30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

voces <strong>en</strong> este s<strong>en</strong>tido. Y un movimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> favor de <strong>la</strong> observancia obligatoria del domingo está ganando<br />

cada vez más terr<strong>en</strong>o.<br />

La sagacidad y astucia de <strong>la</strong> iglesia romana asombran. Puede leer el <strong>por</strong>v<strong>en</strong>ir. Se da tiempo vi<strong>en</strong>do<br />

que <strong>la</strong>s iglesias protestantes le están rindi<strong>en</strong>do hom<strong>en</strong>aje con <strong>la</strong> aceptación del falso día de reposo y que<br />

se preparan a imponerlo con los mismos medios que el<strong>la</strong> empleó <strong>en</strong> tiempos pasados. Los que rechazan<br />

<strong>la</strong> luz de <strong>la</strong> verdad buscarán aún <strong>la</strong> ayuda de este poder que se titu<strong>la</strong> infalible, a fin de exaltar una<br />

institución que debe su orig<strong>en</strong> a Roma. No es difícil prever cuán apresuradam<strong>en</strong>te el<strong>la</strong> acudirá <strong>en</strong> ayuda<br />

de los protestantes <strong>en</strong> este movimi<strong>en</strong>to. ¿Quién mejor que los jefes papistas para saber cómo <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dérse<strong>la</strong>s<br />

con los que desobedec<strong>en</strong> a <strong>la</strong> iglesia?<br />

La Iglesia Católica romana, con todas sus ramificaciones <strong>en</strong> el mundo <strong>en</strong>tero, forma una vasta<br />

organización dirigida <strong>por</strong> <strong>la</strong> sede papal, y destinada a servir los intereses de esta. Instruye a sus millones<br />

de adeptos <strong>en</strong> todos los países del globo, para que se consider<strong>en</strong> obligados a obedecer al papa. Sea cual<br />

fuere <strong>la</strong> nacionalidad o el gobierno de estos, deb<strong>en</strong> considerar <strong>la</strong> autoridad de <strong>la</strong> iglesia como <strong>por</strong> <strong>en</strong>cima<br />

de todas <strong>la</strong>s demás. Aunque jur<strong>en</strong> fidelidad al estado, siempre quedará <strong>en</strong> el fondo el voto de obedi<strong>en</strong>cia<br />

a Roma que los absuelve de toda promesa contraria a los intereses de el<strong>la</strong>.<br />

La historia prueba lo astuta y persist<strong>en</strong>te que es <strong>en</strong> sus esfuerzos <strong>por</strong> inmiscuirse <strong>en</strong> los asuntos de<br />

<strong>la</strong>s naciones, y para favorecer sus propios fines, aun a costa de <strong>la</strong> ruina de príncipes y pueblos, una vez<br />

que logró <strong>en</strong>trar. En el año 1204, el papa Inoc<strong>en</strong>cio III arrancó de Pedro II, rey de Aragón, este juram<strong>en</strong>to<br />

extraordinario: “Yo, Pedro, rey de los aragoneses, dec<strong>la</strong>ro y prometo ser siempre fiel y obedi<strong>en</strong>te a mi<br />

señor, el papa Inoc<strong>en</strong>cio, a sus sucesores católicos y a <strong>la</strong> iglesia romana,y conservar mi reino <strong>en</strong> su<br />

obedi<strong>en</strong>cia,def<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do <strong>la</strong> religión católica y persigui<strong>en</strong>do <strong>la</strong> perversidad herética” (John Dowling, The<br />

History of Romanism, lib. 5, cap. 6, sec. 55). Esto está <strong>en</strong> armonía con <strong>la</strong>s pret<strong>en</strong>siones del pontífice<br />

romano con refer<strong>en</strong>cia al poder, de que “él ti<strong>en</strong>e derecho de deponer emperadores” y de que “puede<br />

desligar a los súbditos de <strong>la</strong> lealtad debida a gobernantes perversos” (Mosheim, lib. 3, siglo II, parte 2,<br />

cap. 2, sec. 2, nota 17; véase también el Apéndice).<br />

Y téngase pres<strong>en</strong>te que Roma se jacta de no variar jamás. Los principios de Gregorio VII y de<br />

Inoc<strong>en</strong>cio III son aún los principios de <strong>la</strong> Iglesia Católica romana; y si solo tuviese el poder, los pondría<br />

499

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!