DE DUELO
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6. Problemas de memoria<br />
Si el niño emplea una gran cantidad de recursos en resolver su duelo o en gestionar el<br />
malestar que le produce la pérdida, es lógico que tenga despistes u olvidos tras la muerte<br />
de un ser querido.<br />
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de esas cosas. Encontramos con más frecuencia estos problemas cuando quien fallece es<br />
la persona que revisaba las tareas, que ayudaba al menor a preparar los exámenes o le<br />
recordaba que revisara su mochila o las fechas de entrega.<br />
Los profesores pueden ayudar al alumno revisando que se lleva todo, que ha apuntado<br />
bien las cosas, o creando un calendario de fechas importantes en el aula y en su casa. Así,<br />
poco a poco, vamos espaciando la revisión y el niño puede suplir sin problemas esos fallos<br />
en la memoria.<br />
También podemos consultar a ver qué otro adulto puede ayudarle a revisar sus cosas para<br />
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darle más oportunidades o hacer un poco “la vista gorda” mientras se adapta.<br />
7. Bajada en el rendimiento académico<br />
Los problemas de atención, concentración y memoria comunes tras un fallecimiento<br />
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en esta época el niño obtenga peores notas en sus trabajos o en sus exámenes. El objetivo<br />
es que vuelva al rendimiento que tuviera anteriormente y, para ello, habrá que hacer<br />
ajustes en la manera en que afronta sus tareas.<br />
Si quien fallece es la persona que estudiaba con el niño y éste no es autónomo para<br />
estudiar solo, hay que buscar a alguien que pueda apoyarlo en sus tareas: un profesor<br />
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dirigiendo al menor hacia la autonomía.<br />
También estaremos más pendientes de su rendimiento en el aula: el profesor puede<br />
pedirle que se acerque a la mesa, o bien puede acercarse a su pupitre y vigilar más de<br />
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pueda tener.<br />
Igualmente buscaremos dirigir al niño hacia la autonomía: si está muy despistado podemos<br />
escribirle en una cartulina los pasos que debe dar para hacer un examen, apuntar los<br />
deberes, terminar las tareas de aula, etc.<br />
Es importante que el profesor transmita al niño que su estado es normal y transitorio<br />
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frustración, lo que puede llevarle a abandonar actividades académicas en las que antes no<br />
tenía problemas.<br />
8. Problemas de ansiedad y miedos<br />
Tras la pérdida de un ser querido, es normal que el niño o adolescente se sienta más<br />
nervioso, o que la muerte le despierte miedos. Uno de los temores más comunes en<br />
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Esto le hace estar alerta en el colegio y muy pendiente del bienestar de sus familiares,<br />
generándoles mucha angustia y conductas de comprobación continuas.<br />
Puede suceder que el niño desarrolle problemas para quedarse en el colegio e intente<br />
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no separarse y así poder comprobar que está a salvo. Ante esta situación, los profesores<br />
pueden bajar al patio a recibir al niño, quedarse ahí un ratito y esperar a que disminuya la<br />
ansiedad del menor para subir a clase, mientras el adulto se va marchando.<br />
Otra cosa que pueden hacer los profesores es dejar que el niño haga una llamada al día<br />
para asegurarse del bienestar de sus parientes y, poco a poco, ir espaciándosela: puede<br />
llamar dos veces por semana, luego una y, cuando compruebe que no pasa nada y se<br />
tranquilice, entonces se le retirarán las llamadas y le iremos explicando lo improbable que<br />
es que pase algo malo o que, en caso de que algo sucediera, seguro que habría personas<br />
que podrían cuidarle.<br />
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