30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Los cristianos profesos que llegarán sin preparación al último y terrible conflicto, confesarán sus<br />

pecados con pa<strong>la</strong>bras de angustia consumidora, mi<strong>en</strong>tras los impíos se reirán de esa angustia. Esas<br />

confesiones son del mismo carácter que <strong>la</strong>s de Esaú o de Judas. Los que <strong>la</strong>s hac<strong>en</strong> <strong>la</strong>m<strong>en</strong>tan los resultados<br />

de <strong>la</strong> transgresión, pero no su culpa misma. No si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> verdadera contrición ni horror al mal. Reconoc<strong>en</strong><br />

sus pecados <strong>por</strong> temor al castigo; pero, lo mismo que Faraón, volverían a maldecir al cielo si se<br />

susp<strong>en</strong>dies<strong>en</strong> los juicios de Dios. La historia de Jacob nos da además <strong>la</strong> seguridad de que Dios no rechazará<br />

a los que han sido <strong>en</strong>gañados, t<strong>en</strong>tados y arrastrados al pecado, pero que hayan vuelto a él con verdadero<br />

arrep<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to. Mi<strong>en</strong>tras Satanás trata de acabar con esta c<strong>la</strong>se de personas, Dios <strong>en</strong>viará sus ángeles<br />

para conso<strong>la</strong>r<strong>la</strong>s y proteger<strong>la</strong>s <strong>en</strong> el tiempo de peligro. Los asaltos de Satanás son feroces y resueltos, sus<br />

<strong>en</strong>gaños terribles, pero el ojo de Dios descansa sobre su pueblo y su oído escucha su súplica. Su aflicción<br />

es grande, <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>mas del horno parec<strong>en</strong> estar a punto de consumirlos; pero el Refinador los sacará como<br />

oro purificado <strong>por</strong> el fuego. El amor de Dios para con sus hijos durante el período de su prueba más dura<br />

es tan grande y tan tierno como <strong>en</strong> los días de su mayor prosperidad; pero necesitan pasar <strong>por</strong> el horno de<br />

fuego; debe consumirse su mundanalidad, para que <strong>la</strong> imag<strong>en</strong> de Cristo se refleje perfectam<strong>en</strong>te.<br />

Los tiempos de apuro y angustia que nos esperan requier<strong>en</strong> una fe capaz de so<strong>por</strong>tar el cansancio,<br />

<strong>la</strong> demora y el hambre, una fe que no desmaye a pesar de <strong>la</strong>s pruebas más duras. El tiempo de gracia les<br />

es concedido a todos a fin de que se prepar<strong>en</strong> para aquel mom<strong>en</strong>to. Jacob prevaleció <strong>por</strong>que fue<br />

perseverante y resuelto. Su victoria es prueba evid<strong>en</strong>te del poder de <strong>la</strong> oración im<strong>por</strong>tuna. Todos los que<br />

se aferr<strong>en</strong> a <strong>la</strong>s promesas de Dios como lo hizo él, y que sean tan sinceros como él lo fue, t<strong>en</strong>drán tan bu<strong>en</strong><br />

éxito como él. Los que no están dispuestos a negarse a sí mismos, a luchar desesperadam<strong>en</strong>te ante Dios y<br />

a orar mucho y con empeño para obt<strong>en</strong>er su b<strong>en</strong>dición, no lo conseguirán. ¡Cuán pocos cristianos sab<strong>en</strong><br />

lo que es luchar con Dios! ¡Cuán pocos son los que jamás suspiraron <strong>por</strong> Dios con ardor hasta t<strong>en</strong>er como<br />

<strong>en</strong> t<strong>en</strong>sión todas <strong>la</strong>s facultades del alma! Cuando o<strong>la</strong>s de indecible desesperación <strong>en</strong>vuelv<strong>en</strong> al suplicante,<br />

¡cuán raro es verle at<strong>en</strong>erse con fe inquebrantable a <strong>la</strong>s promesas de Dios!<br />

Los que solo ejercitan poca fe, están <strong>en</strong> mayor peligro de caer bajo el dominio de los <strong>en</strong>gaños<br />

satánicos y del decreto que viol<strong>en</strong>tará <strong>la</strong>s conci<strong>en</strong>cias. Y aun <strong>en</strong> caso de so<strong>por</strong>tar <strong>la</strong> prueba, <strong>en</strong> el tiempo<br />

532

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!