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America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

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Esta iglesia, cuyo desarrollo fue fom<strong>en</strong>tado <strong>por</strong> los esfuerzos de <strong>la</strong> Inquisición, tuvo <strong>por</strong> primer<br />

pastor a Domingo de Rojas. “Su padre fue Don Juan, primer marqués de Poza; su madre fue hija del conde<br />

de Salinas, y desc<strong>en</strong>día de <strong>la</strong> familia del marqués de <strong>la</strong> Mota [...]. Además de los libros de los reformadores<br />

alemanes, con los que estaba familiarizado, propagó ciertos escritos suyos, y particu<strong>la</strong>rm<strong>en</strong>te un tratado<br />

con el título de Explicación de los artículos de fe, que cont<strong>en</strong>ía una corta exposición y def<strong>en</strong>sa de <strong>la</strong>s<br />

nuevas opiniones”. “Rechazaba como contraria a <strong>la</strong>s Escrituras <strong>la</strong> doctrina del purgatorio, <strong>la</strong> misa y otros<br />

artículos de <strong>la</strong> fe establecida”. “Merced a sus exhortaciones ll<strong>en</strong>as de celo, muchos fueron inducidos a<br />

unirse a <strong>la</strong> iglesia reformada de Val<strong>la</strong>dolid, <strong>en</strong>tre los que se contaban varios miembros de <strong>la</strong> familia del<br />

mismo Rojas, como también de <strong>la</strong> del marqués de Alcañices y de otras familias nobles de Castil<strong>la</strong>” (ibíd.,<br />

cap. 6). Después de algunos años de servicio <strong>en</strong> <strong>la</strong> bu<strong>en</strong>a causa, Rojas sufrió el martirio de <strong>la</strong> hoguera.<br />

Camino del sitio del suplicio, pasó fr<strong>en</strong>te al palco real, y preguntó al rey: “¿Cómo podéis, señor, pres<strong>en</strong>ciar<br />

así los torm<strong>en</strong>tos de vuestros inoc<strong>en</strong>tes súbditos? Salvadnos de muerte tan cruel”. “No—replicó Felipe—<br />

, yo mismo llevaría <strong>la</strong> leña para quemar a mi propio hijo si fuese un miserable como tú” (ibíd., cap. 7).<br />

El Dr. Don Agustín Cazal<strong>la</strong>, compañero y sucesor de Rojas, “era hijo de Pedro Cazal<strong>la</strong>, oficial<br />

mayor del tesoro real” y se le consideraba como “a uno de los principales oradores sagrados de España”.<br />

En 1545 fue nombrado capellán del emperador “a qui<strong>en</strong> acompañó el año sigui<strong>en</strong>te a Alemania”, y ante<br />

qui<strong>en</strong> predicó ocasionalm<strong>en</strong>te años después, cuando Carlos Quinto se hubo retirado al conv<strong>en</strong>to de Yuste.<br />

De 1555 a 1559 tuvo Cazal<strong>la</strong> o<strong>por</strong>tunidad para pasar <strong>la</strong>rga tem<strong>por</strong>ada <strong>en</strong> Val<strong>la</strong>dolid, de donde era natural<br />

su madre, <strong>en</strong> cuya casa solía reunirse secretam<strong>en</strong>te para el culto de <strong>la</strong> iglesia protestante. “No pudo resistir<br />

a <strong>la</strong>s repetidas súplicas con que se le instó para que se hiciera cargo de los intereses espirituales de esta;<br />

<strong>la</strong> cual, favorecida con el tal<strong>en</strong>to y <strong>la</strong> nombradía del nuevo pastor, creció rápidam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> número y<br />

respetabilidad” (ibíd., cap. 6).<br />

En Val<strong>la</strong>dolid “<strong>la</strong> doctrina reformada p<strong>en</strong>etró hasta <strong>en</strong> los monasterios. Fue abrazada <strong>por</strong> gran<br />

número de <strong>la</strong>s monjas de Sta. C<strong>la</strong>ra, y de <strong>la</strong> ord<strong>en</strong> cisterci<strong>en</strong>se de San Belén, y contaba con personas<br />

convertidas <strong>en</strong>tre <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se de mujeres devotas, l<strong>la</strong>madas beatas, que [...] se dedicaban a obras de caridad”.<br />

“Las doctrinas protestantes se esparcieron <strong>por</strong> todas partes alrededor de Val<strong>la</strong>dolid, habi<strong>en</strong>do convertidos<br />

<strong>en</strong> casi todas <strong>la</strong>s ciudades y <strong>en</strong> muchos de los pueblos del antiguo reino de León. En <strong>la</strong> ciudad de Toro<br />

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