historia-bolivia

Instituto: ISPED - Instituto Superior de
Perfeccionamiento y Especialización Docente.
Unidad Curricular:​ Historia Política y Social Argentina y Latinoamericana.
Profesorado:​ Artes Visuales.
Curso:​ 1er año.
Profesor:​ Milito Florencia.
Año:​ 2016
Integrantes de grupo:​ Martínez Jimena; Melgar Daiana.
Trabajo Práctico de Investigación.
Consigna:​ ​a partir del país que se le ha designado investigar y analizar:
·​ ​Configuración cultural social y política antes de la colonización española.
·​ ​Reconfiguración cultural, social y política durante la colonización española.
·​ ​Organización económica durante este periodo.
·​ ​Revolución/es de independencia.
·​ ​Transición al capitalismo dependiente.
·​ ​Tensión entre el fraccionamiento regional y centralismo.
·​ ​Formación del estado nacional.
·​ ​El estado oligárquico características y consolidación.
Bibliografía:
● http://www.arribabolivia.com/cultura-y-tradiciones.html (19/10)
● (http://www.bolivianland.net/UserFiles/File/0ParaDescripciones/Bolivia/Bolivia
_Esp.pdf )
● http://www.resumendehistoria.com/2011/08/independencia-de-bolivia-resume
n.html
● http://www.monografias.com/trabajos15/hist-bolivia/hist-bolivia.shtml
● http://www.donquijote.org/cultura/bolivia/historia/la-independencia
● Larousse Temático. Volumen 3. Países del mundo, estilos, indumentario,
uniformes.
● Diccionario enciclopédico.
● http://www.semanarioaqui.com/index.php/lectura/763-la-formacion-del-estado
-boliviano-y-el-surgimiento-de-la-nacion

Bolivia.
La bandera fue adoptada en 1888. Sus colores
fueron elegidos por el primer presidente: el rojo
simboliza el valor militar; el amarillo, las
riquezas mineras; el verde, la fertilidad de la
tierra.
Antes de la conquista española, los alrededores del lago Titicaca estaba habitado
por los pueblos pukina y aymara, los cuales a mediados del siglo XV fueron
sometidos por el imperio inca, y entre 1533 y 1538 el denominado Alto Perú fue
conquistado por Almagro y los hermanos Pizarro.
En 1539 se fundó la ciudad de Charcas, y Potosí fue fundada en 1545. En 1558 se
constituyó la Audiencia de Charcas. La explotación colonial encontró su razón de
ser a partir del descubrimiento de los yacimientos de plata del Potosí.
Administrativamente, el alto Perú permaneció integrado en el virreinato del Perú
hasta la creación del virreinato del Río de la Plata (1776).
La explotación de las minas se hizo a partir del trabajo forzado de los indígenas, se
crearon las encomiendas, y se introdujo también la servidumbre del “pongaje”. Esta
etapa colonial estuvo caracterizada por las luchas entre colonizadores e indígenas.
Después de que las tropas virreinales reprimieron las sublevaciones criollas en
1809, estalló una rebelión en Chuquisaca que se extendió a La Paz, donde se confió
a Murillo la presidencia de la llamada Junta Tuitiva. Fue sofocada por las
autoridades coloniales, pero resurgió de nuevo al poco tiempo debido a los
movimientos secesionistas que llevaron al triunfo de los revolucionarios en el Río de
la Plata (1810) y las campañas de Bolívar. Los virreyes intentaron convertir el Alto
Perú en uno de las fortalezas de la causa realista, hasta que Bolívar puso fin al
dominio español. En 1825 fue liberado por Sucre, quién convocó una asamblea
constituyente que proclamó la independencia del país, al que dio el nombre de
Bolivia en honor a Bolívar.
Las relaciones con Perú siguieron siendo conflictivas y la independencia del nuevo
estado no quedó asegurada hasta el fracaso de la Confederación Perú-boliviana,
promovida por Santa Cruz, y la posterior derrota peruana tras la última incursión
militar en el Ingavi (1841). El país quedó entonces en una etapa de inestabilidad
conocida como de los “caudillos bárbaros”, en la que se sucedieron actos de
violencia: Belzu (1848-1855), Melgarejo (1864-1871) y Daza (1876-1880); sus
gobiernos fueron despóticos e inefectivos frente a la crisis de la minería tradicional

