30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Al darse a conocer como miembros de <strong>la</strong> ord<strong>en</strong>, se pres<strong>en</strong>taban con cierto aire de santidad,<br />

visitando <strong>la</strong>s cárceles, at<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do a los <strong>en</strong>fermos y a los pobres, haci<strong>en</strong>do profesión de haber r<strong>en</strong>unciado<br />

al mundo, y llevando el sagrado nombre de Jesús, de Aquel que anduvo haci<strong>en</strong>do bi<strong>en</strong>es. Pero bajo esta<br />

fingida mansedumbre, ocultaban a m<strong>en</strong>udo propósitos criminales y mortíferos. Era un principio<br />

fundam<strong>en</strong>tal de <strong>la</strong> ord<strong>en</strong>, que el fin justifica los medios. Según dicho principio, <strong>la</strong> m<strong>en</strong>tira, el robo, el<br />

perjurio y el asesinato, no solo eran perdonables, sino dignos de ser recom<strong>en</strong>dados, siempre que vieran<br />

los intereses de <strong>la</strong> iglesia. Con muy diversos disfraces se introducían los jesuitas <strong>en</strong> los puestos del estado,<br />

elevándose hasta <strong>la</strong> categoría de consejeros de los reyes, y dirigi<strong>en</strong>do <strong>la</strong> política de <strong>la</strong>s naciones. Se hacían<br />

criados para convertirse <strong>en</strong> espías de sus señores. Establecían colegios para los hijos de príncipes y nobles,<br />

y escue<strong>la</strong>s para los del pueblo; y los hijos de padres protestantes eran inducidos a observar los ritos<br />

romanistas.<br />

Toda <strong>la</strong> pompa exterior desplegada <strong>en</strong> el culto de <strong>la</strong> iglesia de Roma se aplicaba a confundir <strong>la</strong><br />

m<strong>en</strong>te y ofuscar y embaucar <strong>la</strong> imaginación, para que los hijos traicionaran aquel<strong>la</strong> libertad <strong>por</strong> <strong>la</strong> cual sus<br />

padres habían trabajado y derramado su sangre. Los jesuitas se esparcieron rápidam<strong>en</strong>te <strong>por</strong> toda Europa<br />

y doquiera iban lograban reavivar el papismo. Para otorgarles más poder, se expidió una bu<strong>la</strong> que<br />

restablecía <strong>la</strong> Inquisición (véase el Apéndice). No obstante el odio g<strong>en</strong>eral que inspiraba, aun <strong>en</strong> los países<br />

católicos, el terrible tribunal fue restablecido <strong>por</strong> los gobernantes obedi<strong>en</strong>tes al papa; y muchas atrocidades<br />

demasiado terribles para cometerse a <strong>la</strong> luz del día, volvieron a perpetrarse <strong>en</strong> los secretos y oscuros<br />

ca<strong>la</strong>bozos. En muchos países, miles y miles de repres<strong>en</strong>tantes de <strong>la</strong> flor y nata de <strong>la</strong> nación, de los más<br />

puros y nobles, de los más intelig<strong>en</strong>tes y cultos, de los pastores más piadosos y abnegados, de los<br />

ciudadanos más patriotas e industriosos, de los más bril<strong>la</strong>ntes literatos, de los artistas de más tal<strong>en</strong>to y de<br />

los artesanos más expertos, fueron asesinados o se vieron obligados a huir a otras tierras.<br />

Estos eran los medios de que se valía Roma para apagar <strong>la</strong> luz de <strong>la</strong> Reforma, para privar de <strong>la</strong><br />

Biblia a los hombres, y restaurar <strong>la</strong> ignorancia y <strong>la</strong> superstición de <strong>la</strong> Edad Media. Empero, debido a <strong>la</strong><br />

b<strong>en</strong>dición de Dios y al esfuerzo de aquellos nobles hombres que él había suscitado para suceder a Lutero,<br />

el protestantismo no fue v<strong>en</strong>cido. Esto no se debió al favor ni a <strong>la</strong>s armas de los príncipes. Los países más<br />

pequeños, <strong>la</strong>s naciones más humildes e insignificantes, fueron sus baluartes. La pequeña Ginebra, a <strong>la</strong> que<br />

186

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!