LA SEXUALIDAD Y SU ORIGEN ESPIRITUAL

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EL HACHÍS l uso del hachís en el Medio Oriente se propagó a Europa en el siglo XVIII. Este es quizá uno de los Epsicoactivos que más ha dado pie a la creación de leyendas y experimentaciones artísticas. Dentro de la denominada botánica oculta se sabía desde tiempos remotos que del cáñamo índico se extraía "un extracto grasiento", del cual se fabricaba el famoso "haschisch". Por su parte, el aceite de cáñamo parece haber entrado en circulación hasta el siglo XIX y su uso se mantuvo como una modalidad europea. La palabra hashís o hachís, esta última es la palabra ya castellanizada, proviene de los hassassins, miembros de una secta famosa por sus asesinatos y vinculada al uso de este psicofármaco. Al hachís también se le llama hash en México, aunque es poco común encontrarlo. En España en cambio es de lo más común, mucho más que la marihuana seca y se le llama chocolate, china o polen. Un cigarro elaborado con tabaco y hachís es un porro o canuto. Y la persona que lo ha consumido, está colocado o emporrado. El hachís es una pasta hecha con la resina prensada que segrega la parte florida del cáñamo hembra (los llamados cogollos). Dicha resina tiene un color café intenso y generalmente se presenta comprimida en forma de pequeños bloques. Se elabora extrayendo la resina de la marihuana seca con ayuda de un cedazo. La marihuana se agita dentro de un tamiz hasta que la resina atraviese los agujeros de la malla toda vez separada de la materia vegetal. Esta resina se prensa para formar una bola o una tableta de hachís. Otra forma de prepararlo que se utiliza en la India y en Nepal es frotando los cogollos de la marihuana aún plantada entre las manos, hasta que poco a poco la resina se vaya acumulando en la piel formando una capa oscura, entonces se frotan las manos entre sí hasta formar una bolita que se denomina charas. El aceite puede presentarse como un alquitrán resinoso de color marrón oscuro o como un líquido muy fluido de color ambarino. Éste último, que es el de mejor calidad, se obtiene tratando el hachís en retortas con alcohol, mientras que el primero se extrae prensando directamente los tallos, las hojas y las flores de la planta de cáñamo. El hachís se fuma o se ingiere mezclado con miel o mantequilla. Sobre su mecanismo de acción al llegar al cerebro se sabe que es similar al de la marihuana, tarda al menos 30 minutos en aparecer cuando ha sido fumado y hasta una hora y media cuando ha sido ingerido, en cuyo caso puede prolongarse hasta por cinco o seis horas. El aceite puede ingerirse oralmente cuando es muy puro, de otra manera es mezclado con tabaco y se fuma. Por vía intestinal puede tardar hasta dos horas en hacer efecto y su duración puede llegar hasta las ocho o diez. Las dosis bajas de hachís se calculan entre 500 y 1000 mg; dosis medias entre 3000 y 4000 mg. Las dosis letales sobrepasan los 30.000 mg. En cuanto al aceite, la dosis depende de la calidad del producto, si es muy puro, basta una pequeña gota para inducir experiencias de notable intensidad que se manifiestan hasta después de dos horas de haber sido consumido. Se adquiere cierta tolerancia a los tres o cuatro días de uso continuo y desaparece a los dos o tres días de privación, no obstante, parece ser que las experiencias provocadas por ambos productos son tan intensas que no hay muchos que se atrevan a repetirlas cotidianamente. Al igual que la marihuana, ni el hachís ni el aceite provocan dependencia física, pero sí pueden llegar a generar una gran dependencia psicológica. Su retiro no produce ningún síndrome abstinencial orgánico, aunque pueden presentarse cuadros de ansiedad, tensión e irritabilidad pasajeros. A nivel físico, el consumo tanto de hachís como de aceite ocasiona alteraciones muy similares a las de la marihuana, acelera el ritmo cardíaco, dilata los vasos sanguíneos y disminuye la coordinación psico-motriz en función de la cantidad utilizada. En algunos casos se han detectado anormalidades menstruales en las mujeres y disminución en las concentraciones de testosterona y espermatozoides en los hombres. Los riesgos comparativos a nivel pulmonar entre fumar tabaco y fumar hachís son los mismos que entre fumar tabaco y fumar marihuana. Los psicólogos han podido detectar en los consumidores de drogas la carencia de un conocimiento de tipo superior que les permita respirar siempre felicidad, comprensión y 9

