Guía Tour de Francia 2016

sión; puertos en los que se
ataque desde el primer metro
de pendiente ascendente;
poder revivir esos momentos
marcados a fuego de la infancia,
o no tan infancia, evocando
a Induraín, Hinault,
Merckx o el mismísimo Bahamontes…
En pocas palabras,
no poder despegarte del sofá
y quitar los ojos de la pantalla.
Sin embargo, y tras una primera
semana que suele ser
intrascendente, quitando las
caídas y eliminaciones de
algún que otro favorito, llega
el primer amago de desánimo.
Pero no pasa nada, esto
es solo el fogueo, ahora con
el primer bloque de montaña
todo se arregla, eso seguro…
Pues vaya, no sé, me esperaba
algo más, a ver estas
etapas de trampas constantes…
mmm, esto solo lo salva
una hazaña mítica en este último
bloque… Bueno, pues
nada, lo de casi siempre,
habrá que ver el año que
viene, que seguro que hay
ganas de venganza y vienen
todos con el cuchillo entre los
dientes, sí, eso seguro.
Año tras año nos damos de
bruces contra el mismo
muro, ese muro que nos devuelve
a la realidad y nos
dice que los mejores no
siempre nos dan los que
queremos, no siempre nos
dan ese espectáculo que se
espera de ellos. Los precedentes
no son alentadores,
cada año, como este, el Tour
recoge el mejor abanico de
corredores de todo tipo, que
sin embargo, no responden
a las expectativas. No responder
a esas expectativas,
al final y pensándolo detenidamente,
tiene su lógica, por
dos factores clave:
El control al que se someten
los favoritos: Con
equipos cargados de
gente buena las sorpresas
y dejar ir a un rival directo
es harto complicado, lo
que no da pie a jugársela.
Y es que jugársela
puede dar al traste con
algo que llevas preparando
minuciosamente un
año entero, algo en lo
que los equipos, patrocinadores
y demás implicados
se juegan mucho
dinero, un resultado, jugando
conservador, da
más rédito al que pone el
dinero, al menos en la lógica
actual.
Estos dos factores, a los que
se pueden unir más secundarios,
condicionan la carrera y
su espectáculo, en el ciclismo
moderno de superestrellas y
grandes cifras de dinero, la
épica de lo antiguo no tiene
cabida, al menos en el Tour.
Siempre se dice, y con gran
razón, que si se quiere espectáculo,
emboscadas, y ataques
de todos los colores,
siempre, nos quedará el
Giro.
G u í a To u r d e F r a n c i a
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