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Bolivia


La bandera fue adoptada en 1888. Sus colores fueron elegidos por el<br />

primer presidente: el rojo simboliza el valor militar; el amarillo, las<br />

riquezas mineras; el verde, la fertilidad de la tierra.


Antes de la conquista española, los alrededores del lago Titicaca<br />

estaba habitado por los pueblos pukina y aymara, los cuales a<br />

mediados del siglo XV fueron sometidos por el imperio inca, y entre<br />

1533 y 1538 el denominado Alto Perú fue conquistado por Almagro y<br />

los hermanos Pizarro.<br />

En 1539 se fundó la ciudad de Charcas, y Potosí fue fundada en<br />

1545. En 1558 se constituyó la Audiencia de Charcas. La explotación<br />

colonial encontró su razón de ser a partir del descubrimiento de los<br />

yacimientos de plata del Potosí. Administrativamente, el alto Perú<br />

permaneció integrado en el virreinato del Perú hasta la creación del<br />

virreinato del Río de la Plata (1776).


La explotación de las minas se hizo a partir del trabajo forzado de los<br />

indígenas, se crearon las encomiendas, y se introdujo también la<br />

servidumbre del “pongaje”. Esta etapa colonial estuvo caracterizada por las<br />

luchas entre colonizadores e indígenas.<br />

Después de que las tropas virreinales reprimieron las sublevaciones<br />

criollas en 1809, estalló una rebelión en Chuquisaca que se extendió a La<br />

Paz, donde se confió a Murillo la presidencia de la llamada Junta Tuitiva.<br />

Fue sofocada por las autoridades coloniales, pero resurgió de nuevo al<br />

poco tiempo debido a los movimientos secesionistas que llevaron al triunfo<br />

de los revolucionarios en el Río de la Plata (1810) y las campañas de<br />

Bolívar. Los virreyes intentaron convertir el Alto Perú en uno de las<br />

fortalezas de la causa realista, hasta que Bolívar puso fin al dominio<br />

español. En 1825 fue liberado por Sucre, quién convocó una asamblea<br />

constituyente que proclamó la independencia del país, al que dio el nombre<br />

de Bolivia en honor a Bolívar.


Las relaciones con Perú siguieron siendo conflictivas y la independencia<br />

del nuevo estado no quedó asegurada hasta el fracaso de la<br />

Confederación Perú-boliviana, promovida por Santa Cruz, y la posterior<br />

derrota peruana tras la última incursión militar en el Ingavi (1841). El país<br />

quedó entonces en una etapa de inestabilidad conocida como de los<br />

“caudillos bárbaros”, en la que se sucedieron actos de violencia: Belzu<br />

(1848-1855), Melgarejo (1864-1871) y Daza (1876-1880); sus gobiernos<br />

fueron despóticos e inefectivos frente a la crisis de la minería tradicional<br />

de la plata, aunque el orden social heredado de la colonia les proporcionó<br />

el apoyo de la clase criolla. La explotación de los yacimientos salitreros<br />

en el litoral enfrentó a Bolivia con Chile, desencadenando la guerra del<br />

Pacífico (1879-1883).


Derrotada por Chile, perdió toda su fachada litoral, lo que agravó la<br />

obsolescencia de la economía boliviana, que dependía de sus<br />

vecinos para sus alcances comerciales con Europa. Después de la<br />

guerra, la presidencia de Gregorio Pacheco inició una etapa de<br />

hegemonía del Partido conservador, representante de los intereses<br />

de la aristocracia tradicional. Sin embargo, la continua decadencia de<br />

las explotaciones argentíferas puso en crisis su predominio. La<br />

revolución de 1899 llevó al poder al Partido liberal, cuya gestión<br />

favoreció la expansión de un nuevo sector minero, el del estaño y la<br />

formación de una nueva oligarquía que llevó adelante obras públicas,<br />

como la ampliación de la red ferroviaria.


