30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

de angustia se verán sumidos <strong>en</strong> mayor aflicción <strong>por</strong>que no se habrán acostumbrado a confiar <strong>en</strong> Dios.<br />

Las lecciones de fe que hayan descuidado, t<strong>en</strong>drán que apr<strong>en</strong>der<strong>la</strong>s bajo el terrible peso del desali<strong>en</strong>to.<br />

Deberíamos apr<strong>en</strong>der ahora a conocer a Dios, poni<strong>en</strong>do a prueba sus promesas. Los ángeles toman nota<br />

de cada oración fervi<strong>en</strong>te y sincera. Sería mejor sacrificar nuestros propios gustos antes que descuidar <strong>la</strong><br />

comunión con Dios. La mayor pobreza y <strong>la</strong> más absoluta abnegación, con <strong>la</strong> aprobación divina, val<strong>en</strong> más<br />

que <strong>la</strong>s riquezas, los honores, <strong>la</strong>s comodidades y amistades sin el<strong>la</strong>. Debemos darnos tiempo para orar. Si<br />

nos dejamos absorber <strong>por</strong> los intereses mundanos, el Señor puede darnos ese tiempo que necesitamos,<br />

quitándonos nuestros ídolos, ya sean estos oro, casas o tierras feraces.<br />

La juv<strong>en</strong>tud no se dejaría seducir <strong>por</strong> el pecado si se negase a <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> otro camino que aquel<br />

sobre el cual pudiera pedir <strong>la</strong> b<strong>en</strong>dición de Dios. Si los que proc<strong>la</strong>man <strong>la</strong> última solemne amonestación al<br />

mundo rogas<strong>en</strong> <strong>por</strong> <strong>la</strong> b<strong>en</strong>dición de Dios, no con frialdad e indol<strong>en</strong>cia, sino con fervor y fe como lo hizo<br />

Jacob, <strong>en</strong>contrarían muchas ocasiones <strong>en</strong> que podrían decir: “Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma”.<br />

Génesis 32:30. Serían considerados como príncipes <strong>en</strong> el cielo, con poder para prevalecer con Dios y los<br />

hombres.<br />

El “tiempo de angustia, cual nunca fue después que hubo g<strong>en</strong>te” se iniciará pronto; y para <strong>en</strong>tonces<br />

necesitaremos t<strong>en</strong>er una experi<strong>en</strong>cia que hoy <strong>por</strong> hoy no poseemos y que muchos no pued<strong>en</strong> lograr debido<br />

a su indol<strong>en</strong>cia. Sucede muchas veces que los peligros que se esperan no resultan tan grandes como uno<br />

se los había imaginado; pero este no es el caso respecto de <strong>la</strong> crisis que nos espera. La imaginación más<br />

fecunda no alcanza a darse cu<strong>en</strong>ta de <strong>la</strong> magnitud de tan dolorosa prueba. En aquel tiempo de tribu<strong>la</strong>ción,<br />

cada alma deberá sost<strong>en</strong>erse <strong>por</strong> sí so<strong>la</strong> ante Dios. “Si Noé, Daniel y Job estuvier<strong>en</strong>” <strong>en</strong> el país, “¡vivo yo!<br />

dice Jehová el Señor, que ni a hijo ni a hija podrán ellos librar <strong>por</strong> su justicia; tan solo a sus propias almas<br />

librarán”. Ezequiel 14:20 (VM).<br />

Ahora, mi<strong>en</strong>tras que nuestro gran Sumo Sacerdote está haci<strong>en</strong>do propiciación <strong>por</strong> nosotros,<br />

debemos tratar de llegar a <strong>la</strong> perfección <strong>en</strong> Cristo. Nuestro Salvador no pudo ser inducido a ceder a <strong>la</strong><br />

t<strong>en</strong>tación ni siquiera <strong>en</strong> p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to. Satanás <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> los corazones humanos algún asidero <strong>en</strong> que<br />

hacerse firme; es tal vez algún deseo pecaminoso que se acaricia, <strong>por</strong> medio del cual <strong>la</strong> t<strong>en</strong>tación se<br />

fortalece. Pero Cristo dec<strong>la</strong>ró al hab<strong>la</strong>r de sí mismo: “Vi<strong>en</strong>e el príncipe de este mundo; mas no ti<strong>en</strong>e nada<br />

533

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!