30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Allí están los que se mofaron de Cristo <strong>en</strong> su humil<strong>la</strong>ción. Con fuerza p<strong>en</strong>etrante acud<strong>en</strong> a su<br />

m<strong>en</strong>te <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras del Varón de dolores, cuando, conjurado <strong>por</strong> el sumo sacerdote, dec<strong>la</strong>ró solemnem<strong>en</strong>te:<br />

“Desde ahora habéis de ver al Hijo del hombre s<strong>en</strong>tado a <strong>la</strong> diestra de <strong>la</strong> pot<strong>en</strong>cia de Dios, y que vi<strong>en</strong>e <strong>en</strong><br />

<strong>la</strong>s nubes del cielo”. Mateo 26:64. Ahora le v<strong>en</strong> <strong>en</strong> su gloria, y deb<strong>en</strong> verlo aún s<strong>en</strong>tado a <strong>la</strong> diestra del<br />

poder divino.<br />

Los que pusieron <strong>en</strong> ridículo su aserto de ser el Hijo de Dios <strong>en</strong>mudec<strong>en</strong> ahora. Allí está el altivo<br />

Herodes que se burló de su título real y mandó a los soldados escarnecedores que le coronaran. Allí están<br />

los hombres mismos que con manos impías pusieron sobre su cuerpo el manto de grana, sobre sus sagradas<br />

si<strong>en</strong>es <strong>la</strong> corona de espinas y <strong>en</strong> su dócil mano un cetro burlesco, y se inclinaron ante él con bur<strong>la</strong>s de<br />

b<strong>la</strong>sfemia. Los hombres que golpearon y escupieron al Príncipe de <strong>la</strong> vida, tratan de evitar ahora su mirada<br />

p<strong>en</strong>etrante y de huir de <strong>la</strong> gloria abrumadora de su pres<strong>en</strong>cia. Los que atravesaron con c<strong>la</strong>vos sus manos<br />

y sus pies, los soldados que le abrieron el costado, consideran esas señales con terror y remordimi<strong>en</strong>to.<br />

Los sacerdotes y los escribas recuerdan los acontecimi<strong>en</strong>tos del Calvario con c<strong>la</strong>ridad aterradora. Ll<strong>en</strong>os<br />

de horror recuerdan cómo, movi<strong>en</strong>do sus cabezas con arrebato satánico, exc<strong>la</strong>maron: “A otros salvó, a sí<br />

mismo no puede salvar: si es el Rey de Israel, desci<strong>en</strong>da ahora de <strong>la</strong> cruz, y creeremos <strong>en</strong> él. Confió <strong>en</strong><br />

Dios; líbrele ahora si le quiere”. Mateo 27:42, 43.<br />

Recuerdan a lo vivo <strong>la</strong> parábo<strong>la</strong> de los <strong>la</strong>bradores que se negaron a <strong>en</strong>tregar a su señor los frutos<br />

de <strong>la</strong> viña, que maltrataron a sus siervos y mataron a su hijo. También recuerdan <strong>la</strong> s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia que ellos<br />

mismos pronunciaron: “A los malos destruirá miserablem<strong>en</strong>te” el señor de <strong>la</strong> viña. Los sacerdotes y<br />

escribas v<strong>en</strong> <strong>en</strong> el pecado y <strong>en</strong> el castigo de aquellos malos <strong>la</strong>bradores su propia conducta y su propia y<br />

merecida suerte. Y <strong>en</strong>tonces se levanta un grito de agonía mortal. Más fuerte que los gritos de “¡Sea<br />

crucificado! ¡Sea crucificado!” que resonaron <strong>por</strong> <strong>la</strong>s calles de Jerusalén, estal<strong>la</strong> el c<strong>la</strong>mor terrible y<br />

desesperado: “¡Es el Hijo de Dios! ¡Es el verdadero Mesías!” Tratan de huir de <strong>la</strong> pres<strong>en</strong>cia del Rey de<br />

reyes. En vano tratan de esconderse <strong>en</strong> <strong>la</strong>s hondas cuevas de <strong>la</strong> tierra desgarrada <strong>por</strong> <strong>la</strong> conmoción de los<br />

elem<strong>en</strong>tos.<br />

En <strong>la</strong> vida de todos los que rechazan <strong>la</strong> verdad, hay mom<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> que <strong>la</strong> conci<strong>en</strong>cia se despierta,<br />

<strong>en</strong> que <strong>la</strong> memoria evoca el recuerdo aterrador de una vida de hipocresía, y el alma se si<strong>en</strong>te atorm<strong>en</strong>tada<br />

550

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!