La era liberal llegó a su fin cuando una nueva revolución elevó al poder en<br />

1920 al Partido republicano. Se abrió entonces otra etapa de convulsiones<br />

políticas en la que ni el republicano Saavedra ni el nacionalista Siles<br />

lograron consolidar un sistema político estable, a pesar del recurso de Siles<br />

al autoritarismo. La creciente movilización política de sectores medios y<br />

populares urbanos empezó a alterar las restringidas bases sobre las que<br />

se había asentado el largo dominio de los grupos oligárquicos. La guerra<br />

del Chaco contra Paraguay (1832-1835) costó a Bolivia la pérdida de la<br />

mayor parte del Chaco Boreal. La derrota se sumó a las dificultades<br />

económicas derivadas de una economía mono productora y de las<br />

inversiones extranjeras, precipitando el derrumbe de la república, y<br />

también, causando el nacionalismo de los militares.


Éstos ocuparon el poder desde 1936 hasta 1946 introduciendo<br />

reformas sociales e iniciando la nacionalización de la compañía<br />

estadounidense Standard Oil, obteniendo el apoyo del Movimiento<br />

Nacionalista Revolucionario (M.N.R), quien se convirtió en la fuerza<br />

política hegemónica. Tras un paréntesis de gobiernos militares de<br />

signo conservador, el general Villarroel y el M.N.R, asumió mediante<br />

un golpe de estado el poder (1943) y prosiguió la aplicación del<br />

programa reformista. La oligarquía del estaño y los grupos inversores<br />

extranjeros propiciaron una sangrienta rebelión militar contra Villarroel<br />

y M.N.R (1946), pero el retorno a la normalidad constitucional y la<br />

celebración de elecciones generales dio el triunfo al M.N.R (1951).


La negativa del gobierno militar a reconocer tal resultado motivó un<br />

levantamiento popular que derrotó al ejército (1952) e impuso a Paz<br />

Estenssoro en la presidencia. El M.N.R, que se mantuvo en el poder<br />

ininterrumpidamente a lo largo de los gobiernos de Paz Estenssoro, Siles<br />

Salinas y de nuevo Paz, inició su gestión con la nacionalización del<br />

estaño y la promulgación de la reforma agraria. No obstante, la precaria<br />

situación económica llevó al M.N.R a moderar paulatinamente su política<br />

y a buscar el apoyo estadounidense, lo que significó su ruptura con el<br />

potente movimiento <strong>sin</strong>dical encabezado por Juan Lechín (1964) y la<br />

pérdida del apoyo popular. Poco después de ser reelegido presidente,<br />

Paz Estenssoro fue derribado por un golpe militar encabezado por su<br />

propio vicepresidente Barrientos. Éste se hizo elegir presidente<br />

constitucional (1966) e hizo frente al foco guerrillero impulsado por el Che<br />

Guevara, a quien logró eliminar en 1967.


Tras la muerte de Barrientos (1969) la intervención militar balanceo entre<br />

el reaccionarismo de Ovando y el intento de Torres de reeditar una<br />

política izquierdista con el apoyo <strong>sin</strong>dical. Finalmente en 1971 Hugo<br />

Banzer, con el apoyo del sector más derechista del ejército, instauró una<br />

dictadura. Banzer proclamó el estado de sitio, reprimió duramente al<br />

M.N.R y a los <strong>sin</strong>dicatos y favoreció a sectores minoritarios de clara<br />

orientación fascista, como la Falange socialista boliviana. La<br />

generalización de regímenes de fuerza en el Cono Sur (Chile, Argentina,<br />

Uruguay), que venían a sumarse al de Brasil, reforzaron su posición. Sin<br />

embargo, Banzer vio frustrada su esperanza de obtener de esa nueva<br />

situación geopolítica de la región una vía de salida al océano.


La creciente oposición popular y el estancamiento de los proyectos de la<br />

dictadura llevaron a Banzer a convocar elecciones, pero el resultado,<br />

favorable a la coalición de izquierdas encabezada por Siles Suazo, llevó a<br />

Banzer a anular las elecciones y a dimitir en favor de su propio candidato,<br />

derrotado en las urnas, Juan Pereda. Éste no pudo mantenerse en el<br />

poder ante la reacción popular, iniciada por los <strong>sin</strong>dicatos mineros, y el<br />

ejército lo sustituyó por el general Padilla. Los intentos de golpe de estado<br />

se sucedieron hasta la elección, en octubre de 1982, de Hernán Siles<br />

Zuazo como presidente de la república. Enfrentándose a una situación<br />

económica catastrófica, el nuevo mandatario trató de imponer fuertes<br />

medidas de austeridad. Paz Estenssoro regresó al poder por tercera vez<br />

en 1985 e impulsó una nueva política económica (N.P.E) que abría el<br />

sector estatal a la inversión privada, nacional o extranjera. De esta manera<br />

logró sanear la economía y estabilizar la vida política.


