30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

hicieron esfuerzos muy resueltos para seducirlo a que <strong>en</strong>trara <strong>en</strong> un conv<strong>en</strong>to. Los monjes franciscanos y<br />

los dominicos rivalizaban <strong>por</strong> ganarse el favor del pueblo, y al efecto se esmeraban a <strong>por</strong>fía <strong>en</strong> el adorno<br />

de los templos, <strong>en</strong> <strong>la</strong> pompa de <strong>la</strong>s ceremonias y <strong>en</strong> lo atractivo de <strong>la</strong>s reliquias y de <strong>la</strong>s imág<strong>en</strong>es<br />

mi<strong>la</strong>grosas.<br />

Los dominicos de Berna vieron que si les fuera posible ganar a un jov<strong>en</strong> de tanto tal<strong>en</strong>to obt<strong>en</strong>drían<br />

ganancias y honra. Su tierna juv<strong>en</strong>tud, sus dotes de orador y escritor, y su g<strong>en</strong>io musical y poético, serían<br />

de más efecto que <strong>la</strong> pompa y el fausto desplegados <strong>en</strong> los servicios, para atraer al pueblo y aum<strong>en</strong>tar <strong>la</strong>s<br />

r<strong>en</strong>tas de su ord<strong>en</strong>. Valiéndose de <strong>en</strong>gaños y lisonjas, int<strong>en</strong>taron inducir a Zuinglio a que <strong>en</strong>trara <strong>en</strong> su<br />

conv<strong>en</strong>to. Cuando Lutero era estudiante se <strong>en</strong>cerró voluntariam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> una celda y se habría perdido para<br />

el mundo si <strong>la</strong> provid<strong>en</strong>cia de Dios no le hubiera libertado. No se le dejó a Zuinglio correr el mismo riesgo.<br />

Supo provid<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te su padre cuáles eran los designios de los frailes, y como no t<strong>en</strong>ía int<strong>en</strong>ción de<br />

que su hijo siguiera <strong>la</strong> vida indigna y holgazana de los monjes, vio que su utilidad para el <strong>por</strong>v<strong>en</strong>ir estaba<br />

<strong>en</strong> inmin<strong>en</strong>te peligro, y le ord<strong>en</strong>ó que regresara a su casa sin demora.<br />

El mandato fue obedecido; pero el jov<strong>en</strong> no podía s<strong>en</strong>tirse cont<strong>en</strong>to <strong>por</strong> mucho tiempo <strong>en</strong> su valle<br />

natal, y pronto volvió a sus estudios, yéndose a establecer después de algún tiempo <strong>en</strong> Basilea. En esta<br />

ciudad fue donde Zuinglio oyó <strong>por</strong> primera vez el evangelio de <strong>la</strong> gracia de Dios. Witt<strong>en</strong>bach, profesor de<br />

idiomas antiguos, había sido llevado, <strong>en</strong> su estudio del griego y del hebreo, al conocimi<strong>en</strong>to de <strong>la</strong>s<br />

Sagradas Escrituras, y <strong>por</strong> su medio <strong>la</strong> luz divina esparcía sus rayos <strong>en</strong> <strong>la</strong>s m<strong>en</strong>tes de los estudiantes que<br />

recibían de él <strong>en</strong>señanza. Dec<strong>la</strong>raba el catedrático que había una verdad más antigua y de valor<br />

infinitam<strong>en</strong>te más grande que <strong>la</strong>s teorías <strong>en</strong>señadas <strong>por</strong> los filósofos y los escolásticos. Esta antigua verdad<br />

consistía <strong>en</strong> que <strong>la</strong> muerte de Cristo era el único rescate del pecador. Estas pa<strong>la</strong>bras fueron para Zuinglio<br />

como el primer rayo de luz que alumbra al amanecer.<br />

Pronto fue l<strong>la</strong>mado Zuinglio de Basilea, para <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> <strong>la</strong> que iba a ser <strong>la</strong> obra de su vida. Su primer<br />

campo de acción fue una parroquia alpina no muy distante de su valle natal. Habi<strong>en</strong>do recibido <strong>la</strong>s órd<strong>en</strong>es<br />

sacerdotales, “se aplicó con ardor a investigar <strong>la</strong> verdad divina; <strong>por</strong>que estaba bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>terado—dice un<br />

reformador de su tiempo—de cuánto deb<strong>en</strong> saber aquellos a qui<strong>en</strong>es les está confiado el cuidado del<br />

rebaño del Señor” (Wylie, lib. 8, cap. 5). A medida que escudriñaba <strong>la</strong>s Escrituras, más c<strong>la</strong>ro le resultaba<br />

134

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!