DE DUELO
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6. Acciones concretas<br />
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las siguientes:<br />
a. Permitir salidas del aula: Los primeros días tras la pérdida es posible que el niño esté<br />
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muy triste, nervioso o preocupado. Le permitiremos salir un ratito hasta serenarse,<br />
buscando si es necesario la ayuda de otro compañero u otro adulto disponible para que<br />
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b. Aplicar medidas excepcionales con los deberes: Como ya sabemos, el duelo puede<br />
afectar directamente al rendimiento escolar. El niño está más despistado, más descentrado,<br />
tiene olvidos lógicos y podemos tomar algunas medidas excepcionales:<br />
Comprobaremos que lleva la agenda al día.<br />
Le ayudaremos a meter el material necesario en su mochila.<br />
Nos acercaremos para comprobar que ha entendido las instrucciones o las<br />
explicaciones.<br />
Le daremos un tiempo extra si está muy distraído.<br />
Le ayudaremos a revisar sus exámenes.<br />
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Estas medidas son excepcionales y no pueden convertirse en una costumbre. Le<br />
reconduciremos hacia la normalidad, apoyándole en su autonomía si es que se ha visto<br />
afectada por la muerte directa del familiar que se encargaba de supervisar estas actividades.<br />
c. Al igual que en el<br />
apartado anterior, cuando veamos que el menor se bloquea o se atasca en las actividades<br />
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que prestar atención a su tolerancia a la frustración y a sus bloqueos, intentando que los<br />
afronte lo mejor y más rápidamente posible.<br />
d. Facilitar la adaptación al aula: A veces la reintegración en el aula no es fácil, ya sea<br />
por el impacto de la pérdida o porque el menor se ha ausentado muchos días.<br />
También, como ya hemos mencionado, a menudo el menor teme la opinión de sus<br />
compañeros o tiene miedo de ser diferente y que los demás le traten de modo distinto.<br />
La mentalidad con la que se reincorporan tras un periodo de ausencia o después de un<br />
cambio drástico en la familia hace que piensen que los demás van a tener forjada una<br />
opinión desfavorable al respecto.<br />
Es bueno que les expliquemos que ya hemos hablado con el grupo, que si quieren<br />
pueden contar ellos mismos lo que ha pasado o, si no quieren, respetaremos su silencio<br />
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reincorporación y, si el niño se deja, aclararemos con él y el aula lo que sabemos y lo que<br />
pensamos de la muerte. Intentaremos acompañarle y ayudarle a que vuelva a adquirir las<br />
rutinas de aula lo antes posible, si es que las ha perdido.<br />
e. Fomentar el respeto ante el grupo de iguales: Uno de los temores de los niños<br />
es la percepción que tienen de ellos sus compañeros, sobre todo si es distinta: temen lo<br />
que van a pensar o a opinar de ellos, ser diferentes y quedar señalados, así que habrá que<br />
tener especial cuidado cuando le expliquemos a la clase lo sucedido y cómo repercute<br />
esto en el alumno.<br />
Igualmente hay que estar más pendiente de determinados insultos o comentarios que se<br />
producen a veces y que, además, suelen coger a los niños dolientes en un momento en el<br />
que están más irascibles y, por consiguiente, sus reacciones suelen ser más violentas. Los<br />
docentes deben estar un poco más atentos de lo habitual y cortar las interacciones que<br />
puedan ofender o ir en contra del doliente, e igualmente cortar las reacciones agresivas<br />
de los dolientes hacia sus compañeros.<br />
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