Cultura y Tradiciones<br />

Con respecto a la cultura boliviana, ésta está llena de tradiciones y<br />

costumbres interesantes y poco comunes, destacada por su rica<br />

influencia indígena.


A pesar del transcurso del tiempo, las tradiciones se mantienen en Bolivia<br />

extendiéndose por las provincias. Para festejar la llegada del Año Nuevo,<br />

las nueve regiones del país tienen tradiciones y costumbres enraizadas<br />

entre sus habitantes.<br />

Las tradiciones musicales de los Andes han evolucionado. Cada zona de<br />

Bolivia ha desarrollado tradiciones musicales como danzas y también<br />

instrumentos transmitidos a través de la ejecución coreográfica, tanto el<br />

contexto histórico cultural de cada una de ellas como el sentimiento que<br />

identifica como bolivianos, lo que implica: cultura, raíces, opiniones,<br />

tradiciones. La principal filosofía de la Sociedad Cultural Tradiciones<br />

Bolivianas, es fomentar el conocimiento, valoración y aceptación de las<br />

danzas folclóricas más tradicionales de Bolivia, fomentando la empatía<br />

hacia nuestras tradiciones, costumbres y estilos de vidas propios de cada<br />

una de las regiones Bolivianas.


Una de las tradiciones más arraigadas de la Semana Santa es la<br />

visita a los templos. Relativamente cercano a su puesto se sitúa<br />

otro con artesanías que rescatan las más antiguas tradiciones de<br />

Bolivia a través de muñecos caracterizados por detalles.<br />

A la hora de poner en práctica las tradiciones y las costumbres,<br />

se conserva en las familias bolivianas la herencia religiosa y el<br />

lugar de procedencia de éstas. Una celebración que combina las<br />

costumbres ancestrales propias de cada región, departamento,<br />

urbe y comunidades rurales del país, con ciertas tradiciones<br />

europeas traídas a lo largo de la época colonial.


La pintura boliviana tiene su comienzo en el arte rupestre de los<br />

pueblos originarios. En la actualidad, se registran más de mil sitios<br />

con arte rupestre pertenecientes a diferentes periodos como:<br />

paleoindio, preincaico, incaico, colonial y republicano. Los principales<br />

parques arqueológicos de arte rupestre boliviano son: Calacala en<br />

Oruro, Samaipata (lugar declarado Patrimonio Cultural de la<br />

Humanidad) en Santa Cruz, Copacabana en La Paz y también<br />

Incamachay (lugar declarado Monumento Nacional) en Chuquisaca.


En el siglo XVII, en Potosí, se tiene una repercusión del manierismo<br />

de España (estilo artístico que se inicia en Italia en la tercera década<br />

del siglo XVI, y que se intuye en las últimas obras de Miguel Ángel y<br />

de Rafael como en la Piedad Rondanini). La independencia incorporó<br />

la pintura influida por el neoclasicismo y el academicismo. En el siglo<br />

xx, aparece el arte marcado por el nacionalismo revolucionario y el<br />

indigenismo. El arte de la misma época introduce temas como el<br />

hombre urbano y la crítica social.


Por otro lado, la celebración de Santa Anita es parte esencial de las<br />

costumbres de los vecinos de San Roque y Tarija en general. Están<br />

representadas personas de las tierras altas como bajas, salvando las<br />

tradiciones y costumbres, en el pasado esta especialidad de la cocina<br />

popular boliviana, se servía en las panaderías al amanecer. Primero, por<br />

medio de los cronistas cuyo trabajo de elevamiento historiográfico y<br />

geográfico de todas las comunidades que descubrían, le dejó conocer las<br />

ancestrales costumbres y tradiciones que hablaban del pensamiento y<br />

filosofía, del pasado y presente de esos pueblos; luego, en segundo<br />

lugar, <strong>sin</strong>cronizados de esa realidad, mediante un prolongado proceso,<br />

impuso sobre el temperamento de las poblaciones conquistadas, la<br />

religión, la lengua , su cultura y sus interminables manifestaciones.

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