30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

celestial, cuando el sumo sacerdote <strong>en</strong>traba el día de <strong>la</strong> expiación <strong>en</strong> el lugar santísimo terminaba el<br />

servicio del primer departam<strong>en</strong>to. Dios mandó: “No ha de haber hombre alguno <strong>en</strong> el tabernáculo de<br />

reunión cuando él <strong>en</strong>trare para hacer expiación d<strong>en</strong>tro del santuario, hasta que salga”. Levítico 16:17<br />

(VM). Así que cuando Cristo <strong>en</strong>tró <strong>en</strong> el lugar santísimo para consumar <strong>la</strong> obra final de <strong>la</strong> expiación,<br />

cesó su ministerio <strong>en</strong> el primer departam<strong>en</strong>to. Pero cuando terminó el servicio que se realizaba <strong>en</strong> el<br />

primer departam<strong>en</strong>to, se inició el ministerio <strong>en</strong> el segundo departam<strong>en</strong>to. Cuando <strong>en</strong> el servicio típico<br />

el sumo sacerdote salía del lugar santo el día de <strong>la</strong> expiación, se pres<strong>en</strong>taba ante Dios, para ofrecer <strong>la</strong><br />

sangre de <strong>la</strong> víctima ofrecida <strong>por</strong> el pecado de todos los israelitas que se arrep<strong>en</strong>tían verdaderam<strong>en</strong>te.<br />

Así también Cristo solo había terminado una parte de su obra como intercesor nuestro para empezar<br />

otra, y sigue aún ofreci<strong>en</strong>do su sangre ante el Padre <strong>en</strong> favor de los pecadores.<br />

Este asunto no lo <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dieron los adv<strong>en</strong>tistas de 1844. Después que transcurriera <strong>la</strong> fecha <strong>en</strong><br />

que se esperaba al Salvador, siguieron crey<strong>en</strong>do que su v<strong>en</strong>ida estaba cercana; sost<strong>en</strong>ían que habían<br />

llegado a una crisis im<strong>por</strong>tante y que había cesado <strong>la</strong> obra de Cristo como intercesor del hombre ante<br />

Dios. Les parecía que <strong>la</strong> Biblia <strong>en</strong>señaba que el tiempo de gracia concedido al hombre terminaría poco<br />

antes de <strong>la</strong> v<strong>en</strong>ida misma del Señor <strong>en</strong> <strong>la</strong>s nubes del cielo. Eso parecía despr<strong>en</strong>derse de los pasajes<br />

bíblicos que indican un tiempo <strong>en</strong> que los hombres buscarán, golpearán y l<strong>la</strong>marán a <strong>la</strong> puerta de <strong>la</strong><br />

misericordia, sin que esta se abra. Y se preguntaban si <strong>la</strong> fecha <strong>en</strong> que habían estado esperando <strong>la</strong><br />

v<strong>en</strong>ida de Cristo no seña<strong>la</strong>ba más bi<strong>en</strong> el comi<strong>en</strong>zo de ese período que debía preceder inmediatam<strong>en</strong>te<br />

a su v<strong>en</strong>ida. Habi<strong>en</strong>do proc<strong>la</strong>mado <strong>la</strong> proximidad del juicio, consideraban que habían terminado su<br />

<strong>la</strong>bor para el mundo, y no s<strong>en</strong>tían más <strong>la</strong> obligación de trabajar <strong>por</strong> <strong>la</strong> salvación de los pecadores, <strong>en</strong><br />

tanto que <strong>la</strong>s mofas atrevidas y b<strong>la</strong>sfemas de los impíos les parecían una evid<strong>en</strong>cia adicional de que el<br />

Espíritu de Dios se había retirado de los que rechazaran su misericordia. Todo esto les confirmaba <strong>en</strong><br />

<strong>la</strong> cre<strong>en</strong>cia de que el tiempo de gracia había terminado, o, como decían ellos <strong>en</strong>tonces, que “<strong>la</strong> puerta<br />

de <strong>la</strong> misericordia estaba cerrada”.<br />

Pero una luz más viva surgió del estudio de <strong>la</strong> cuestión del santuario. Vieron <strong>en</strong>tonces que<br />

t<strong>en</strong>ían razón al creer que el fin de los 2.300 días, <strong>en</strong> 1844, había marcado una crisis im<strong>por</strong>tante. Pero<br />

si bi<strong>en</strong> era cierto que se había cerrado <strong>la</strong> puerta de esperanza y de gracia <strong>por</strong> <strong>la</strong> cual los hombres habían<br />

373

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!