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America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

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el contraste <strong>en</strong>tre <strong>la</strong>s verdades <strong>en</strong> el<strong>la</strong>s <strong>en</strong>cerradas y <strong>la</strong>s herejías de Roma. Se sometía a <strong>la</strong> Biblia y <strong>la</strong><br />

reconocía como <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra de Dios y única reg<strong>la</strong> sufici<strong>en</strong>te e infalible. Veía que el<strong>la</strong> debía ser su propio<br />

intérprete. No se atrevía a tratar de explicar <strong>la</strong>s Sagradas Escrituras para sost<strong>en</strong>er una teoría o doctrina<br />

preconcebida, sino que consideraba su deber apr<strong>en</strong>der lo que el<strong>la</strong>s <strong>en</strong>señan directam<strong>en</strong>te y de un modo<br />

evid<strong>en</strong>te. Procuraba valerse de toda ayuda posible para obt<strong>en</strong>er un conocimi<strong>en</strong>to correcto y pl<strong>en</strong>o de sus<br />

<strong>en</strong>señanzas, e invocaba al Espíritu Santo, el cual, dec<strong>la</strong>raba él, quería reve<strong>la</strong>r <strong>la</strong> verdad a todos los que <strong>la</strong><br />

investigas<strong>en</strong> con sinceridad y <strong>en</strong> oración.<br />

“Las Escrituras—decía Zuinglio—vi<strong>en</strong><strong>en</strong> de Dios, no del hombre. Y ese mismo Dios que bril<strong>la</strong> <strong>en</strong><br />

el<strong>la</strong>s te dará a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der que <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras son de Dios. La Pa<strong>la</strong>bra de Dios [...] no puede errar. Es bril<strong>la</strong>nte,<br />

se explica a sí misma, se descubre, ilumina el alma con toda salvación y gracia, <strong>la</strong> consue<strong>la</strong> <strong>en</strong> Dios, y <strong>la</strong><br />

humil<strong>la</strong> hasta que se anonada, se niega a sí misma, y se acoge a Dios”. Zuinglio mismo había<br />

experim<strong>en</strong>tado <strong>la</strong> verdad de estas pa<strong>la</strong>bras. Hab<strong>la</strong>ndo de ello, escribió lo sigui<strong>en</strong>te: “Cuando [...] com<strong>en</strong>cé<br />

a consagrarme <strong>en</strong>teram<strong>en</strong>te a <strong>la</strong>s Sagradas Escrituras, <strong>la</strong> filosofía y <strong>la</strong> teología [escolástica] me suscitaban<br />

objeciones sin número, y al fin resolví dejar a un <strong>la</strong>do todas estas quimeras y apr<strong>en</strong>der <strong>la</strong>s <strong>en</strong>señanzas de<br />

Dios <strong>en</strong> toda su pureza, tomándo<strong>la</strong>s de su preciosa Pa<strong>la</strong>bra. Desde <strong>en</strong>tonces pedí a Dios luz y <strong>la</strong>s Escrituras<br />

llegaron a ser mucho más c<strong>la</strong>ras para mí” (ibíd., cap. 6).<br />

Zuinglio no había recibido de Lutero <strong>la</strong> doctrina que predicaba. Era <strong>la</strong> doctrina de Cristo. “Si<br />

Lutero predica a Jesucristo—decía el reformador suizo—hace lo que yo hago. Los que <strong>por</strong> su medio han<br />

llegado al conocimi<strong>en</strong>to de Jesucristo son más que los conducidos <strong>por</strong> mí. Pero no im<strong>por</strong>ta. Yo no quiero<br />

llevar otro nombre que el de Jesucristo, de qui<strong>en</strong> soy soldado, y no reconozco otro jefe. No he escrito una<br />

so<strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra a Lutero, ni Lutero a mí. Y ¿<strong>por</strong> qué? [...] Pues para que se viese de qué modo el Espíritu de<br />

Dios está de acuerdo consigo mismo, ya que, sin acuerdo previo, <strong>en</strong>señamos con tanta uniformidad <strong>la</strong><br />

doctrina de Jesucristo” (D’Aubigné, lib. 8, cap. 9).<br />

En 1516 fue l<strong>la</strong>mado Zuinglio a predicar regu<strong>la</strong>rm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el conv<strong>en</strong>to de Einsiedeln, donde iba a<br />

ver más de cerca <strong>la</strong>s corrupciones de Roma y donde iba a ejercer como reformador una influ<strong>en</strong>cia que se<br />

dejaría s<strong>en</strong>tir más allá de sus Alpes natales. Entre los principales atractivos de Einsiedeln había una virg<strong>en</strong><br />

de <strong>la</strong> que se decía que estaba dotada del poder de hacer mi<strong>la</strong>gros. Sobre <strong>la</strong> puerta de <strong>la</strong> abadía estaba<br />

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