30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

¡Y cuán repulsiva es <strong>la</strong> cre<strong>en</strong>cia de que, ap<strong>en</strong>as exha<strong>la</strong>do el último suspiro, el alma del imp<strong>en</strong>it<strong>en</strong>te<br />

es arrojada a <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>mas del infierno! ¡En qué abismos de dolor no deb<strong>en</strong> sumirse los que v<strong>en</strong> a sus amigos<br />

bajar a <strong>la</strong> tumba sin preparación para <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> una eternidad de pecado y de dolor! Muchos han sido<br />

arrastrados a <strong>la</strong> locura <strong>por</strong> este horrible p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to que los atorm<strong>en</strong>tara. ¿Qué dic<strong>en</strong> <strong>la</strong>s Sagradas<br />

Escrituras a este respecto? David dec<strong>la</strong>ra que el hombre no es consci<strong>en</strong>te <strong>en</strong> <strong>la</strong> muerte: “Sale su espíritu,<br />

y él se torna <strong>en</strong> su tierra: <strong>en</strong> ese mismo día perec<strong>en</strong> sus p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos”. Salmos 146:4 (VM). Salomón da<br />

el mismo testimonio: “Porque los que viv<strong>en</strong> sab<strong>en</strong> que han de morir: mas los muertos nada sab<strong>en</strong>”.<br />

“También su amor, y su odio y su <strong>en</strong>vidia, f<strong>en</strong>eció ya: ni ti<strong>en</strong>e ya más parte <strong>en</strong> el siglo, <strong>en</strong> todo lo que se<br />

hace debajo del sol”. “Adonde tú vas no hay obra, ni industria, ni ci<strong>en</strong>cia, ni sabiduría”. Eclesiastés 9:5,<br />

6, 10.<br />

Cuando, <strong>en</strong> respuesta a sus oraciones, <strong>la</strong> vida de Ezequías fue prolongada <strong>por</strong> quince años, el rey<br />

agradecido, tributó a Dios loores <strong>por</strong> su gran misericordia. En su canto de a<strong>la</strong>banza, dice <strong>por</strong> qué se<br />

alegraba: “No te ha de a<strong>la</strong>bar el sepulcro; <strong>la</strong> muerte no te celebrará; ni esperarán <strong>en</strong> tu verdad los que bajan<br />

al hoyo. El vivi<strong>en</strong>te, el vivi<strong>en</strong>te sí, él te a<strong>la</strong>bará, como yo, el día de hoy”. Isaías 38:18, 19 (VM). La<br />

teología de moda pres<strong>en</strong>ta a los justos que fallec<strong>en</strong> como si estuvieran <strong>en</strong> el cielo gozando de <strong>la</strong><br />

bi<strong>en</strong>av<strong>en</strong>turanza y loando a Dios con l<strong>en</strong>guas inmortales, pero Ezequías no veía tan gloriosa perspectiva<br />

<strong>en</strong> <strong>la</strong> muerte. Sus pa<strong>la</strong>bras concuerdan con el testimonio del salmista: “Porque <strong>en</strong> <strong>la</strong> muerte no hay<br />

memoria de ti: ¿Quién te loará <strong>en</strong> el sepulcro?” Salmos 6:5. “No son los muertos los que a<strong>la</strong>ban a Jehová,<br />

ni todos los que bajan al sil<strong>en</strong>cio”. Salmos 115:17 (VM).<br />

En el día de P<strong>en</strong>tecostés, San Pedro dec<strong>la</strong>ró que el patriarca David “murió, y fue sepultado, y su<br />

sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy”. “Porque David no subió a los cielos”. Hechos 2:29, 34.<br />

El hecho de que David permanecerá <strong>en</strong> el sepulcro hasta el día de <strong>la</strong> resurrección, prueba que los justos<br />

no van al cielo cuando muer<strong>en</strong>. Es solo mediante <strong>la</strong> resurrección, y <strong>en</strong> virtud y como consecu<strong>en</strong>cia de <strong>la</strong><br />

resurrección de Cristo <strong>por</strong> lo cual David podrá finalm<strong>en</strong>te s<strong>en</strong>tarse a <strong>la</strong> diestra de Dios. Y San Pablo dice:<br />

“Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana: aun estáis<br />

<strong>en</strong> vuestros pecados. Entonces también los que murieron <strong>en</strong> Cristo perecieron”. 1 Corintios 15:16-18<br />

(RV95). Si desde hace cuatro mil años los justos al morir hubies<strong>en</strong> ido directam<strong>en</strong>te al cielo, ¿cómo habría<br />

470

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!