de la plata, aunque el orden social heredado de la colonia les proporcionó el apoyo
de la clase criolla. La explotación de los yacimientos salitreros en el litoral enfrentó a
Bolivia con Chile, desencadenando la guerra del Pacífico (1879-1883). Derrotada
por Chile, perdió toda su fachada litoral, lo que agravó la obsolescencia de la
economía boliviana, que dependía de sus vecinos para sus alcances comerciales
con Europa. Después de la guerra, la presidencia de Gregorio Pacheco inició una
etapa de hegemonía del Partido conservador, representante de los intereses de la
aristocracia tradicional. Sin embargo, la continua decadencia de las explotaciones
argentíferas puso en crisis su predominio. La revolución de 1899 llevó al poder al
Partido liberal, cuya gestión favoreció la expansión de un nuevo sector minero, el del
estaño y la formación de una nueva oligarquía que llevó adelante obras públicas,
como la ampliación de la red ferroviaria.
La era liberal llegó a su fin cuando una nueva revolución elevó al poder en 1920 al
Partido republicano. Se abrió entonces otra etapa de convulsiones políticas en la
que ni el republicano Saavedra ni el nacionalista Siles lograron consolidar un
sistema político estable, a pesar del recurso de Siles al autoritarismo. La creciente
movilización política de sectores medios y populares urbanos empezó a alterar las
restringidas bases sobre las que se había asentado el largo dominio de los grupos
oligárquicos. La guerra del Chaco contra Paraguay (1832-1835) costó a Bolivia la
pérdida de la mayor parte del Chaco Boreal. La derrota se sumó a las dificultades
económicas derivadas de una economía mono productora y de las inversiones
extranjeras, precipitando el derrumbe de la república, y también, causando el
nacionalismo de los militares. Éstos ocuparon el poder desde 1936 hasta 1946
introduciendo reformas sociales e iniciando la nacionalización de la compañía
estadounidense Standard Oil, obteniendo el apoyo del Movimiento Nacionalista
Revolucionario (M.N.R), quien se convirtió en la fuerza política hegemónica. Tras un
paréntesis de gobiernos militares de signo conservador, el general Villarroel y el
M.N.R, asumió mediante un golpe de estado el poder (1943) y prosiguió la
aplicación del programa reformista. La oligarquía del estaño y los grupos inversores
extranjeros propiciaron una sangrienta rebelión militar contra Villarroel y M.N.R
(1946), pero el retorno a la normalidad constitucional y la celebración de elecciones
generales dio el triunfo al M.N.R (1951). La negativa del gobierno militar a reconocer
tal resultado motivó un levantamiento popular que derrotó al ejército (1952) e
impuso a Paz Estenssoro en la presidencia. El M.N.R, que se mantuvo en el poder
ininterrumpidamente a lo largo de los gobiernos de Paz Estenssoro, Siles Salinas y
de nuevo Paz, inició su gestión con la nacionalización del estaño y la promulgación
de la reforma agraria. No obstante, la precaria situación económica llevó al M.N.R a
moderar paulatinamente su política y a buscar el apoyo estadounidense, lo que
significó su ruptura con el potente movimiento sindical encabezado por Juan Lechín
(1964) y la pérdida del apoyo popular. Poco después de ser reelegido presidente,
Paz Estenssoro fue derribado por un golpe militar encabezado por su propio
vicepresidente Barrientos. Éste se hizo elegir presidente constitucional (1966) e hizo

