30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

los hombres de negocios se reunían para orar y cantar a<strong>la</strong>banzas. No se notaba excitación extravagante,<br />

sino que un s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de solemnidad dominaba a casi todos. La obra de Miller, como <strong>la</strong> de los<br />

primeros reformadores, t<strong>en</strong>día más a conv<strong>en</strong>cer el <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to y a despertar <strong>la</strong> conci<strong>en</strong>cia que a<br />

excitar <strong>la</strong>s emociones.<br />

En 1833 Miller recibió de <strong>la</strong> iglesia bautista, de <strong>la</strong> cual era miembro, una lic<strong>en</strong>cia que le<br />

autorizaba para predicar. Además, bu<strong>en</strong> número de los ministros de su d<strong>en</strong>ominación aprobaban su<br />

obra, y le dieron su sanción formal mi<strong>en</strong>tras proseguía sus trabajos. Viajaba y predicaba sin descanso,<br />

si bi<strong>en</strong> sus <strong>la</strong>bores personales se limitaban principalm<strong>en</strong>te a los estados del este y del c<strong>en</strong>tro de los<br />

Estados Unidos. Durante varios años sufragó él mismo todos sus gastos de su bolsillo y ni aun más<br />

tarde se le costearon nunca <strong>por</strong> completo los gastos de viaje a los puntos adonde se le l<strong>la</strong>maba. De<br />

modo que, lejos de re<strong>por</strong>tarle provecho pecuniario, sus <strong>la</strong>bores públicas constituían un pesado<br />

gravam<strong>en</strong> para su fortuna particu<strong>la</strong>r que fue m<strong>en</strong>guando durante este período de su vida. Era padre de<br />

numerosa familia, pero como todos los miembros de el<strong>la</strong> eran frugales y dilig<strong>en</strong>tes, su finca rural<br />

bastaba para el sust<strong>en</strong>to de todos ellos.<br />

En 1833, dos años después de haber principiado Miller a pres<strong>en</strong>tar <strong>en</strong> público <strong>la</strong>s pruebas de <strong>la</strong><br />

próxima v<strong>en</strong>ida de Cristo, apareció <strong>la</strong> última de <strong>la</strong>s señales que habían sido anunciadas <strong>por</strong> el Salvador<br />

como precursoras de su segundo adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to. Jesús había dicho: “Las estrel<strong>la</strong>s caerán del cielo”.<br />

Mateo 24:29. Y Juan, al recibir <strong>la</strong> visión de <strong>la</strong> esc<strong>en</strong>as que anunciarían el día de Dios, dec<strong>la</strong>ra <strong>en</strong> el<br />

Apocalipsis: “Las estrel<strong>la</strong>s del cielo cayeron sobre <strong>la</strong> tierra, como <strong>la</strong> higuera echa sus higos cuando es<br />

movida de gran vi<strong>en</strong>to”. Apocalipsis 6:13. Esta profecía se cumplió de modo sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te y pasmoso<br />

con <strong>la</strong> gran lluvia meteórica del 13 de noviembre de 1833.<br />

Fue este el más di<strong>la</strong>tado y admirable espectáculo de estrel<strong>la</strong>s fugaces que se haya registrado,<br />

pues “¡sobre todos los Estados Unidos el firmam<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tero estuvo <strong>en</strong>tonces, durante horas seguidas,<br />

<strong>en</strong> conmoción ígnea! No ha ocurrido jamás <strong>en</strong> este país, desde el tiempo de los primeros colonos, un<br />

f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o celestial que despertara tan grande admiración <strong>en</strong>tre unos, ni tanto terror ni a<strong>la</strong>rma <strong>en</strong>tre<br />

otros”. “Su sublimidad y terrible belleza quedan aún grabadas <strong>en</strong> el recuerdo de muchos [...] Jamás<br />

cayó lluvia más tupida que ésa <strong>en</strong> que cayeron los meteoros hacia <strong>la</strong> tierra; al este, al oeste, al norte y<br />

290

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!