DE DUELO
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Qué cosas son normales y cuáles debemos considerar signos de alarma:<br />
Lo habitual es que nos encontremos con:<br />
Oscilaciones en la comprensión: En los primeros años, los niños pueden no entender<br />
<br />
pueden tener una comprensión completa o casi completa, así que habrá cosas que<br />
entiendan y otras cosas que no acaben de entender, llegando incluso a obcecarse con<br />
los conceptos que no manejan.<br />
Temores y miedo a que la muerte les sobrevenga a ellos o a otros familiares: harán<br />
comprobaciones del bienestar de otros y mostrarán preocupación por su salud.<br />
Preguntas sobre los pormenores y detalles de la muerte, que habitualmente se<br />
vuelven recurrentes.<br />
Preguntas sobre aspectos morbosos de la muerte.<br />
<br />
enfadados tanto con la muerte, como con la persona fallecida que ya no les va a<br />
cuidar.<br />
<br />
manteniéndose en un mundo “irreal” con sus actividades, su humor, su conducta y su<br />
mundo social intacto.<br />
Si aparece la negación, pueden mostrarse reacios a abordar el tema o a hablar de la<br />
muerte, tendrán una actitud evitadora.<br />
Pueden mostrar enfado y agresividad tras el fallecimiento, debido a la pérdida del<br />
cuidado y las actividades que les proporcionaba la persona fallecida.<br />
Problemas de concentración asociados al duelo.<br />
Bajada del rendimiento escolar.<br />
Conductas para comprobar la realidad de la pérdida: hacer enfadar a un progenitor<br />
a ver si vuelve el otro, reclamar la presencia del fallecido para contrastar algo, traer<br />
un regalo, etc.<br />
signos de<br />
alarma que pueden requerir la consulta con un profesional:<br />
1. <br />
2. <br />
o mantener el sueño, problemas con la alimentación -ya sea por comer en exceso o<br />
demasiado poco-, o nerviosismo en sus actividades cotidianas.<br />
3. Malhumor y agresividad constante que antes no estaba, incluso agresiones a sus<br />
iguales.<br />
4. Síntomas depresivos que se mantienen más de lo esperable: problemas de sueño,<br />
regresión a etapas anteriores, apatía, pérdida de interés por las cosas que antes le<br />
interesaban, pérdida de interés social.<br />
5. Bajada drástica de actividad: no le apetece participar en nada, nada parece emocionarle.<br />
6. Incapacidad para reintegrarse al ámbito académico: hay una negativa a ir al colegio o<br />
temor incapacitante para afrontar el día a día en clase o a sus compañeros.<br />
7. Problemas de concentración que antes no tenía y que se prolongan, repercutiendo<br />
en sus actividades cotidianas.<br />
8. Bajada drástica del rendimiento escolar o del interés por las actividades académicas,<br />
que se mantiene en el tiempo y con consecuencias indeseables para el niño.<br />
9. Miedos prolongados e impropios de su edad.<br />
10. <br />
el menor teme que haya nuevas muertes en su entorno.<br />
¿Cómo les ayudamos?<br />
Debemos explicarle las cosas al niño y responder a sus preguntas.<br />
Evitaremos ocultarle información.<br />
Evitaremos mentirle o edulcorar la muerte del ser querido.<br />
Le integraremos en los ritos funerarios.<br />
<br />
en la medida de lo posible.<br />
Respetaremos sus reacciones de duelo.<br />
<br />
sucediendo.<br />
Le proporcionaremos actividades para facilitar el recuerdo del ser querido.<br />
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