialmente cuando se trata de una muerte violenta como un suicidio, un<br />
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los detalles de carácter morboso.<br />
Como hemos explicado anteriormente, hay que huir de las metáforas que, lejos de facilitar<br />
la comprensión del niño, añaden confusión al suceso y pueden incrementar sus miedos:<br />
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dejó de latir, o que sus pulmones ya no funcionaban, o que su cuerpo dejó de funcionar<br />
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para que los niños pequeños comprendan las causas físicas que han provocado la muerte.<br />
En cuanto a los preadolescentes y adolescentes, estos suelen entender sin mucho problema<br />
las causas físicas porque ya han aprendido el funcionamiento del cuerpo humano.<br />
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existe la necesidad de dar continuidad a la vida después la muerte, así que tendremos que<br />
adaptar algunas explicaciones para que los niños entiendan las diferentes interpretaciones<br />
religiosas o espirituales de la muerte y no se queden en el mundo abstracto.<br />
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