30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

que se reformaran los <strong>en</strong>ormes abusos sancionados <strong>por</strong> <strong>la</strong> iglesia. Con notable don de persuasión describió<br />

<strong>la</strong>s usurpaciones y <strong>la</strong>s corrupciones de <strong>la</strong> sede papal, y sus <strong>en</strong>emigos quedaron confundidos. Los amigos<br />

y partidarios de Wiclef se habían visto obligados a ceder, y se esperaba confiadam<strong>en</strong>te que el mismo<br />

reformador al llegar a <strong>la</strong> vejez y verse solo y sin amigos, se inclinaría ante <strong>la</strong> autoridad combinada de <strong>la</strong><br />

corona y de <strong>la</strong> mitra. Mas <strong>en</strong> vez de esto, los papistas se vieron derrotados. Entusiasmado <strong>por</strong> <strong>la</strong>s<br />

elocu<strong>en</strong>tes interpe<strong>la</strong>ciones de Wiclef, el par<strong>la</strong>m<strong>en</strong>to revocó el edicto de persecución y el reformador se<br />

vio nuevam<strong>en</strong>te libre.<br />

Por tercera vez le citaron para formarle juicio, y esta vez ante el más alto tribunal eclesiástico del<br />

reino. En esta corte suprema no podía haber favoritismo para <strong>la</strong> herejía; <strong>en</strong> el<strong>la</strong> debía asegurarse el triunfo<br />

para Roma y ponerse fin a <strong>la</strong> obra del reformador. Así p<strong>en</strong>saban los papistas. Si lograban su int<strong>en</strong>to, Wiclef<br />

se vería obligado a abjurar sus doctrinas o de lo contrario no saldría del tribunal más que para ser quemado.<br />

Empero Wiclef no se retractó, ni quiso disimu<strong>la</strong>r nada. Sostuvo intrépido sus <strong>en</strong>señanzas y rechazó los<br />

cargos de sus perseguidores. Olvidándose de sí mismo, de su posición y de <strong>la</strong> ocasión, emp<strong>la</strong>zó a sus<br />

oy<strong>en</strong>tes ante el tribunal divino y pesó los sofismas y <strong>la</strong>s imposturas de sus <strong>en</strong>emigos <strong>en</strong> <strong>la</strong> ba<strong>la</strong>nza de <strong>la</strong><br />

verdad eterna. El poder del Espíritu Santo se dejó s<strong>en</strong>tir <strong>en</strong> <strong>la</strong> sa<strong>la</strong> del concilio. Los circunstantes notaron<br />

<strong>la</strong> influ<strong>en</strong>cia de Dios y parecía que no tuvieran fuerzas sufici<strong>en</strong>tes para abandonar el lugar.<br />

Las pa<strong>la</strong>bras del reformador eran como flechas de <strong>la</strong> aljaba de Dios, que p<strong>en</strong>etraban y herían sus<br />

corazones. El cargo de herejía que pesaba sobre él, Wiclef lo <strong>la</strong>nzó contra ellos con poder irresistible. Los<br />

interpeló <strong>por</strong> el atrevimi<strong>en</strong>to con que ext<strong>en</strong>dían sus errores y los d<strong>en</strong>unció como traficantes que <strong>por</strong> amor<br />

al lucro comerciaban con <strong>la</strong> gracia de Dios. “¿Contra quién p<strong>en</strong>sáis que estáis cont<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do?—dijo al<br />

concluir—. ¿Con un anciano que está ya al borde del sepulcro? ¡No! ¡contra <strong>la</strong> Verdad, <strong>la</strong> Verdad que es<br />

más fuerte que vosotros y que os v<strong>en</strong>cerá!” (Wylie, lib. 2, cap. 13). Y dici<strong>en</strong>do esto se retiró de <strong>la</strong> asamblea<br />

sin que ninguno de los adversarios int<strong>en</strong>tara det<strong>en</strong>erlo.<br />

La obra de Wiclef quedaba casi concluida. El estandarte de <strong>la</strong> verdad que él había sost<strong>en</strong>ido <strong>por</strong><br />

tanto tiempo iba pronto a caer de sus manos; pero era necesario que diese un testimonio más <strong>en</strong> favor del<br />

evangelio. La verdad debía ser proc<strong>la</strong>mada desde <strong>la</strong> misma fortaleza del imperio del error. Fue emp<strong>la</strong>zado<br />

Wiclef a pres<strong>en</strong>tarse ante el tribunal papal de Roma, que había derramado tantas veces <strong>la</strong> sangre de los<br />

66

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!