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America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

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es mi obligación <strong>en</strong>cararme yo solo con el papa y pres<strong>en</strong>tarlo como el Anticristo! ¡Cuántas no han sido<br />

<strong>la</strong>s tribu<strong>la</strong>ciones de mi corazón! ¡Cuántas veces no me he hecho a mí mismo con amargura <strong>la</strong> misma<br />

pregunta que he oído frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de <strong>la</strong>bios de los papistas! ‘¿Tú solo eres sabio? ¿Todos los demás<br />

están errados? ¿Qué sucederá si al fin de todo eres tú el que estás <strong>en</strong> error y <strong>en</strong>vuelves <strong>en</strong> el <strong>en</strong>gaño a<br />

tantas almas que serán cond<strong>en</strong>adas <strong>por</strong> toda <strong>la</strong> eternidad?’ Así luché yo contra mí mismo y contra Satanás,<br />

hasta que Cristo, <strong>por</strong> su Pa<strong>la</strong>bra infalible, fortaleció mi corazón contra estas dudas”. Martyn, 372, 373.<br />

El papa había am<strong>en</strong>azado a Lutero con <strong>la</strong> excomunión si no se retractaba, y <strong>la</strong> am<strong>en</strong>aza se cumplió.<br />

Se expidió una nueva bu<strong>la</strong> para publicar <strong>la</strong> separación definitiva de Lutero de <strong>la</strong> iglesia romana. Se le<br />

dec<strong>la</strong>raba maldito <strong>por</strong> el cielo, y se incluía <strong>en</strong> <strong>la</strong> misma cond<strong>en</strong>ación a todos los que recibies<strong>en</strong> sus<br />

doctrinas. La gran lucha se iniciaba de ll<strong>en</strong>o. La oposición es <strong>la</strong> suerte que les toca a todos aquellos a<br />

qui<strong>en</strong>es emplea Dios para que prediqu<strong>en</strong> verdades aplicables especialm<strong>en</strong>te a su época. Había una verdad<br />

pres<strong>en</strong>te o de actualidad <strong>en</strong> los días de Lutero, una verdad que <strong>en</strong> aquel tiempo revestía especial<br />

im<strong>por</strong>tancia; y así hay ahora una verdad de actualidad para <strong>la</strong> iglesia <strong>en</strong> nuestros días. Al Señor que hace<br />

todas <strong>la</strong>s cosas de acuerdo con su voluntad le ha agradado colocar a los hombres <strong>en</strong> diversas condiciones<br />

y <strong>en</strong>com<strong>en</strong>darles deberes particu<strong>la</strong>res, propios del tiempo <strong>en</strong> que viv<strong>en</strong> y según <strong>la</strong>s circunstancias de que<br />

estén rodeados. Si ellos aprecian <strong>la</strong> luz que se les ha dado, obt<strong>en</strong>drán más amplia percepción de <strong>la</strong> verdad.<br />

Pero hoy día <strong>la</strong> mayoría no ti<strong>en</strong>e más deseo de <strong>la</strong> verdad que los papistas <strong>en</strong>emigos de Lutero.<br />

Existe hoy <strong>la</strong> misma disposición que antaño para aceptar <strong>la</strong>s teorías y tradiciones de los hombres<br />

antes que <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras de Dios. Y los que esparc<strong>en</strong> hoy este conocimi<strong>en</strong>to de <strong>la</strong> verdad no deb<strong>en</strong> esperar<br />

<strong>en</strong>contrar más aceptación que <strong>la</strong> que tuvieron los primeros reformadores. El gran conflicto <strong>en</strong>tre <strong>la</strong> verdad<br />

y <strong>la</strong> m<strong>en</strong>tira, <strong>en</strong>tre Cristo y Satanás, irá aum<strong>en</strong>tando <strong>en</strong> int<strong>en</strong>sidad a medida que se acerque el fin de <strong>la</strong><br />

historia de este mundo.<br />

Jesús había dicho a sus discípulos: “Si fueseis del mundo, el mundo os amaría como a cosa suya;<br />

mas <strong>por</strong> cuanto no sois del mundo, sino que yo os he escogido del mundo, <strong>por</strong> esto os odia el mundo.<br />

Acordaos de aquel<strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra que os dije: El siervo no es mayor que su señor. Si me han perseguido a mí,<br />

a vosotros también os perseguirán; si han guardado mi pa<strong>la</strong>bra, guardarán también <strong>la</strong> vuestra”. Juan 15:19,<br />

20 (VM). Y <strong>en</strong> otra ocasión había dicho abiertam<strong>en</strong>te: “¡Ay de vosotros cuando todos los hombres<br />

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