DE DUELO
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Le ofreceremos información y explicaciones previas a la muerte para que pueda<br />
anticiparla (si es posible) y no suponga un impacto muy grande.<br />
Mostraremos nuestras emociones y legitimaremos las suyas.<br />
Los niños de 6 a 10 años<br />
6.4. PREADOLESCENTES: <strong>DE</strong> LOS 10 A LOS 12 AÑOS<br />
La muerte para los preadolescentes no es un misterio, comprenden todas sus dimensiones<br />
y componentes, entienden que los muertos no van a volver y que no los verán más. Por<br />
lo tanto, comprenden la irreversibilidad, saben que cualquiera puede morir y que antes o<br />
después la muerte le llega a cada persona, incluido ellos, así que entienden la universalidad<br />
de la misma.<br />
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esta etapa, aunque hay oscilaciones en el concepto.<br />
Tardan en comprender que los muertos no sienten, que los sentidos<br />
han dejado de funcionar y preguntan mucho sobre el tema, lo acaban<br />
entendiendo en esta franja de edad.<br />
Comprenden bien la interrupción de las funciones vitales: saben que el<br />
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Creen que la muerte es selectiva, propia de personas mayores: cuando<br />
entienden que ellos también pueden morir se angustian ante la idea de su<br />
propia muerte y la de quienes los rodean.<br />
Aparecen los primeros pensamientos de culpa asociados a su egocentrismo.<br />
Existe preocupación por su salud y la de los adultos de su entorno. Temen<br />
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Pueden mostrar interés en participar en los ritos y despedidas, hacia los 6<br />
años pueden hacerlo, siempre con condiciones favorables y habiéndoles<br />
explicado bien en qué consisten previamente.<br />
Es importante no mentirles ni edulcorarles la información: antes o después<br />
conocerán la verdad y preferirán haber sido incluidos.<br />
Resulta fundamental que su opinión sea tenida en cuenta o, al menos, que<br />
les consultemos determinadas cosas para integrarles en el proceso.<br />
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por otros fallecimientos, curiosidad sobre la muerte, problemas de<br />
concentración, preguntas recurrentes, etc.<br />
Buscaremos ayuda profesional ante los síntomas de alarma mencionados,<br />
especialmente si hay miedos y cambios de conducta bruscos y prolongados.<br />
Los preadolescentes saben que las funciones vitales se interrumpen completamente, que<br />
el muerto no escucha, no ve, no siente. Son conscientes de que esa interrupción es<br />
absoluta y que los sentidos no se mantienen tras el fallecimiento. También conocen los<br />
aspectos causantes de la muerte: las causas que provocan la muerte y a qué órganos<br />
afectan principalmente.<br />
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como el sentido de participar en los mismos, así que lo habitual es que soliciten participar<br />
en ellos. De hecho, es muy importante que puedan formar parte de las despedidas y<br />
de los rituales. No hay que considerarlos meros espectadores, sino agentes activos. Es<br />
bueno que pidamos su opinión y tengamos en cuenta sus sugerencias en esos momentos.<br />
También podemos darles un papel algo más activo en los ritos si se sienten cómodos.<br />
Como ya hemos comentado previamente, los preadolescentes entienden todas las<br />
dimensiones de la muerte y sus causas, así que son conscientes del impacto que genera<br />
la pérdida en terceras personas y en ellos mismos. Al ser conscientes de este impacto<br />
en su entorno y del dolor que causa el fallecimiento de un ser querido, es habitual que<br />
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situaciones:<br />
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