30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

mi paci<strong>en</strong>cia y andarán <strong>en</strong>tre los ángeles”; y de los <strong>la</strong>bios pálidos y trémulos de los que guardaron<br />

firmem<strong>en</strong>te <strong>la</strong> fe, sube una ac<strong>la</strong>mación de victoria.<br />

Es a medianoche cuando Dios manifiesta su poder para librar a su pueblo. Sale el sol <strong>en</strong> todo su<br />

espl<strong>en</strong>dor. Sucéd<strong>en</strong>se señales y prodigios con rapidez. Los malos miran <strong>la</strong> esc<strong>en</strong>a con terror y asombro,<br />

mi<strong>en</strong>tras los justos contemp<strong>la</strong>n con gozo <strong>la</strong>s señales de su liberación. La naturaleza <strong>en</strong>tera parece<br />

trastornada. Los ríos dejan de correr. Nubes negras y pesadas se levantan y chocan unas con otras. En<br />

medio de los cielos conmovidos hay un c<strong>la</strong>ro de gloria indescriptible, de donde baja <strong>la</strong> voz de Dios<br />

semejante al ruido de muchas aguas, dici<strong>en</strong>do: “Hecho es”. Apocalipsis 16:17.<br />

Esa misma voz sacude los cielos y <strong>la</strong> tierra. Síguese un gran terremoto, “cual no fue jamás desde<br />

que los hombres han estado sobre <strong>la</strong> tierra”. Vers. 18. El firmam<strong>en</strong>to parece abrirse y cerrarse. La gloria<br />

del trono de Dios parece cruzar <strong>la</strong> atmósfera. Los montes son movidos como una caña al soplo del vi<strong>en</strong>to,<br />

y <strong>la</strong>s rocas quebrantadas se esparc<strong>en</strong> <strong>por</strong> todos <strong>la</strong>dos. Se oye un estru<strong>en</strong>do como de cercana tempestad. El<br />

mar es azotado con furor. Se oye el silbido del huracán, como voz de demonios <strong>en</strong> misión de destrucción.<br />

Toda <strong>la</strong> tierra se alborota e hincha como <strong>la</strong>s o<strong>la</strong>s del mar. Su superficie se raja. Sus mismos<br />

fundam<strong>en</strong>tos parec<strong>en</strong> ceder. Se hund<strong>en</strong> cordilleras. Desaparec<strong>en</strong> is<strong>la</strong>s habitadas. Los puertos marítimos<br />

que se volvieron como Sodoma <strong>por</strong> su corrupción, son tragados <strong>por</strong> <strong>la</strong>s <strong>en</strong>furecidas o<strong>la</strong>s. “La grande<br />

Babilonia vino <strong>en</strong> memoria de<strong>la</strong>nte de Dios, para darle el cáliz del vino del furor de su ira”. Vers. 19.<br />

Pedrisco grande, cada piedra,“como del peso de un tal<strong>en</strong>to” (Vers. 21),hace su obra de destrucción. Las<br />

más soberbias ciudades de <strong>la</strong> tierra son arrasadas. Los pa<strong>la</strong>cios suntuosos <strong>en</strong> que los magnates han<br />

malgastado sus riquezas <strong>en</strong> provecho de su gloria personal, ca<strong>en</strong> <strong>en</strong> ruinas ante su vista. Los muros de <strong>la</strong>s<br />

cárceles se part<strong>en</strong> de arriba abajo, y son libertados los hijos de Dios que habían sido apresados <strong>por</strong> su fe.<br />

Los sepulcros se abr<strong>en</strong> y “muchos de los que duerm<strong>en</strong> <strong>en</strong> el polvo de <strong>la</strong> tierra serán despertados,<br />

unos para vida eterna, y otros para vergü<strong>en</strong>za y confusión perpetua”. Daniel 12:2. Todos los que murieron<br />

<strong>en</strong> <strong>la</strong> fe del m<strong>en</strong>saje del tercer ángel, sal<strong>en</strong> glorificados de <strong>la</strong> tumba, para oír el pacto de paz que Dios hace<br />

con los que guardaron su ley. “Los que le traspasaron” (Apocalipsis 1:7), los que se mofaron y se rieron<br />

de <strong>la</strong> agonía de Cristo y los <strong>en</strong>emigos más acérrimos de su verdad y de su pueblo, son resucitados para<br />

mirarle <strong>en</strong> su gloria y para ver el honor con que serán recomp<strong>en</strong>sados los fieles y obedi<strong>en</strong>tes.<br />

545

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!