30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Cristo estaba <strong>por</strong> v<strong>en</strong>ir para juzgar al mundo <strong>en</strong> justicia. Habían sido siervos infieles, sus obras no<br />

hubieran podido so<strong>por</strong>tar <strong>la</strong> inspección del Dios que escudriña los corazones, y temían comparecer ante<br />

su Señor. Como los judíos <strong>en</strong> tiempo del primer adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de Cristo, no estaban preparados para<br />

dar <strong>la</strong> bi<strong>en</strong>v<strong>en</strong>ida a Jesús. No solo se negaban a escuchar los c<strong>la</strong>ros argum<strong>en</strong>tos de <strong>la</strong> Biblia, sino que<br />

ridiculizaban a los que esperaban al Señor. Satanás y sus ángeles se regocijaban de esto y arrojaban a<br />

<strong>la</strong> cara de Cristo y de sus santos ángeles <strong>la</strong> afr<strong>en</strong>ta de que los que profesaban ser su pueblo que le<br />

amaban tan poco que ni deseaban su aparición.<br />

“Nadie sabe el día ni <strong>la</strong> hora” era el argum<strong>en</strong>to aducido con más frecu<strong>en</strong>cia <strong>por</strong> los que<br />

rechazaban <strong>la</strong> fe del adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to. El pasaje bíblico dice: “Empero del día y hora nadie sabe, ni aun<br />

los ángeles de los cielos, sino mi Padre sólo”. Mateo 24:36. Los que estaban esperando al Señor dieron<br />

una explicación c<strong>la</strong>ra y armoniosa de esta cita bíblica, y resultó c<strong>la</strong>ram<strong>en</strong>te refutada <strong>la</strong> falsa<br />

interpretación que de el<strong>la</strong> hacían sus adversarios. Esas pa<strong>la</strong>bras fueron pronunciadas <strong>por</strong> Cristo <strong>en</strong> <strong>la</strong><br />

memorable conversación que tuvo con sus discípulos <strong>en</strong> el Monte de los Olivos, después de haber<br />

salido del templo <strong>por</strong> última vez. Los discípulos habían preguntado: “¿Qué señal habrá de tu v<strong>en</strong>ida, y<br />

del fin del mundo?” Jesús les dio <strong>la</strong>s señales, y les dijo: “Cuando veáis todas estas cosas, conoced que<br />

está cerca, a <strong>la</strong>s puertas”. No debe interpretarse una dec<strong>la</strong>ración del Salvador <strong>en</strong> forma que v<strong>en</strong>ga a<br />

anu<strong>la</strong>r otra. Aunque nadie sepa el día ni <strong>la</strong> hora de su v<strong>en</strong>ida, se nos exhorta y se requiere de nosotros<br />

que sepamos cuando está cerca. Se nos <strong>en</strong>seña, además, que m<strong>en</strong>ospreciar su aviso y negarse a<br />

averiguar cuándo su adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to esté cercano, será tan fatal para nosotros como lo fue para los que<br />

vivi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> días de Noé no supieron cuándo v<strong>en</strong>dría el diluvio. Y <strong>la</strong> parábo<strong>la</strong> del mismo capítulo que<br />

pone <strong>en</strong> contraste al siervo fiel y al malo y que seña<strong>la</strong> <strong>la</strong> suerte de aquel que dice <strong>en</strong> su corazón: “Mi<br />

señor tarda <strong>en</strong> v<strong>en</strong>ir”, <strong>en</strong>seña cómo considerará y recomp<strong>en</strong>sará Cristo a los que <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tre ve<strong>la</strong>ndo y<br />

proc<strong>la</strong>mando su v<strong>en</strong>ida, y a los que <strong>la</strong> niegu<strong>en</strong>. “Ve<strong>la</strong>d pues”, dice, y añade: “Bi<strong>en</strong>av<strong>en</strong>turado aquel<br />

siervo al cual, cuando su señor v<strong>en</strong>ga, lo halle haci<strong>en</strong>do así”. Mateo 24:3, 33, 42-51 (RV95). “Pues si<br />

no ve<strong>la</strong>s, v<strong>en</strong>dré a ti como <strong>la</strong>drón, y no sabrás <strong>en</strong> qué hora v<strong>en</strong>dré a ti”. Apocalipsis 3:3 (RV95).<br />

San Pablo hab<strong>la</strong> de una c<strong>la</strong>se de personas para qui<strong>en</strong>es <strong>la</strong> aparición del Señor v<strong>en</strong>drá sin que <strong>la</strong><br />

hayan esperado. Como <strong>la</strong>drón <strong>en</strong> <strong>la</strong> noche, así vi<strong>en</strong>e el día del Señor. Cuando los hombres estén<br />

322

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!