soluciones a los problemas que aquejan a todos los hombres y pueblos. Ese conocimiento superior es el conocimiento de sí, que es el conocimiento que otorga las claves para abandonar, mediante padecimientos voluntarios y sacrificios conscientes, esa prisión que llamamos existencia mecánica. Y, ¿por qué es una prisión existir inconscientemente? Porque mientras estemos siempre a merced de las circunstancias, no somos dueños de nada. Es decir, siempre nos suceden las cosas como cuando llueve o como cuando truena. Vivimos, pero estamos muertos, es decir, sin darnos cuenta realmente de por qué tuvimos que nacer en la nación que nacimos, por qué somos los hijos de nuestros padres, por qué tenemos tales y cuales amigos; y así por este estilo nos ocurren billones y billones de sucesos a lo largo de esa película que llamamos vida. Cuando nos enfermamos, por ejemplo, automáticamente achacamos tal enfermedad a carencia de vitaminas, defensas biológicas bajas, factores hereditarios, contaminantes ambientales, etc., etc.; empero, el resorte secreto de todos nuestros males y circunstancias mal habidas habría que buscarlos en el fondo mismo de nuestra Conciencia. Es aquí, en donde la Enseñanza Gnóstica cobra su verdadero vigor y dimensión para extenderse hasta el hombre común como la sombra de un árbol frondoso en medio de un gran desierto. Realmente esas pobres víctimas ignoran que son atormentadas por su propia ignorancia. A esas infelices personas nadie las ha curado, ningún psiquiatra les ha enseñado el uso y manejo del conocimiento de sí mismo. Ellas desconocen las grandes facultades que permanecen escondidas dentro de sí, debido a la pereza intelectual de escudriñar aquellas inquietudes del espíritu que con fuerza claman en su interior: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Para dónde voy? ¿Para qué vivo? ¿Por qué vivo? ¿Cuál es la causa fundamental de la existencia? El ser humano intelectual es un pobre títere parlante con memoria y vitalidad, un muñeco viviente en manos de sus múltiples defectos psicológicos (ansiedad, miedo…) que tiene la tonta ilusión de que puede hacer, cuando en realidad de verdad nada puede hacer. Imaginad que ese muñeco puede cambiar de dueños a cada momento. Cada dueño es una persona distinta, tiene su propio criterio, su propia forma de divertirse, sentir, vivir, etc., etc. Un dueño cualquiera queriendo conseguir dinero apretará ciertos botones y entonces el muñeco se dedicará a los negocios, otro dueño media hora o varias horas después tendrá una idea diferente y pondrá a su muñeco a bailar y a reír y un tercero lo pondrá a pelear, un cuarto lo hará enamorar, un quinto lo hará enamorar de otra, un sexto lo hará pelearse con un vecino y creara un problema de policía y un séptimo le hará cambiar de domicilio. Si el drogadicto comprende esta situación, irrefutablemente, logrará transformarse. 10

soluciones a los problemas que aquejan a todos los<br />

hombres y pueblos. Ese conocimiento superior es el<br />

conocimiento de sí, que es el conocimiento que otorga las<br />

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voluntarios y sacrificios conscientes, esa prisión que<br />

llamamos existencia mecánica. Y, ¿por qué es una prisión<br />

existir inconscientemente? Porque mientras estemos<br />

siempre a merced de las circunstancias, no somos dueños<br />

de nada. Es decir, siempre nos suceden las cosas como<br />

cuando llueve o como cuando truena.<br />

Vivimos, pero estamos muertos, es decir, sin darnos cuenta<br />

realmente de por qué tuvimos que nacer en la nación que<br />

nacimos, por qué somos los hijos de nuestros padres, por<br />

qué tenemos tales y cuales amigos; y así por este estilo nos<br />

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película que llamamos vida. Cuando nos enfermamos, por<br />

ejemplo, automáticamente achacamos tal enfermedad a<br />

carencia de vitaminas, defensas biológicas bajas, factores<br />

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empero, el resorte secreto de todos nuestros males y<br />

circunstancias mal habidas habría que buscarlos en el<br />

fondo mismo de nuestra Conciencia. Es aquí, en donde la<br />

Enseñanza Gnóstica cobra su verdadero vigor y dimensión<br />

para extenderse hasta el hombre común como la sombra de<br />

un árbol frondoso en medio de un gran desierto.<br />

Realmente esas pobres víctimas ignoran que son<br />

atormentadas por su propia ignorancia. A esas infelices<br />

personas nadie las ha curado, ningún psiquiatra les ha<br />

enseñado el uso y manejo del conocimiento de sí mismo.<br />

Ellas desconocen las grandes facultades que permanecen<br />

escondidas dentro de sí, debido a la pereza intelectual de<br />

escudriñar aquellas inquietudes del espíritu que con fuerza<br />

claman en su interior: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo?<br />

¿Para dónde voy? ¿Para qué vivo? ¿Por qué vivo? ¿Cuál es<br />

la causa fundamental de la existencia?<br />

El ser humano intelectual es un pobre títere parlante con<br />

memoria y vitalidad, un muñeco viviente en manos de sus<br />

múltiples defectos psicológicos (ansiedad, miedo…) que<br />

tiene la tonta ilusión de que puede hacer, cuando en realidad<br />

de verdad nada puede hacer. Imaginad que ese muñeco<br />

puede cambiar de dueños a cada momento. Cada dueño es<br />

una persona distinta, tiene su propio criterio, su propia forma<br />

de divertirse, sentir, vivir, etc., etc. Un dueño cualquiera<br />

queriendo conseguir dinero apretará ciertos botones y<br />

entonces el muñeco se dedicará a los negocios, otro dueño<br />

media hora o varias horas después tendrá una idea<br />

diferente y pondrá a su muñeco a bailar y a reír y un tercero<br />

lo pondrá a pelear, un cuarto lo hará enamorar, un quinto lo<br />

hará enamorar de otra, un sexto lo hará pelearse con un<br />

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