30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

fr<strong>en</strong>te a <strong>la</strong> mesa. El mesonero de Eco<strong>la</strong>mpadio, que t<strong>en</strong>ía ocasión de espiarlo <strong>en</strong> su habitación, le veía<br />

siempre ocupado <strong>en</strong> el estudio o <strong>en</strong> <strong>la</strong> oración y dec<strong>la</strong>ró admirado que el hereje era “muy piadoso”.<br />

En <strong>la</strong> confer<strong>en</strong>cia, “Eck subía orgullosam<strong>en</strong>te a un púlpito soberbiam<strong>en</strong>te decorado, <strong>en</strong> tanto que<br />

el humilde Eco<strong>la</strong>mpadio, pobrem<strong>en</strong>te vestido, estaba obligado a s<strong>en</strong>tarse fr<strong>en</strong>te a su adversario <strong>en</strong> tosca<br />

p<strong>la</strong>taforma” (ibíd.). La voz est<strong>en</strong>tórea de aquel y <strong>la</strong> seguridad de que se s<strong>en</strong>tía poseído, nunca le<br />

abandonaron. Su celo era estimu<strong>la</strong>do tanto <strong>por</strong> <strong>la</strong> esperanza del oro como <strong>por</strong> <strong>la</strong> de <strong>la</strong> fama; <strong>por</strong>que el<br />

def<strong>en</strong>sor de <strong>la</strong> fe iba a ser recomp<strong>en</strong>sado con una hermosa cantidad.<br />

A falta de mejores argum<strong>en</strong>tos, recurría a insultos y aun b<strong>la</strong>sfemias. Eco<strong>la</strong>mpadio, modesto y<br />

desconfiado de sí mismo, había rehuido el combate, y <strong>en</strong>tró <strong>en</strong> él con esta solemne dec<strong>la</strong>ración: “No<br />

reconozco otra norma de juicio que <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra de Dios” (ibíd.). Si bi<strong>en</strong> de carácter manso y de modales<br />

corteses, demostró capacidad y <strong>en</strong>tereza. En tanto que los romanistas, según su costumbre, ape<strong>la</strong>ban a <strong>la</strong>s<br />

tradiciones de <strong>la</strong> iglesia, el reformador se adhería firmem<strong>en</strong>te a <strong>la</strong>s Escrituras. “En nuestra Suiza—dijo—<br />

<strong>la</strong>s tradiciones carec<strong>en</strong> de fuerza a no ser que estén de acuerdo con <strong>la</strong> constitución; y <strong>en</strong> asuntos de fe, <strong>la</strong><br />

Biblia es nuestra única constitución” (ibíd.).<br />

El contraste <strong>en</strong>tre ambos cont<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes no dejó de t<strong>en</strong>er su efecto. La ser<strong>en</strong>a e intelig<strong>en</strong>te<br />

argum<strong>en</strong>tación del reformador, el cual se expresaba con tan noble mansedumbre y modestia, impresionó<br />

a los que veían con desagrado <strong>la</strong>s orgullosas pret<strong>en</strong>siones de Eck. El debate se prolongó durante dieciocho<br />

días. Al terminarlo los papistas cantaron victoria con gran confianza, y <strong>la</strong> dieta dec<strong>la</strong>ró v<strong>en</strong>cidos a los<br />

reformadores y todos ellos, con Zuinglio, su jefe, separados de <strong>la</strong> iglesia. Pero los resultados de esta<br />

confer<strong>en</strong>cia reve<strong>la</strong>ron de qué parte estuvo el triunfo. El debate tuvo <strong>por</strong> consecu<strong>en</strong>cia un gran impulso de<br />

<strong>la</strong> causa protestante, y no mucho después <strong>la</strong>s im<strong>por</strong>tantes ciudades de Berna y Basilea se dec<strong>la</strong>raron <strong>en</strong><br />

favor de <strong>la</strong> Reforma.<br />

143

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!