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America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

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no había sido más que un cúmulo de trabajos y peligros. Sus ejércitos y sus tesoros se habían agotado <strong>en</strong><br />

<strong>la</strong>rga e infructuosa conti<strong>en</strong>da; y ahora, después de un año de reinado murió dejando el reino <strong>en</strong> vísperas<br />

de <strong>la</strong> guerra civil y a <strong>la</strong> posteridad un nombre manchado de infamia.<br />

Continuaron mucho tiempo <strong>la</strong>s conti<strong>en</strong>das y el derramami<strong>en</strong>to de sangre. De nuevo los ejércitos<br />

extranjeros invadieron a Bohemia y <strong>la</strong>s luchas intestinas debilitaron y arruinaron a <strong>la</strong> nación. Los que<br />

permanecieron fieles al evangelio fueron objeto de <strong>en</strong>carnizada persecución. En vista de que, al transigir<br />

con Roma, sus antiguos hermanos habían aceptado sus errores, los que se adherían a <strong>la</strong> vieja fe se<br />

organizaron <strong>en</strong> iglesia distinta, que se l<strong>la</strong>mó de “los Hermanos Unidos”. Esta circunstancia atrajo sobre<br />

ellos toda c<strong>la</strong>se de maldiciones; pero su firmeza era inquebrantable. Obligados a refugiarse <strong>en</strong> los bosques<br />

y <strong>la</strong>s cuevas, siguieron reuniéndose para leer <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra de Dios y para celebrar culto.<br />

Valiéndose de m<strong>en</strong>sajeros secretos que mandaron a varios países, llegaron a saber que había,<br />

diseminados <strong>en</strong> varias partes, “algunos sost<strong>en</strong>edores de <strong>la</strong> verdad, unos <strong>en</strong> esta, otros <strong>en</strong> aquel<strong>la</strong> ciudad,<br />

si<strong>en</strong>do como ellos, objeto de <strong>en</strong>carnizada persecución; supieron también que <strong>en</strong>tre <strong>la</strong>s montañas de los<br />

Alpes había una iglesia antigua que se basaba <strong>en</strong> <strong>la</strong>s Sagradas Escrituras, y que protestaba contra <strong>la</strong> idó<strong>la</strong>tra<br />

corrupción de Roma” (ibíd., cap. 19). Recibieron estos datos con gran regocijo e iniciaron re<strong>la</strong>ciones <strong>por</strong><br />

correspond<strong>en</strong>cia con los cristianos vald<strong>en</strong>ses.<br />

Permaneci<strong>en</strong>do firmes <strong>en</strong> el evangelio, los bohemios, a través de <strong>la</strong>s tinieb<strong>la</strong>s de <strong>la</strong> persecución y<br />

aun <strong>en</strong> <strong>la</strong> hora más sombría, volvían <strong>la</strong> vista hacia el horizonte como qui<strong>en</strong> espera el rayar del alba. “Les<br />

tocó vivir <strong>en</strong> días malos, pero [...] recordaban <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras pronunciadas <strong>por</strong> Hus y repetidas <strong>por</strong> Jerónimo,<br />

de que pasaría un siglo antes de que se viera despuntar <strong>la</strong> aurora. Estas pa<strong>la</strong>bras eran para los husitas lo<br />

que para <strong>la</strong>s tribus esc<strong>la</strong>vas <strong>en</strong> <strong>la</strong> tierra de servidumbre aquel<strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras de José: ‘Yo voy a morir, pero<br />

Dios ciertam<strong>en</strong>te os visitará y os hará subir de esta tierra’” (ibíd.). “La última parte del siglo XV vio el<br />

crecimi<strong>en</strong>to l<strong>en</strong>to pero seguro de <strong>la</strong>s iglesias de los Hermanos. Aunque distaban mucho de no ser<br />

molestados, gozaron sin embargo de re<strong>la</strong>tiva tranquilidad. A principios del siglo XVI se contaban<br />

dosci<strong>en</strong>tas de sus iglesias <strong>en</strong> Bohemia y <strong>en</strong> Moravia” (T. H. Gilett, Life and Times of John Huss, tomo 2,<br />

p. 570). “Tan numeroso era el residuo, que sobrevivió a <strong>la</strong> furia destructora del fuego y de <strong>la</strong> espada y<br />

pudo ver <strong>la</strong> aurora de aquel día que Hus había predicho” (Wylie, lib. 3, cap. 19)<br />

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