30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

g<strong>en</strong>te, el pueblo notaba maravil<strong>la</strong>do <strong>la</strong> paz inalterable y el gozo triunfante que se pintaban <strong>en</strong> el rostro y<br />

el contin<strong>en</strong>te del mártir. “Parece—decían—como si estuviera s<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> el templo meditando <strong>en</strong> cosas<br />

santas” (Wylie, lib. 13, cap. 9).<br />

Ya atado a <strong>la</strong> estaca, quiso Berquin dirigir unas cuantas pa<strong>la</strong>bras al pueblo, pero los monjes,<br />

temi<strong>en</strong>do <strong>la</strong>s consecu<strong>en</strong>cias, empezaron a dar gritos y los soldados a <strong>en</strong>trechocar sus armas,y con esto<br />

ahogaron <strong>la</strong> voz del mártir. Así fue como <strong>en</strong> 1529, <strong>la</strong> autoridad eclesiástica y literaria más notable de <strong>la</strong><br />

culta ciudad de París, “dio al popu<strong>la</strong>cho de 1793 el vil ejemplo de sofocar <strong>en</strong> el cadalso <strong>la</strong>s sagradas<br />

pa<strong>la</strong>bras de los moribundos” (ibíd.). Berquin fue estrangu<strong>la</strong>do y su cuerpo <strong>en</strong>tregado a <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>mas. La<br />

noticia de su muerte <strong>en</strong>tristeció a los amigos de <strong>la</strong> Reforma <strong>en</strong> todas partes de Francia. Pero su ejemplo<br />

no quedó sin provecho. “También nosotros estamos listos—decían los testigos de <strong>la</strong> verdad— para recibir<br />

<strong>la</strong> muerte con gozo, poni<strong>en</strong>do nuestros ojos <strong>en</strong> <strong>la</strong> vida v<strong>en</strong>idera” (D’Aubigné, ibíd.).<br />

Durante <strong>la</strong> persecución <strong>en</strong> Meaux, se prohibió a los predicadores de <strong>la</strong> Reforma que siguieran <strong>en</strong><br />

su obra de propaganda, <strong>por</strong> lo cual fueron a establecerse <strong>en</strong> otros campos de acción. Lefevre, al cabo de<br />

algún tiempo, se dirigió a Alemania, y Farel volvió a su pueblo natal, <strong>en</strong> el este de Francia para esparcir<br />

<strong>la</strong> luz <strong>en</strong> <strong>la</strong> tierra de su niñez. Ya se había sabido lo que estaba ocurri<strong>en</strong>do <strong>en</strong> Meaux, y <strong>por</strong> consigui<strong>en</strong>te<br />

<strong>la</strong> verdad, que él <strong>en</strong>señaba sin temor, <strong>en</strong>contró adeptos. Muy pronto <strong>la</strong>s autoridades le impusieron sil<strong>en</strong>cio<br />

y le echaron de <strong>la</strong> ciudad. Ya que no podía trabajar <strong>en</strong> público, se puso a recorrer los valles y los pueblos,<br />

<strong>en</strong>señando <strong>en</strong> casas particu<strong>la</strong>res y <strong>en</strong> apartados campos, hal<strong>la</strong>ndo abrigo <strong>en</strong> los bosques y <strong>en</strong> <strong>la</strong>s cuevas de<br />

<strong>la</strong>s peñas de él conocidos desde que los frecu<strong>en</strong>tara <strong>en</strong> los años de su infancia. Dios le preparaba para<br />

mayores pruebas. “Las p<strong>en</strong>as, <strong>la</strong> persecución y todas <strong>la</strong>s asechanzas del diablo, con <strong>la</strong>s que se me am<strong>en</strong>aza,<br />

no han escaseado—decía él—, y hasta han sido mucho más severas de lo que yo con mis propias fuerzas<br />

hubiera podido sobrellevar; pero Dios es mi Padre; él me ha suministrado y seguirá suministrándome <strong>la</strong>s<br />

fuerzas que necesite” (D’Aubigné, Histoire de <strong>la</strong> Réformation au seizième siècle, lib. 12, cap. 9).<br />

Como <strong>en</strong> los tiempos apostólicos, <strong>la</strong> persecución había redundado <strong>en</strong> bi<strong>en</strong> del ade<strong>la</strong>nto del<br />

evangelio. Filip<strong>en</strong>ses 1:12. Expulsados de París y Meaux, “los que fueron esparcidos, iban <strong>por</strong> todas partes<br />

anunciando <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra”. Hechos 8:4. Y de esta manera <strong>la</strong> verdad se abrió paso <strong>en</strong> muchas de <strong>la</strong>s remotas<br />

provincias de Francia. Dios estaba preparando aun más obreros para ext<strong>en</strong>der su causa. En una de <strong>la</strong>s<br />

172

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!