30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

padre— Es <strong>por</strong>que los judíos mataron a los profetas”. Inmediatam<strong>en</strong>te se le ocurrió al niño que “tal<br />

vez Jesús de Nazaret había sido también profeta, y los judíos le mataron si<strong>en</strong>do inoc<strong>en</strong>te” (Travels and<br />

Adv<strong>en</strong>tures of the Rev. Joseph Wolff, tomo 1, p. 6). Este s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to era tan vivo, que a pesar de<br />

haberle sido prohibido <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> iglesias cristianas, a m<strong>en</strong>udo se acercaba a el<strong>la</strong>s para escuchar <strong>la</strong><br />

predicación.<br />

Cuando t<strong>en</strong>ía ap<strong>en</strong>as siete años habló un día con jactancia a un anciano cristiano vecino suyo<br />

del triunfo futuro de Israel y del adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to del Mesías. El anciano le dijo <strong>en</strong>tonces con bondad:<br />

“Querido niño, te voy a decir quién fue el verdadero Mesías: fue Jesús de Nazaret, [...] a qui<strong>en</strong> tus<br />

antepasados crucificaron, como también habían matado a los antiguos profetas. Anda a casa y lee el<br />

capítulo cincu<strong>en</strong>ta y tres de Isaías, y te conv<strong>en</strong>cerás de que Jesucristo es el Hijo de Dios”. Ibíd., 1:7.<br />

No tardó el niño <strong>en</strong> conv<strong>en</strong>cerse. Se fue a casa y leyó el pasaje correspondi<strong>en</strong>te, maravillándose al ver<br />

cuán perfectam<strong>en</strong>te se había cumplido <strong>en</strong> Jesús de Nazaret. ¿Serían verdad <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras de aquel<br />

cristiano? El muchacho pidió a su padre que le explicara <strong>la</strong> profecía; pero este lo recibió con tan severo<br />

sil<strong>en</strong>cio que nunca más se atrevió a m<strong>en</strong>cionar el asunto. Pero el incid<strong>en</strong>te ahondó su deseo de saber<br />

más de <strong>la</strong> religión cristiana.<br />

El conocimi<strong>en</strong>to que buscaba le era negado premeditadam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> su hogar judío; pero cuando<br />

tuvo once años dejó <strong>la</strong> casa de su padre y salió a recorrer el mundo para educarse <strong>por</strong> sí mismo y para<br />

escoger su religión y su profesión. Se albergó <strong>por</strong> algún tiempo <strong>en</strong> casa de unos pari<strong>en</strong>tes, pero no tardó<br />

<strong>en</strong> ser expulsado como apóstata, y solo y sin un c<strong>en</strong>tavo tuvo que abrirse camino <strong>en</strong>tre extraños. Fue<br />

de pueblo <strong>en</strong> pueblo, estudiando con dilig<strong>en</strong>cia, y ganándose <strong>la</strong> vida <strong>en</strong>señando hebreo. Debido a <strong>la</strong><br />

influ<strong>en</strong>cia de un maestro católico, fue inducido a aceptar <strong>la</strong> fe romanista, y se propuso ser misionero<br />

para su propio pueblo. Con tal objeto fue, pocos años después, a proseguir sus estudios <strong>en</strong> el Colegio<br />

de <strong>la</strong> Propaganda, <strong>en</strong> Roma. Allí, su costumbre de p<strong>en</strong>sar con toda libertad y de hab<strong>la</strong>r con franqueza<br />

le hicieron tachar de herejía. Atacaba abiertam<strong>en</strong>te los abusos de <strong>la</strong> iglesia, e insistía <strong>en</strong> <strong>la</strong> necesidad<br />

de una reforma. Aunque al principio fue tratado <strong>por</strong> los dignatarios papales con favor especial, fue<br />

luego alejado de Roma. Bajo <strong>la</strong> vigi<strong>la</strong>ncia de <strong>la</strong> iglesia fue de lugar <strong>en</strong> lugar, hasta que se hizo evid<strong>en</strong>te<br />

que no se le podría obligar jamás a doblegarse al yugo del romanismo. Fue dec<strong>la</strong>rado incorregible, y<br />

311

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!