DE DUELO
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En el pasado se pensaba que las personas discapacitadas intelectualmente carecían de<br />
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comprender la muerte movían a su entorno a evitarles todo aquello relacionado con<br />
el duelo. Sin embargo, hoy sabemos que no es imprescindible comprender el concepto<br />
<br />
a hacerse necesario un cambio de concepción en las vivencias de los discapacitados<br />
intelectuales sobre este tema.<br />
Lo ideal para abordar el duelo en personas con discapacidad intelectual es:<br />
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Contar con recursos cercanos de atención al duelo.<br />
Ofrecer estrategias que contribuyan a una mejora de la calidad de vida de las personas<br />
con discapacidad intelectual.<br />
Implicar a otros familiares en el conocimiento del duelo y cómo abordarlo.<br />
El empeño que a menudo se tiene en ocultar la muerte no sólo afecta a las personas con<br />
discapacidad, aislándolas de la realidad, sino que afecta a las personas que habitualmente<br />
las cuidan debido a la actitud de ocultación que se ven obligadas a mantener.<br />
El papel fundamental de la familia es contribuir a que la persona con discapacidad intelectual<br />
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(Verdugo, 2006). La familia puede ser un agente facilitador o entorpecedor en esta área,<br />
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La familia y los tutores deben considerar:<br />
Facilitar el crecimiento, incluido el sufrimiento asociado, favoreciendo su desarrollo<br />
emocional. No hay que engañarles ni ocultarles situaciones de enfermedad y muerte,<br />
sino prepararles y apoyarles en función de sus posibilidades.<br />
Informarles acerca del futuro y de las posibilidades que tendrían (como con quién<br />
quieren vivir, qué desean, etc.).<br />
Preparar su futuro, tanto legalmente como en términos de dependencia, favorecer<br />
relaciones amplias para que tengan un círculo que vaya más allá de la familia.<br />
Tratar de establecer con ellos metas y objetivos, ayudarles en la toma de decisiones y la<br />
resolución de problemas fomentando su autonomía. Con respecto al duelo, conviene<br />
dejarles que decidan si quieren ver al difunto, o acudir y participar en los ritos, que<br />
expresen sus propios sentimientos, que decidan si acudir o no al cementerio, etc.<br />
<br />
con discapacidad intelectual:<br />
Conocer los datos básicos de la familia (cultura, costumbres y religión) para tenerlos<br />
en cuenta ante situaciones de pérdida.<br />
Trabajar con los padres para que garanticen el bienestar de la persona con<br />
discapacidad tras la muerte. Esto puede incluir vivienda, nombramiento de tutores,<br />
provisiones de fondos, etc.<br />
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Apoyar en el duelo y respetar las costumbres y creencias.<br />
Respetar la intimidad de las personas con discapacidad.<br />
Facilitar un espacio para las emociones, aceptarlas como vienen.<br />
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<br />
pero hay que atender a la individualidad de las personas.<br />
Cuando se trata con personas que padecen discapacidad intelectual hay que moverse<br />
entre las explicaciones infantiles y las que proporcionamos a los adultos. Por un lado, hay<br />
que conseguir que entiendan la irreversibilidad de la muerte, la universalidad, las causas<br />
y la interrupción de las funciones vitales; y, por otro, hay que ayudarles a trabajar en la<br />
aceptación de la realidad de la pérdida, el trabajo con las emociones asociadas, la asunción<br />
de nuevos roles o responsabilidades y la tarea de aprender a vivir en un mundo donde el<br />
fallecido no está presente.<br />
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