America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos. Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

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medio, el espíritu de vida, venido de Dios, entró en ellos, y se levantaron sobre sus pies: y cayó gran temor sobre los que lo vieron”. Apocalipsis 11:2-11 (VM). Los “cuarenta y dos meses” y los “mil doscientos sesenta días” designan el mismo plazo, o sea el tiempo durante el cual la iglesia de Cristo iba a sufrir bajo la opresión de Roma. Los 1.260 años del dominio temporal del papa comenzaron en el año 538 d. C. y debían terminar en 1798 (véase el Apéndice). En dicha fecha, entró en Roma un ejército francés que tomó preso al papa, el cual murió en el destierro. A pesar de haberse elegido un nuevo papa al poco tiempo, la jerarquía pontificia no volvió a alcanzar el esplendor y poderío que antes tuviera. La persecución contra la iglesia no continuó durante todos los 1.260 años. Dios, usando de misericordia con su pueblo, acortó el tiempo de tan horribles pruebas. Al predecir la “gran tribulación” que había de venir sobre la iglesia, el Salvador había dicho: “Si aquellos días no fuesen acortados, ninguna carne sería salva; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados”. Mateo 24:22. Debido a la influencia de los acontecimientos relacionados con la Reforma, las persecuciones cesaron antes del año 1798. Y acerca de los dos testigos, el profeta declara más adelante: “Estos son los dos olivos y los dos candelabros, que están delante de la presencia del Señor de toda la tierra”. “Lámpara es a mis pies tu palabra—dijo el salmista—, y luz a mi camino”. Apocalipsis 11:4; Salmos 119:105 (VM). Estos dos testigos representan las Escrituras del Antiguo Testamento y del Nuevo. Ambos son testimonios importantes del origen y del carácter perpetuo de la ley de Dios. Ambos testifican también acerca del plan de salvación. Los símbolos, los sacrificios y las profecías del Antiguo Testamento se refieren a un Salvador que había de venir. Y los Evangelios y las epístolas del Nuevo Testamento hablan de un Salvador que vino tal como fuera predicho por los símbolos y la profecía. “Los cuales profetizarán mil doscientos sesenta días, vestidos de sacos”. Durante la mayor parte de dicho período los testigos de Dios permanecieron en oscuridad. El poder papal procuró ocultarle al pueblo la Palabra de verdad y poner ante él testigos falsos que contradijeran su testimonio (véase el Apéndice). Cuando la Biblia fue prohibida por las autoridades civiles y religiosas, cuando su testimonio fue pervertido y se hizo cuanto pudieron inventar los hombres y los demonios para desviar de ella la atención de la gente, y cuando los que osaban proclamar sus verdades sagradas fueron perseguidos, 232

medio, el espíritu de vida, v<strong>en</strong>ido de Dios, <strong>en</strong>tró <strong>en</strong> ellos, y se levantaron sobre sus pies: y cayó gran temor<br />

sobre los que lo vieron”. Apocalipsis 11:2-11 (VM).<br />

Los “cuar<strong>en</strong>ta y dos meses” y los “mil dosci<strong>en</strong>tos ses<strong>en</strong>ta días” designan el mismo p<strong>la</strong>zo, o sea el<br />

tiempo durante el cual <strong>la</strong> iglesia de Cristo iba a sufrir bajo <strong>la</strong> opresión de Roma. Los 1.260 años del<br />

dominio tem<strong>por</strong>al del papa com<strong>en</strong>zaron <strong>en</strong> el año 538 d. C. y debían terminar <strong>en</strong> 1798 (véase el Apéndice).<br />

En dicha fecha, <strong>en</strong>tró <strong>en</strong> Roma un ejército francés que tomó preso al papa, el cual murió <strong>en</strong> el destierro.<br />

A pesar de haberse elegido un nuevo papa al poco tiempo, <strong>la</strong> jerarquía pontificia no volvió a alcanzar el<br />

espl<strong>en</strong>dor y poderío que antes tuviera. La persecución contra <strong>la</strong> iglesia no continuó durante todos los 1.260<br />

años. Dios, usando de misericordia con su pueblo, acortó el tiempo de tan horribles pruebas. Al predecir<br />

<strong>la</strong> “gran tribu<strong>la</strong>ción” que había de v<strong>en</strong>ir sobre <strong>la</strong> iglesia, el Salvador había dicho: “Si aquellos días no<br />

fues<strong>en</strong> acortados, ninguna carne sería salva; mas <strong>por</strong> causa de los escogidos, aquellos días serán<br />

acortados”. Mateo 24:22. Debido a <strong>la</strong> influ<strong>en</strong>cia de los acontecimi<strong>en</strong>tos re<strong>la</strong>cionados con <strong>la</strong> Reforma, <strong>la</strong>s<br />

persecuciones cesaron antes del año 1798.<br />

Y acerca de los dos testigos, el profeta dec<strong>la</strong>ra más ade<strong>la</strong>nte: “Estos son los dos olivos y los dos<br />

cande<strong>la</strong>bros, que están de<strong>la</strong>nte de <strong>la</strong> pres<strong>en</strong>cia del Señor de toda <strong>la</strong> tierra”. “Lámpara es a mis pies tu<br />

pa<strong>la</strong>bra—dijo el salmista—, y luz a mi camino”. Apocalipsis 11:4; Salmos 119:105 (VM). Estos dos<br />

testigos repres<strong>en</strong>tan <strong>la</strong>s Escrituras del Antiguo Testam<strong>en</strong>to y del Nuevo. Ambos son testimonios<br />

im<strong>por</strong>tantes del orig<strong>en</strong> y del carácter perpetuo de <strong>la</strong> ley de Dios. Ambos testifican también acerca del p<strong>la</strong>n<br />

de salvación. Los símbolos, los sacrificios y <strong>la</strong>s profecías del Antiguo Testam<strong>en</strong>to se refier<strong>en</strong> a un<br />

Salvador que había de v<strong>en</strong>ir. Y los Evangelios y <strong>la</strong>s epísto<strong>la</strong>s del Nuevo Testam<strong>en</strong>to hab<strong>la</strong>n de un Salvador<br />

que vino tal como fuera predicho <strong>por</strong> los símbolos y <strong>la</strong> profecía.<br />

“Los cuales profetizarán mil dosci<strong>en</strong>tos ses<strong>en</strong>ta días, vestidos de sacos”. Durante <strong>la</strong> mayor parte<br />

de dicho período los testigos de Dios permanecieron <strong>en</strong> oscuridad. El poder papal procuró ocultarle al<br />

pueblo <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra de verdad y poner ante él testigos falsos que contradijeran su testimonio (véase el<br />

Apéndice). Cuando <strong>la</strong> Biblia fue prohibida <strong>por</strong> <strong>la</strong>s autoridades civiles y religiosas, cuando su testimonio<br />

fue pervertido y se hizo cuanto pudieron inv<strong>en</strong>tar los hombres y los demonios para desviar de el<strong>la</strong> <strong>la</strong><br />

at<strong>en</strong>ción de <strong>la</strong> g<strong>en</strong>te, y cuando los que osaban proc<strong>la</strong>mar sus verdades sagradas fueron perseguidos,<br />

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