30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

obispo de Durham compró de una so<strong>la</strong> vez a un librero amigo de Tyndale todo el surtido de Biblias que<br />

t<strong>en</strong>ía, para destruir<strong>la</strong>s, suponi<strong>en</strong>do que de esta manera estorbaría <strong>en</strong> algo <strong>la</strong> circu<strong>la</strong>ción de <strong>la</strong>s Escrituras;<br />

pero, <strong>por</strong> el contrario, el dinero así conseguido, fue sufici<strong>en</strong>te para hacer una edición nueva y más elegante,<br />

que: de otro modo no hubiera podido publicarse. Cuando Tyndale fue apreh<strong>en</strong>dido posteriorm<strong>en</strong>te, le<br />

ofrecieron <strong>la</strong> libertad a condición de que reve<strong>la</strong>se los nombres de los que le habían ayudado a sufragar los<br />

gastos de impresión de sus Biblias. Él contestó que el obispo de Durham le había ayudado más que nadie,<br />

<strong>por</strong>que al pagar una gran suma <strong>por</strong> <strong>la</strong>s Biblias que había <strong>en</strong> exist<strong>en</strong>cia, le había ayudado eficazm<strong>en</strong>te para<br />

seguir ade<strong>la</strong>nte con valor.<br />

La traición <strong>en</strong>tregó a Tyndale a sus <strong>en</strong>emigos, y quedó preso <strong>por</strong> mucho meses. Finalm<strong>en</strong>te dio<br />

testimonio de su fe <strong>por</strong> el martirio, pero <strong>la</strong>s armas que él había preparado sirvieron para ayudar a otros<br />

soldados a seguir batal<strong>la</strong>ndo a través de los siglos hasta el día de hoy. Látimer sostuvo desde el púlpito<br />

que <strong>la</strong> Biblia debía ser leída <strong>en</strong> el l<strong>en</strong>guaje popu<strong>la</strong>r. El Autor de <strong>la</strong>s Santas Escrituras, decía él, “es Dios<br />

mismo”, y el<strong>la</strong>s participan del poder y de <strong>la</strong> eternidad de su Autor. “No hay rey, ni emperador, ni<br />

magistrado, ni gobernador [...] que no esté obligado a obedecer [...] su santa Pa<strong>la</strong>bra”. “Cuidémonos de<br />

<strong>la</strong>s s<strong>en</strong>das <strong>la</strong>terales y sigamos el camino recto de <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra de Dios. No andemos como andaban [...]<br />

nuestros padres, ni tratemos de saber lo que hicieron sino lo que hubieran debido hacer” (H. Látimer, First<br />

Sermon Preached before King Edward VI).<br />

Barnes y Frith, fieles amigos de Tyndale, se levantaron <strong>en</strong> def<strong>en</strong>sa de <strong>la</strong> verdad. Siguieron después<br />

Cranmer y los Ridley. Estos caudillos de <strong>la</strong> Reforma inglesa eran hombres instruidos, y casi todos habían<br />

sido muy estimados <strong>por</strong> su fervor y su piedad cuando estuvieron <strong>en</strong> <strong>la</strong> comunión de <strong>la</strong> iglesia romana. Su<br />

oposición al papado fue resultado del conocimi<strong>en</strong>to que tuvieron de los errores de <strong>la</strong> “santa sede”. Por<br />

estar familiarizados con los misterios de Babilonia, tuvieron más poder para alegar contra el<strong>la</strong>.<br />

“Ahora voy a hacer una pregunta peregrina—decía Látimer—, ¿sabéis cuál es el obispo y pre<strong>la</strong>do<br />

más dilig<strong>en</strong>te de toda Ing<strong>la</strong>terra? [...] Veo que escucháis y que deseáis conocerle [...]. Pues, os diré quién<br />

es. Es el diablo [...]. Nunca está fuera de su diócesis; [...] id a verle cuando queráis, siempre está <strong>en</strong> casa;<br />

[...] siempre está con <strong>la</strong> mano <strong>en</strong> el arado [...]. Os aseguro que nunca lo <strong>en</strong>contraréis ocioso. En donde el<br />

diablo vive, [...] abajo los libros, vivan los cirios; mueran <strong>la</strong>s Biblias y vivan los rosarios; abajo <strong>la</strong> luz del<br />

216

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!