30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

haya de <strong>en</strong>tregar sus criaturas a <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>mas de un infierno eterno. Pero, como cre<strong>en</strong> que el alma es de <strong>por</strong><br />

sí inmortal, no v<strong>en</strong> otra alternativa que sacar <strong>la</strong> conclusión de que toda <strong>la</strong> humanidad será finalm<strong>en</strong>te<br />

salvada. Muchos son los que consideran <strong>la</strong>s am<strong>en</strong>azas de <strong>la</strong> Biblia como destinadas tan solo a amedr<strong>en</strong>tar<br />

a los hombres para que obedezcan y no como debi<strong>en</strong>do cumplirse literalm<strong>en</strong>te. Así el pecador puede vivir<br />

<strong>en</strong> p<strong>la</strong>ceres egoístas, sin prestar at<strong>en</strong>ción alguna a lo que Dios exige de él, y esperar sin embargo que será<br />

recibido finalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> su gracia. Semejante doctrina que así especu<strong>la</strong> con <strong>la</strong> misericordia divina, pero<br />

ignora su justicia, agrada al corazón carnal y ali<strong>en</strong>ta a los malos <strong>en</strong> su iniquidad.<br />

Para muestra de cómo los que cre<strong>en</strong> <strong>en</strong> <strong>la</strong> salvación universal tuerc<strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de <strong>la</strong>s Escrituras<br />

para sost<strong>en</strong>er sus dogmas deletéreos para <strong>la</strong>s almas, basta citar sus propias dec<strong>la</strong>raciones. En los funerales<br />

de un jov<strong>en</strong> irreligioso, muerto instantáneam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> una desgracia, un ministro universalista escogió <strong>por</strong><br />

texto de su discurso <strong>la</strong>s sigui<strong>en</strong>tes pa<strong>la</strong>bras que se refier<strong>en</strong> a David: “Ya estaba conso<strong>la</strong>do acerca de<br />

Amnón que era muerto”. 2 Samuel 13:39. “A m<strong>en</strong>udo me preguntan—dijo el orador—cuál será <strong>la</strong> suerte<br />

de los que muer<strong>en</strong> <strong>en</strong> el pecado, tal vez <strong>en</strong> estado de embriaguez, o que muer<strong>en</strong> sin haber <strong>la</strong>vado sus<br />

vestiduras de <strong>la</strong>s manchas <strong>en</strong>sangr<strong>en</strong>tadas del crim<strong>en</strong>, o como este jov<strong>en</strong>, sin haber hecho profesión<br />

religiosa ni t<strong>en</strong>ido experi<strong>en</strong>cia alguna <strong>en</strong> asuntos de religión. Nos cont<strong>en</strong>tamos con citar <strong>la</strong>s Sagradas<br />

Escrituras; <strong>la</strong> contestación que nos dan al respecto ha de resolver tan trem<strong>en</strong>do problema. Amnón era<br />

pecador <strong>en</strong> extremo; era imp<strong>en</strong>it<strong>en</strong>te, se embriagó y fue muerto <strong>en</strong> ese estado. David era profeta de Dios;<br />

debía saber si Amnón se <strong>en</strong>contraba bi<strong>en</strong> o mal <strong>en</strong> el otro mundo. ¿Cuáles fueron <strong>la</strong>s expresiones de su<br />

corazón?: ‘El rey David deseó ver a Absalón: <strong>por</strong>que estaba conso<strong>la</strong>do acerca de Amnón que había<br />

muerto’.<br />

“¿Y qué debemos deducir de estas pa<strong>la</strong>bras? ¿No es acaso que los sufrimi<strong>en</strong>tos sin fin no formaban<br />

parte de su cre<strong>en</strong>cia religiosa? Así lo <strong>en</strong>t<strong>en</strong>demos nosotros; y aquí <strong>en</strong>contramos un argum<strong>en</strong>to triunfante<br />

<strong>en</strong> apoyo de <strong>la</strong> hipótesis más agradable, más luminosa y más b<strong>en</strong>évo<strong>la</strong> de <strong>la</strong> pureza y de <strong>la</strong> paz finales y<br />

universales. Se había conso<strong>la</strong>do de <strong>la</strong> muerte de su hijo. ¿Y <strong>por</strong> qué? Porque podía con su ojo de profeta<br />

echar una mirada hacia el glorioso estado, ver a su hijo muy alejado de todas <strong>la</strong>s t<strong>en</strong>taciones, libertado y<br />

purificado de <strong>la</strong> esc<strong>la</strong>vitud y corrupciones del pecado, y, después de haber sido sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te santificado<br />

e iluminado, admitido a <strong>la</strong> asamblea de espíritus superiores y dichosos. Su solo consuelo consistía <strong>en</strong> que<br />

463

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!