30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

La v<strong>en</strong>ida de Cristo como nuestro Sumo Sacerdote al lugar santísimo para <strong>la</strong> purificación del<br />

santuario, de <strong>la</strong> que se hab<strong>la</strong> <strong>en</strong> Daniel 8:14; <strong>la</strong> v<strong>en</strong>ida del Hijo del hombre al lugar donde está el<br />

Anciano de días, tal como está pres<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> Daniel 7:13; y <strong>la</strong> v<strong>en</strong>ida del Señor a su templo, predicha<br />

<strong>por</strong> Ma<strong>la</strong>quías, son descripciones del mismo acontecimi<strong>en</strong>to repres<strong>en</strong>tado también <strong>por</strong> <strong>la</strong> v<strong>en</strong>ida del<br />

Esposo a <strong>la</strong>s bodas, descrita <strong>por</strong> Cristo <strong>en</strong> <strong>la</strong> parábo<strong>la</strong> de <strong>la</strong>s diez vírg<strong>en</strong>es, según Mateo 25.<br />

En el verano y otoño de 1844 fue hecha esta proc<strong>la</strong>mación: “¡He aquí que vi<strong>en</strong>e el Esposo!” Se<br />

conocieron <strong>en</strong>tonces <strong>la</strong>s dos c<strong>la</strong>ses de personas repres<strong>en</strong>tadas <strong>por</strong> <strong>la</strong>s vírg<strong>en</strong>es prud<strong>en</strong>tes y fatuas: <strong>la</strong><br />

una que esperaba con regocijo <strong>la</strong> aparición del Señor y se había estado preparando dilig<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te para<br />

ir a su <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro; <strong>la</strong> otra que, presa del temor y obrando <strong>por</strong> impulso, se había dado <strong>por</strong> satisfecha con<br />

una teoría de <strong>la</strong> verdad, pero estaba destituida de <strong>la</strong> gracia de Dios. En <strong>la</strong> parábo<strong>la</strong>, cuando vino el<br />

Esposo, “<strong>la</strong>s que estaban preparadas <strong>en</strong>traron con él a <strong>la</strong>s bodas”. La v<strong>en</strong>ida del Esposo, pres<strong>en</strong>tada<br />

aquí, se verifica antes de <strong>la</strong> boda. La boda repres<strong>en</strong>ta el acto de ser investido Cristo de <strong>la</strong> dignidad de<br />

Rey. La ciudad santa, <strong>la</strong> nueva Jerusalén, que es <strong>la</strong> capital del reino y lo repres<strong>en</strong>ta, se l<strong>la</strong>ma “<strong>la</strong> novia,<br />

<strong>la</strong> esposa del Cordero”. El ángel dijo a San Juan: “V<strong>en</strong> acá; te mostraré <strong>la</strong> novia, <strong>la</strong> esposa del cordero”.<br />

“Me llevó <strong>en</strong> el Espíritu”, agrega el profeta, “y me mostró <strong>la</strong> santa ciudad de Jerusalén, desc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do<br />

del cielo, desde Dios”. Apocalipsis 21:9, 10 (VM). Salta pues a <strong>la</strong> vista que <strong>la</strong> Esposa repres<strong>en</strong>ta <strong>la</strong><br />

ciudad santa, y <strong>la</strong>s vírg<strong>en</strong>es que van al <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro del Esposo repres<strong>en</strong>tan a <strong>la</strong> iglesia. En el Apocalipsis,<br />

el pueblo de Dios lo constituy<strong>en</strong> los invitados a <strong>la</strong> c<strong>en</strong>a de <strong>la</strong>s bodas. Apocalipsis 19:9.<br />

Si son los invitados, no pued<strong>en</strong> repres<strong>en</strong>tar también a <strong>la</strong> esposa. Cristo, según el profeta Daniel,<br />

recibirá del Anciano de días <strong>en</strong> el cielo “el dominio, y <strong>la</strong> gloria, y el reino”, recibirá <strong>la</strong> nueva Jerusalén,<br />

<strong>la</strong> capital de su reino, “preparada como una novia <strong>en</strong>ga<strong>la</strong>nada para su esposo”. Daniel 7:14; Apocalipsis<br />

21:2 (VM). Después de recibir el reino, v<strong>en</strong>drá <strong>en</strong> su gloria, como Rey de reyes y Señor de señores,<br />

para redimir a los suyos, que “se s<strong>en</strong>tarán con Abraham, e Isaac, y Jacob”, <strong>en</strong> su reino (Mateo 8:11;<br />

Lucas 22:30), para participar de <strong>la</strong> c<strong>en</strong>a de <strong>la</strong>s bodas del Cordero. La proc<strong>la</strong>mación: “¡He aquí que<br />

vi<strong>en</strong>e el Esposo!” <strong>en</strong> el verano de 1844, indujo a miles de personas a esperar el adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to inmediato<br />

del Señor. En el tiempo seña<strong>la</strong>do, vino el Esposo, no a <strong>la</strong> tierra, como el pueblo lo esperaba, sino hasta<br />

donde estaba el Anciano de días <strong>en</strong> el cielo, a <strong>la</strong>s bodas; es decir, a recibir su reino. “Las que estaban<br />

371

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!