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America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

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odeaban poderosos <strong>en</strong>emigos que tramaban su destrucción; Ho<strong>la</strong>nda <strong>en</strong> sus bancos de ar<strong>en</strong>a del Mar del<br />

Norte, que luchaba contra <strong>la</strong> tiranía de España, el más grande y el más opul<strong>en</strong>to de los reinos de aquel<br />

tiempo; <strong>la</strong> g<strong>la</strong>cial y estéril Suecia, esas fueron <strong>la</strong>s que ganaron victorias para <strong>la</strong> Reforma.<br />

Calvino trabajó <strong>en</strong> Ginebra cerca de treinta años; primero para establecer una iglesia que se<br />

adhiriese a <strong>la</strong> moralidad de <strong>la</strong> Biblia, y después para fom<strong>en</strong>tar el movimi<strong>en</strong>to de <strong>la</strong> Reforma <strong>por</strong> toda<br />

Europa. Su carrera como caudillo público no fue inmacu<strong>la</strong>da, ni sus doctrinas estuvieron ex<strong>en</strong>tas de error.<br />

Pero así y todo fue el instrum<strong>en</strong>to que sirvió para dar a conocer verdades especialm<strong>en</strong>te im<strong>por</strong>tantes <strong>en</strong><br />

su época, y para mant<strong>en</strong>er los principios del protestantismo, def<strong>en</strong>diéndolos contra <strong>la</strong> o<strong>la</strong> creci<strong>en</strong>te del<br />

papismo, así como para instituir <strong>en</strong> <strong>la</strong>s iglesias reformadas <strong>la</strong> s<strong>en</strong>cillez y <strong>la</strong> pureza de vida <strong>en</strong> lugar de <strong>la</strong><br />

corrupción y el orgullo fom<strong>en</strong>tados <strong>por</strong> <strong>la</strong>s <strong>en</strong>señanzas del romanismo.<br />

De Ginebra salían publicaciones y maestros que esparcían <strong>la</strong>s doctrinas reformadas. Y a el<strong>la</strong><br />

acudían los perseguidos de todas partes, <strong>en</strong> busca de instrucción, de consejo y de ali<strong>en</strong>to. La ciudad de<br />

Calvino se convirtió <strong>en</strong> refugio para los reformadores que <strong>en</strong> toda <strong>la</strong> Europa occid<strong>en</strong>tal eran objeto de<br />

persecución. Huy<strong>en</strong>do de <strong>la</strong>s trem<strong>en</strong>das tempestades que siguieron des<strong>en</strong>cad<strong>en</strong>ándose <strong>por</strong> varios siglos,<br />

los fugitivos llegaban a <strong>la</strong>s puertas de Ginebra. Desfalleci<strong>en</strong>tes de hambre, heridos, expulsados de sus<br />

hogares, separados de los suyos, eran recibidos con amor y se les cuidaba con ternura; y hal<strong>la</strong>ndo allí un<br />

hogar, eran una b<strong>en</strong>dición para aquel<strong>la</strong> su ciudad adoptiva, <strong>por</strong> su tal<strong>en</strong>to, su sabiduría y su piedad.<br />

Muchos de los que se refugiaron allí regresaron a sus propias tierras para combatir <strong>la</strong> tiranía de Roma.<br />

Knox, el vali<strong>en</strong>te reformador de Escocia, no pocos de los puritanos ingleses, los protestantes de Ho<strong>la</strong>nda<br />

y de España y los hugonotes de Francia, llevaron de Ginebra <strong>la</strong> antorcha de <strong>la</strong> verdad con que desvanecer<br />

<strong>la</strong>s tinieb<strong>la</strong>s <strong>en</strong> sus propios países.<br />

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