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America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

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Aunque Gauss<strong>en</strong> era uno de los predicadores más distinguidos y de mayor aceptación <strong>en</strong>tre el<br />

público de idioma francés, fue susp<strong>en</strong>dido del ministerio <strong>por</strong> el delito de haber hecho uso de <strong>la</strong> Biblia<br />

al instruir a <strong>la</strong> juv<strong>en</strong>tud, <strong>en</strong> lugar del catecismo de <strong>la</strong> iglesia, manual insípido y racionalista, casi<br />

desprovisto de fe positiva. Posteriorm<strong>en</strong>te fue profesor <strong>en</strong> una escue<strong>la</strong> de teología, sin dejar de<br />

proseguir su obra de catequista todos los domingos, dirigiéndose a los niños e instruyéndolos <strong>en</strong> <strong>la</strong>s<br />

Sagradas Escrituras. Sus obras sobre <strong>la</strong>s profecías despertaron también mucho interés. Desde <strong>la</strong> cátedra,<br />

desde <strong>la</strong>s columnas de <strong>la</strong> pr<strong>en</strong>sa y <strong>por</strong> medio de su ocupación favorita como maestro de los niños,<br />

siguió aún muchos años ejerci<strong>en</strong>do ext<strong>en</strong>sa influ<strong>en</strong>cia y l<strong>la</strong>mando <strong>la</strong> at<strong>en</strong>ción de muchos hacia el<br />

estudio de <strong>la</strong>s profecías que <strong>en</strong>señaban que <strong>la</strong> v<strong>en</strong>ida del Señor se acercaba.<br />

El m<strong>en</strong>saje del adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to fue proc<strong>la</strong>mado también <strong>en</strong> Escandinavia, y despertó interés <strong>por</strong><br />

todo el país. Muchos fueron turbados <strong>en</strong> su falsa seguridad, confesaron y dejaron sus pecados y<br />

buscaron perdón <strong>en</strong> Cristo. Pero el clero de <strong>la</strong> iglesia oficial se opuso al movimi<strong>en</strong>to, y debido a su<br />

influ<strong>en</strong>cia algunos de los que predicaban el m<strong>en</strong>saje fueron <strong>en</strong>carce<strong>la</strong>dos. En muchos puntos donde los<br />

predicadores de <strong>la</strong> próxima v<strong>en</strong>ida del Señor fueron así reducidos al sil<strong>en</strong>cio, plugo a Dios <strong>en</strong>viar el<br />

m<strong>en</strong>saje, de modo mi<strong>la</strong>groso, <strong>por</strong> conducto de niños pequeños. Como eran m<strong>en</strong>ores de edad, <strong>la</strong> ley del<br />

estado no podía impedírselo, y se les dejó hab<strong>la</strong>r sin molestarlos.<br />

El movimi<strong>en</strong>to cundió principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se baja, y era <strong>en</strong> <strong>la</strong>s humildes vivi<strong>en</strong>das de los<br />

trabajadores donde <strong>la</strong> g<strong>en</strong>te se reunía para oír <strong>la</strong> amonestación. Los mismos predicadores infantiles<br />

eran <strong>en</strong> su mayoría pobres rústicos. Algunos de ellos no t<strong>en</strong>ían más de seis a ocho años de edad, y<br />

aunque sus vidas testificaban que amaban al Salvador y que procuraban obedecer los santos preceptos<br />

de Dios, no podían dar prueba de mayor intelig<strong>en</strong>cia y pericia que <strong>la</strong>s que se suel<strong>en</strong> ver <strong>en</strong> los niños de<br />

esa edad. Sin embargo, cuando se <strong>en</strong>contraban ante el pueblo, era de toda evid<strong>en</strong>cia que los movía una<br />

influ<strong>en</strong>cia superior a sus propios dones naturales. Su tono y sus ademanes cambiaban, y daban <strong>la</strong><br />

amonestación del juicio con poder y solemnidad, empleando <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras mismas de <strong>la</strong>s Sagradas<br />

Escrituras: “¡Temed a Dios, y dadle gloria; <strong>por</strong>que ha llegado <strong>la</strong> hora de su juicio!” Reprobaban los<br />

pecados del pueblo, cond<strong>en</strong>ando no so<strong>la</strong>m<strong>en</strong>te <strong>la</strong> inmoralidad y el vicio, sino también <strong>la</strong> mundanalidad<br />

y <strong>la</strong> apostasía, y exhortaban a sus oy<strong>en</strong>tes a huir de <strong>la</strong> ira v<strong>en</strong>idera.<br />

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