30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

de Dios, ni de lo que deb<strong>en</strong> ser los que han de armonizar con su carácter; es <strong>por</strong>que no ti<strong>en</strong>e verdadero<br />

concepto de <strong>la</strong> pureza y perfección supremas de Jesús ni de <strong>la</strong> maldad y horror del pecado, <strong>por</strong> lo que el<br />

hombre puede creerse santo. Cuanto más lejos esté de Cristo y más yerre acerca del carácter y los pedidos<br />

de Dios, más justo se cree.<br />

La santificación expuesta <strong>en</strong> <strong>la</strong>s Santas Escrituras abarca todo el ser: espíritu, cuerpo y alma. San<br />

Pablo rogaba <strong>por</strong> los tesalonic<strong>en</strong>ses, que su “ser <strong>en</strong>tero, espíritu y alma y cuerpo” fuese “guardado y<br />

pres<strong>en</strong>tado irrepr<strong>en</strong>sible <strong>en</strong> el adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de nuestro Señor Jesucristo”. 1 Tesalonic<strong>en</strong>ses 5:23 (VM). Y<br />

vuelve a escribir a los crey<strong>en</strong>tes: “Os ruego pues, hermanos, <strong>por</strong> <strong>la</strong>s compasiones de Dios, que le pres<strong>en</strong>téis<br />

vuestros cuerpos, como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios”. Romanos 12:1 (VM). En tiempos del<br />

antiguo Israel, toda ofr<strong>en</strong>da que se traía a Dios era cuidadosam<strong>en</strong>te examinada. Si se descubría un defecto<br />

cualquiera <strong>en</strong> el animal pres<strong>en</strong>tado, se lo rechazaba, pues Dios había mandado que <strong>la</strong>s ofr<strong>en</strong>das fues<strong>en</strong><br />

“sin mancha”. Así también se pide a los cristianos que pres<strong>en</strong>t<strong>en</strong> sus cuerpos <strong>en</strong> “sacrificio vivo, santo,<br />

acepto a Dios”. Para ello, todas sus facultades deb<strong>en</strong> conservarse <strong>en</strong> <strong>la</strong> mejor condición posible. Toda<br />

costumbre que ti<strong>en</strong>da a debilitar <strong>la</strong> fuerza física o m<strong>en</strong>tal incapacita al hombre para el servicio de su<br />

Creador. ¿Y se comp<strong>la</strong>cerá Dios con m<strong>en</strong>os de lo mejor que podamos ofrecerle? Cristo dijo:<br />

“Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón”. Los que aman a Dios de todo corazón desearán<br />

darle el mejor servicio de su vida y tratarán siempre de poner todas <strong>la</strong>s facultades de su ser <strong>en</strong> armonía<br />

con <strong>la</strong>s leyes que aum<strong>en</strong>tarán su aptitud para hacer su voluntad. No debilitarán ni mancharán <strong>la</strong> ofr<strong>en</strong>da<br />

que pres<strong>en</strong>tan a su Padre celestial abandonándose a sus apetitos o pasiones.<br />

San Pedro dice: “Os ruego [...] que os abst<strong>en</strong>gáis de <strong>la</strong>s concupisc<strong>en</strong>cias carnales, <strong>la</strong>s cuales<br />

guerrean contra el alma”. 1 Pedro 2:11 (VM). Toda concesión hecha al pecado ti<strong>en</strong>de a <strong>en</strong>torpecer <strong>la</strong>s<br />

facultades y a destruir el poder de percepción m<strong>en</strong>tal y espiritual, de modo que <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra o el Espíritu de<br />

Dios ya no puedan impresionar sino débilm<strong>en</strong>te el corazón. San Pablo escribe a los Corintios:<br />

“Limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu, perfeccionando <strong>la</strong> santificación <strong>en</strong> temor de<br />

Dios”. 2 Corintios 7:1. Y <strong>en</strong>tre los frutos del Espíritu—“amor, gozo, paz, longanimidad, b<strong>en</strong>ignidad,<br />

bondad, fidelidad, mansedumbre”—, c<strong>la</strong>sifica <strong>la</strong> “temp<strong>la</strong>nza”. Gá<strong>la</strong>tas 5:22, 23 (VM).<br />

410

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!