30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

vio obligado <strong>por</strong> algún tiempo a ganar su sust<strong>en</strong>to cantando de puerta <strong>en</strong> puerta y padeci<strong>en</strong>do hambre con<br />

mucha frecu<strong>en</strong>cia. Las ideas religiosas lóbregas y supersticiosas que prevalecían <strong>en</strong> su tiempo le ll<strong>en</strong>aban<br />

de pavor. A veces se iba a acostar con el corazón angustiado, p<strong>en</strong>sando con temor <strong>en</strong> el sombrío <strong>por</strong>v<strong>en</strong>ir,<br />

y vi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> Dios a un juez inexorable y un cruel tirano más bi<strong>en</strong> que un bondadoso Padre celestial.<br />

Mas a pesar de tantos motivos de desali<strong>en</strong>to, Lutero siguió resueltam<strong>en</strong>te ade<strong>la</strong>nte, puesta <strong>la</strong> vista<br />

<strong>en</strong> un dechado elevado de moral y de cultura intelectual que le cautivaba el alma. T<strong>en</strong>ía sed de saber, y el<br />

carácter serio y práctico de su g<strong>en</strong>io le hacía desear lo sólido y provechoso más bi<strong>en</strong> que lo vistoso y<br />

superficial.<br />

Cuando a <strong>la</strong> edad de dieciocho años ingresó <strong>en</strong> <strong>la</strong> universidad de Erfurt, su situación era más<br />

favorable y se le ofrecían perspectivas más bril<strong>la</strong>ntes que <strong>la</strong>s que había t<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> años anteriores. Sus<br />

padres podían <strong>en</strong>tonces mant<strong>en</strong>erle más desahogadam<strong>en</strong>te merced a <strong>la</strong> pequeña haci<strong>en</strong>da que habían<br />

logrado con su <strong>la</strong>boriosidad y sus economías. Y <strong>la</strong> influ<strong>en</strong>cia de amigos juiciosos había borrado un tanto<br />

el sedim<strong>en</strong>to de tristeza que dejara <strong>en</strong> su carácter su primera educación. Se dedicó a estudiar los mejores<br />

autores, atesorando con dilig<strong>en</strong>cia sus maduras reflexiones y haci<strong>en</strong>do suyo el tesoro de conocimi<strong>en</strong>tos de<br />

los sabios. Aun bajo <strong>la</strong> dura disciplina de sus primeros maestros, dio señales de distinción; y ahora,<br />

rodeado de influ<strong>en</strong>cias más favorables, vio desarrol<strong>la</strong>rse rápidam<strong>en</strong>te su tal<strong>en</strong>to. Por su bu<strong>en</strong>a memoria,<br />

su activa imaginación, sus sólidas facultades de raciocinio y su incansable consagración al estudio vino a<br />

quedar pronto al fr<strong>en</strong>te de sus condiscípulos. La disciplina intelectual maduró su <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to y <strong>la</strong><br />

actividad m<strong>en</strong>tal despertó una aguda percepción que le preparó conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te para los conflictos de<br />

<strong>la</strong> vida.<br />

El temor del Señor moraba <strong>en</strong> el corazón de Lutero y le habilitó para mant<strong>en</strong>erse firme <strong>en</strong> sus<br />

propósitos y siempre humilde de<strong>la</strong>nte de Dios. Perman<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te dominado <strong>por</strong> <strong>la</strong> convicción de que<br />

dep<strong>en</strong>día del auxilio divino, com<strong>en</strong>zaba cada día con oración y elevaba constantem<strong>en</strong>te su corazón a Dios<br />

para pedirle su dirección y su auxilio. “Orar bi<strong>en</strong>—decía él con frecu<strong>en</strong>cia—es <strong>la</strong> mejor mitad del estudio”<br />

(D’Aubigné, lib. 2, cap. 2).<br />

Un día, mi<strong>en</strong>tras examinaba unos libros <strong>en</strong> <strong>la</strong> biblioteca de <strong>la</strong> universidad, descubrió Lutero una<br />

Biblia <strong>la</strong>tina. Jamás había visto aquel libro. Hasta ignoraba que existiese. Había oído <strong>por</strong>ciones de los<br />

92

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!