frente al foco guerrillero impulsado por el Che Guevara, a quien logró eliminar en
1967.
Tras la muerte de Barrientos (1969) la intervención militar balanceo entre el
reaccionarismo de Ovando y el intento de Torres de reeditar una política izquierdista
con el apoyo sindical. Finalmente en 1971 Hugo Banzer, con el apoyo del sector
más derechista del ejército, instauró una dictadura. Banzer proclamó el estado de
sitio, reprimió duramente al M.N.R y a los sindicatos y favoreció a sectores
minoritarios de clara orientación fascista, como la Falange socialista boliviana. La
generalización de regímenes de fuerza en el Cono Sur (Chile, Argentina, Uruguay),
que venían a sumarse al de Brasil, reforzaron su posición. Sin embargo, Banzer vio
frustrada su esperanza de obtener de esa nueva situación geopolítica de la región
una vía de salida al océano. La creciente oposición popular y el estancamiento de
los proyectos de la dictadura llevaron a Banzer a convocar elecciones, pero el
resultado, favorable a la coalición de izquierdas encabezada por Siles Suazo, llevó
a Banzer a anular las elecciones y a dimitir en favor de su propio candidato,
derrotado en las urnas, Juan Pereda. Éste no pudo mantenerse en el poder ante la
reacción popular, iniciada por los sindicatos mineros, y el ejército lo sustituyó por el
general Padilla. Los intentos de golpe de estado se sucedieron hasta la elección, en
octubre de 1982, de Hernán Siles Zuazo como presidente de la república.
Enfrentándose a una situación económica catastrófica, el nuevo mandatario trató de
imponer fuertes medidas de austeridad. Paz Estenssoro regresó al poder por tercera
vez en 1985 e impulsó una nueva política económica (N.P.E) que abría el sector
estatal a la inversión privada, nacional o extranjera. De esta manera logró sanear la
economía y estabilizar la vida política.
Cultura y tradiciones
Con respecto a la cultura boliviana, ésta está llena de tradiciones y costumbres
interesantes y poco comunes, destacada por su rica influencia indígena.
A pesar del transcurso del tiempo, las tradiciones se mantienen en Bolivia
extendiéndose por las provincias. Para festejar la llegada del Año Nuevo, las nueve
regiones del país tienen tradiciones y costumbres enraizadas entre sus habitantes.
​Las tradiciones musicales de los Andes han evolucionado. Cada zona de Bolivia
ha desarrollado tradiciones musicales como danzas y también instrumentos
transmitidos a través de la ejecución coreográfica, tanto el contexto histórico cultural
de cada una de ellas como el sentimiento que identifica como bolivianos, lo que
implica: cultura, raíces, opiniones, tradiciones. La principal filosofía de la Sociedad
Cultural Tradiciones Bolivianas, es fomentar el conocimiento, valoración y
aceptación de las danzas folclóricas más tradicionales de Bolivia, fomentando la
empatía hacia nuestras tradiciones, costumbres y estilos de vidas propios de cada
una de las regiones Bolivianas.

Una de las tradiciones más arraigadas de la Semana Santa es la visita a los
templos. Relativamente cercano a su puesto se sitúa otro con ​artesanías que
rescatan las más antiguas tradiciones de Bolivia a través de muñecos
caracterizados por detalles.
A la hora de poner en práctica las tradiciones y las costumbres, se conserva en las
familias bolivianas la ​herencia religiosa ​y el lugar de procedencia de éstas. Una
celebración que combina las costumbres ancestrales propias de cada región,
departamento, urbe y comunidades rurales del país, con ciertas tradiciones
europeas traídas a lo largo de la época colonial.
​La pintura boliviana tiene su comienzo en el ​arte rupestre de los pueblos
originarios. En la actualidad, se registran más de mil sitios con arte rupestre
pertenecientes a diferentes periodos como: paleoindio, preincaico, incaico, colonial y
republicano. Los principales parques arqueológicos de arte rupestre boliviano son:
Calacala en Oruro, Samaipata (lugar declarado Patrimonio Cultural de la
Humanidad) en Santa Cruz, Copacabana en La Paz y también Incamachay (lugar
declarado Monumento Nacional) en Chuquisaca.
En el siglo XVII, en Potosí, se tiene una repercusión del manierismo de España
(estilo artístico que se inicia en Italia en la tercera década del siglo XVI, y que se
intuye en las últimas obras de Miguel Ángel y de Rafael como en la Piedad
Rondanini). La independencia incorporó la pintura influida por el neoclasicismo y el
academicismo. En el siglo xx, aparece el arte marcado por el nacionalismo
revolucionario y el indigenismo. El arte de la misma época introduce temas como el
hombre urbano y la crítica social.
Por otro lado, la ​celebración de Santa Anita es parte esencial de las costumbres
de los vecinos de San Roque y Tarija en general. Están representadas personas de
las tierras altas como bajas, salvando las tradiciones y costumbres, en el pasado
esta especialidad de la cocina popular boliviana, se servía en las panaderías al
amanecer. Primero, por medio de los cronistas cuyo trabajo de elevamiento
historiográfico y geográfico de todas las comunidades que descubrían, le dejó
conocer las ancestrales costumbres y tradiciones que hablaban del pensamiento y
filosofía, del pasado y presente de esos pueblos; luego, en segundo lugar,
sincronizados de esa realidad, mediante un prolongado proceso, impuso sobre el
temperamento de las poblaciones conquistadas, la religión, la lengua , su cultura y
sus interminables manifestaciones.