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Edición No.12 Agosto 2016

En nuestra edición No,12 quiero agradecer a cada uno de nuestros colaboradores y sobre todo a nuestros lectores que han ido creciendo con nosotros y nos ayudan a compartir el arte, artículos, productos y comercios entre esta gran comunidad. Gracias

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Escuchó un murmullo que<br />

provenía de aquellas gigantescas<br />

hojas y, al inclinarse,<br />

vio con asombro como se<br />

escabullían aquellas diminutas<br />

criaturas con el rostro<br />

envejecido huyendo despavoridos<br />

de su presencia.<br />

Incrédula a lo que sus ojos<br />

veían, sin pronunciar palabra<br />

esperó inmóvil a que aquellos<br />

pequeños seres volvieran<br />

a aparecer; de pronto, a<br />

sus espaldas, escuchó una<br />

ronca voz escupir unas palabras:--¡Bienvenida<br />

Filomela…<br />

ya te esperaba!...--.<br />

Ella, sorprendida, volteo<br />

poco a poco el rostro buscando<br />

la voz que se dirigía a<br />

su persona y, ahí, sobre una<br />

gigantesca hoja de helecho<br />

vio moverse una casi<br />

microscópica figura; sintió<br />

un escalofrío recorrer su<br />

cuerpo, no sabía si echarse<br />

a correr o quedarse a investigar<br />

de donde habían salido<br />

aquellos seres carentes de<br />

gracia, quiénes eran y qué<br />

querían con ella. Fue mas<br />

fuerte su curiosidad, por lo<br />

cual pronto vio moverse entre<br />

la hoja a aquel hado del<br />

tamaño de su pulgar, quien<br />

era capaz de bramar como lo<br />

hacía el ceno del mar embravecido;<br />

sintió un<br />

34<br />

escalofrio recorrer su cuerpo<br />

en lo que sus ojos pretendían<br />

salirse de sus órbitas,<br />

quiso gritar pero de su boca<br />

solo logro escapar un gutural<br />

sonido de terror y miedo<br />

aunque, intrigada, inclinó<br />

su cuerpo para tratar de ver<br />

bien a ese diminuto hombre<br />

que la había llamado por su<br />

nombre:--¿Me llamas a mí…<br />

buen hombre?…--, preguntó<br />

con cierto temor, para<br />

después volver a escuchar<br />

a ese ser que parecía haber<br />

salido del mismísimo averno,<br />

aunque su mirada la dejo<br />

sorprendida. Aquél pequeño<br />

hado la miraba con<br />

infinita ternura, lo cual la hizo sentir una gran paz al contemplarle, por lo que sin pretenderlo<br />

ella misma, su bello rostro dejo escapar una sonrisa instintivamente pero, al querer<br />

devolvérsela ese ser de inframundo, le dejo ver a Filomena unos filosos dientes como<br />

dagas de color amarillento, lo cual la hizo sentir una gran repulsión. Aunque sin hacer caso<br />

debido a la expectación y la intriga, siguió al diminuto ser quien luego de una señal de<br />

invitación, la guío hacia el interior del tenebroso bosque para así poder mostrarle una gran<br />

fortaleza; ella, al mirarla a la distancia, seguía andando tras Èl sorprendida de ver la profundidad<br />

del verde paraíso; cuanta belleza, cuanta tranquilidad se respiraba en aquel lugar,<br />

solo el gorgojeo de las aves y el crujir de las hojas al andar se escuchaban.,<br />

Él se apoyaba de un pequeño báculo ávido de mostrarle sus dominios y revelarle un gran<br />

secreto, guiandola hasta un gigantesco y bullicioso arroyo que cruzaba por la inmediación<br />

del mismo, fue entonces que le volvió a hablar

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