30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Las fuerzas judaicas perseguían de cerca a Cestio y a su ejército y cayeron sobre <strong>la</strong> retaguardia<br />

con tal furia que am<strong>en</strong>azaban destruir<strong>la</strong> totalm<strong>en</strong>te. Solo a duras p<strong>en</strong>as pudieron <strong>la</strong>s huestes romanas<br />

completar su retirada. Los judíos no sufrieron más que pocas bajas, y con los despojos que obtuvieron<br />

volvieron <strong>en</strong> triunfo a Jerusalén. Pero este éxito apar<strong>en</strong>te no les acarreó sino perjuicios, pues despertó <strong>en</strong><br />

ellos un espíritu de necia resist<strong>en</strong>cia contra los romanos, que no tardó <strong>en</strong> traer males incalcu<strong>la</strong>bles a <strong>la</strong><br />

desdichada ciudad.<br />

Espantosas fueron <strong>la</strong>s ca<strong>la</strong>midades que sufrió Jerusalén cuando el sitio se reanudó bajo el mando<br />

de Tito. La ciudad fue sitiada <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de <strong>la</strong> Pascua, cuando millones de judíos se hal<strong>la</strong>ban reunidos<br />

d<strong>en</strong>tro de sus muros. Los depósitos de provisiones que, de haber sido conservados, hubieran podido<br />

abastecer a toda <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción <strong>por</strong> varios años, habían sido destruidos a consecu<strong>en</strong>cia de <strong>la</strong> rivalidad y de<br />

<strong>la</strong>s represalias de <strong>la</strong>s facciones <strong>en</strong> lucha, y pronto los vecinos de Jerusalén empezaron a sucumbir a los<br />

horrores del hambre. Una medida de trigo se v<strong>en</strong>día <strong>por</strong> un tal<strong>en</strong>to. Tan atroz era el hambre, que los<br />

hombres roían el cuero de sus cintos, sus sandalias y <strong>la</strong>s cubiertas de sus escudos. Muchos salían durante<br />

<strong>la</strong> noche para recoger <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas silvestres que crecían fuera de los muros, a pesar de que muchos de ellos<br />

eran apreh<strong>en</strong>didos y muertos <strong>por</strong> crueles torturas, y a m<strong>en</strong>udo los que lograban escapar eran despojados<br />

de aquello que habían conseguido aun con riesgo de <strong>la</strong> vida. Los que estaban <strong>en</strong> el poder imponían los<br />

castigos más infamantes para obligar a los necesitados a <strong>en</strong>tregar los últimos restos de provisiones que<br />

guardaban escondidos; y tamañas atrocidades eran perpetradas muchas veces <strong>por</strong> g<strong>en</strong>te bi<strong>en</strong> alim<strong>en</strong>tada<br />

que solo deseaba almac<strong>en</strong>ar provisiones para más tarde.<br />

Mil<strong>la</strong>res murieron a consecu<strong>en</strong>cia del hambre y <strong>la</strong> pestil<strong>en</strong>cia. Los afectos naturales parecían haber<br />

desaparecido: los esposos se arrebataban unos a otros los alim<strong>en</strong>tos; los hijos quitaban a sus ancianos<br />

padres <strong>la</strong> comida que se llevaban a <strong>la</strong> boca, y <strong>la</strong> pregunta del profeta: “¿Se olvidará acaso <strong>la</strong> mujer de su<br />

niño mamante?” recibió respuesta <strong>en</strong> el interior de los muros de <strong>la</strong> desgraciada ciudad, tal como <strong>la</strong> diera<br />

<strong>la</strong> Santa Escritura: “Las misericordiosas manos de <strong>la</strong>s mujeres cuec<strong>en</strong> a sus mismos hijos! ¡Estos les sirv<strong>en</strong><br />

de comida <strong>en</strong> el quebranto de <strong>la</strong> hija de mi pueblo!” Isaías 49:15; Lam<strong>en</strong>taciones 4:10 (VM).<br />

Una vez más se cumplía <strong>la</strong> profecía pronunciada catorce siglos antes, y que dice: “La mujer tierna<br />

y delicada <strong>en</strong> medio de ti, que nunca probó a as<strong>en</strong>tar <strong>en</strong> tierra <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta de su pie, de pura delicadeza y<br />

17

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!