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America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

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<strong>en</strong>com<strong>en</strong>dara, y el Señor iba a recomp<strong>en</strong>sar su fe y honrar su obedi<strong>en</strong>cia confiándoles <strong>la</strong> tarea de<br />

proc<strong>la</strong>mar a todas <strong>la</strong>s naciones el glorioso evangelio del Señor resucitado. Y a fin de prepararlos para<br />

esta obra, había permitido que pasaran <strong>por</strong> el trance que tan amargo les pareciera.<br />

Después de su resurrección, Jesús apareció a sus discípulos <strong>en</strong> el camino de Emaús, y<br />

“com<strong>en</strong>zando desde Moisés y todos los profetas, les iba interpretando <strong>en</strong> todas <strong>la</strong>s Escrituras <strong>la</strong>s cosas<br />

refer<strong>en</strong>tes a él mismo”. Lucas 24:27 (VM). Los corazones de los discípulos se conmovieron. Su fe se<br />

reavivó. Fueron re<strong>en</strong>g<strong>en</strong>drados “<strong>en</strong> esperanza viva”, aun antes de que Jesús se reve<strong>la</strong>se a ellos. El<br />

propósito de este era iluminar sus intelig<strong>en</strong>cias y fundar su fe <strong>en</strong> <strong>la</strong> “pa<strong>la</strong>bra profética” “más firme”.<br />

Deseaba que <strong>la</strong> verdad se arraigase firmem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> su espíritu, no solo <strong>por</strong>que era sost<strong>en</strong>ida <strong>por</strong> su<br />

testimonio personal sino a causa de <strong>la</strong>s pruebas evid<strong>en</strong>tes suministradas <strong>por</strong> los símbolos y sombras de<br />

<strong>la</strong> ley típica, y <strong>por</strong> <strong>la</strong>s profecías del Antiguo Testam<strong>en</strong>to. Era necesario que los discípulos de Cristo<br />

tuvies<strong>en</strong> una fe intelig<strong>en</strong>te, no solo <strong>en</strong> b<strong>en</strong>eficio propio, sino para comunicar al mundo el conocimi<strong>en</strong>to<br />

de Cristo. Y como primer paso <strong>en</strong> <strong>la</strong> comunicación de este conocimi<strong>en</strong>to, Jesús dirigió a sus discípulos<br />

a “Moisés y todos los profetas”. Tal fue el testimonio dado <strong>por</strong> el Salvador resucitado <strong>en</strong> cuanto al<br />

valor e im<strong>por</strong>tancia de <strong>la</strong>s Escrituras del Antiguo Testam<strong>en</strong>to.<br />

¡Qué cambio el que se efectuó <strong>en</strong> los corazones de los discípulos cuando contemp<strong>la</strong>ron una vez<br />

más el amado semb<strong>la</strong>nte de su Maestro! Lucas 24:32. En un s<strong>en</strong>tido más completo y perfecto que nunca<br />

antes, habían hal<strong>la</strong>do “a Aquel, de qui<strong>en</strong> escribió Moisés <strong>en</strong> <strong>la</strong> ley, y asimismo los profetas”. La<br />

incertidumbre, <strong>la</strong> angustia, <strong>la</strong> desesperación, dejaron lugar a una seguridad perfecta, a una fe ser<strong>en</strong>a.<br />

¿Qué mucho <strong>en</strong>tonces que después de su asc<strong>en</strong>sión ellos estuvies<strong>en</strong> “siempre <strong>en</strong> el templo a<strong>la</strong>bando y<br />

b<strong>en</strong>dici<strong>en</strong>do a Dios”? El pueblo, que no t<strong>en</strong>ía conocimi<strong>en</strong>to sino de <strong>la</strong> muerte ignominiosa del Salvador,<br />

miraba para descubrir <strong>en</strong> sus semb<strong>la</strong>ntes una expresión de dolor, confusión y derrota; pero solo veía <strong>en</strong><br />

ellos alegría y triunfo. ¡Qué preparación <strong>la</strong> que habían recibido para <strong>la</strong> obra que les esperaba! Habían<br />

pasado <strong>por</strong> <strong>la</strong> prueba más grande que les fuera dable experim<strong>en</strong>tar, y habían visto cómo, cuando a juicio<br />

humano todo estaba perdido, <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra de Dios se había cumplido y había salido triunfante. En lo<br />

sucesivo ¿qué podría hacer vaci<strong>la</strong>r su fe, o <strong>en</strong>friar el ardor de su amor? En sus p<strong>en</strong>as más amargas ellos<br />

tuvieron “poderoso consuelo”, una esperanza que era “como anc<strong>la</strong> del alma, segura y firme”. Hebreos<br />

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