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Revista<br />

De<br />

Bombas,<br />

Adivinanzas,<br />

Refranes,<br />

Leyendas,<br />

Cuentos y


Fabulas<br />

Bombas<br />

El<br />

Desde lejos he venido<br />

Rodando como una tusa<br />

Solo por venirte a ver<br />

Niña ojitos de guatusa.<br />

Las mujeres de este tiempo<br />

son como el café molido,<br />

apenas tienen quince años<br />

ya quieren tener marido.<br />

Ella<br />

Si desde lejos llegaste<br />

A yo no me digas eso<br />

Mejor anda restregate<br />

Esas costras del<br />

pescuezo<br />

Los muchachos de este tiempo


son como el café tostado<br />

se la tiran de jailosos<br />

y andan todos acabados.<br />

EL<br />

Las piñas en el piñal<br />

de maduras se pasan,<br />

así te pasará a vos<br />

si tu mama no te casa.<br />

​ELLA<br />

Si mi mama no me ha casao<br />

es por que no me ha convenido,<br />

si no me caso con vos<br />

no es de tu cuenta, metido.


EL<br />

La mujer que ama a dos hombres<br />

no es tonta sino entendida<br />

si una vela se le apaga<br />

la otra ya está encendida.<br />

ELLA<br />

Un hombre con dos mujeres<br />

de papo se pasa a veces<br />

No cumple con sus deberes<br />

y al final paga con creces.


Adivinanzas<br />

Zumba que te zumbarás,


van y vienen sin descanso,<br />

de flor en flor trajinando<br />

y nuestra vida endulzando.<br />

(Las Abejas)<br />

Entra el estudioso,<br />

nunca el holgazán,<br />

va buscando libros<br />

que allí encontrará.<br />

(La biblioteca)<br />

Abierta siempre estoy<br />

para todos los niños.<br />

Cerrada y triste me quedo<br />

los domingos.


(La escuela)<br />

Refranes


Leyendas<br />

La Siguanaba.<br />

La Siguanaba, llamada comúnmente La Siguanaba. La<br />

leyenda de la Sihuanaba dice que una mujer,<br />

originalmente llamada Sihuehuet (Mujer Hermosa),<br />

tenía un romance con el hijo del dios Tlaloc, del cual<br />

resulto embarazada. Ella fue una mala madre, dejaba<br />

solo a su hijo para satisfacer a su amante.Cuando<br />

Tlaloc descubrió lo que estaba ocurriendo él maldijo<br />

a Sihuehuet.Ahora se llamará Sihuanaba (Mujer<br />

Horrible), ella sería hermosa a primera vista, pero<br />

cuando los hombres se le acercaran, ella daría vuelta<br />

y se convertiría en un aborrecimiento horrible.La<br />

forzaron a vagar por el campo, apareciendosele a los


hombres que viajan solos por la noche.Dicen que es<br />

vista por la noche en los ríos de El Salvador, lavando<br />

ropa y siempre busca a su hijo, el Cipitio al cual le fue<br />

concedida la juventud eterna por el dios Tlaloc como<br />

su sufrimiento.Según lo que cuenta la leyenda, todos<br />

los trasnochadores están propensos a encontrarla.<br />

Sin embargo, persigue con más insistencia a los<br />

hombres enamorados, a los don juanes que hacen<br />

alarde de sus conquistas amorosas. A estos, la<br />

Siguanaba se les aparece en cualquier tanque de<br />

agua en altas horas de la noche.La ven bañándose<br />

con guacal de oro y peinándose con un peine del<br />

mismo metal, su bello cuerpo se trasluce a través del<br />

camisón. El hombre que la mira se vuelve loco por<br />

ella. Entonces, la Siguanaba lo llama, y se lo va<br />

llevando hasta embarrancarlo. Enseña la cara cuando<br />

ya se lo ha ganando.Para no perder su alma, el<br />

hombre debe morder una cruz o una medallita y<br />

encomendarse a Dios.Otra forma de librarse del<br />

influjo de la Siguanaba, consiste en hacer un esfuerzo<br />

supremo y acercarse a ella lo más posible, tirarse al<br />

suelo cara al cielo, estirar la mano hasta tocarle el<br />

pelo, y luego halárselo. Así la Siguanaba se asusta y<br />

se tira al barranco.Otras versiones dicen que debe


agarrarse de una mata de escobilla, y así, cuando ella<br />

tira de uno, al agarrase la víctima de la escobilla, ella<br />

siente que le halan el pelo. Esta última práctica es<br />

más efectiva, ya que es el antídoto propio que<br />

contrarresta el poder maléfico de esta mujer mágica.<br />

EL CADEJO<br />

El cadejo blanco existe en todo el país, de él se<br />

cuentan muchas historias, se dice que es un espíritu<br />

bueno, que es por ese motivo que protege a las<br />

personas que acompaña. "Es un guardián que<br />

permanentemente prptege al hombre".<br />

Don Sergio, un señor de 79 años, del barrio el<br />

Calvario de León, dice que salió el cadejo a la media<br />

noche, después de salir de echarse unos buenos<br />

tragos de cususa.<br />

Del barrio de Guadalupe se escuchan más<br />

testimonios sobre este misterioso animal. Doña<br />

Mariíta una anciana de 93 años nos cuenta que, el


cadejo es un animal que no a toda persona le sale y<br />

que protege a los caminantes nocturnos, y les digo<br />

esto, porque a mi papa el cadejo le salió y a mi<br />

hermano nunca, y los dos trasnochaban. Mi papa no<br />

tenía ningún vicio, pero le gustaba jugar billar, una<br />

noche venía sobre la calle de Guadalupe del biliar a la<br />

casa de mi mama, sintió que un perro le venia<br />

siguiendo los pasos. El perro venía tras él y entonces<br />

él se voltea y le dice: "Vállase este animal jodido que<br />

me anda siguiendo, oliéndome los pasos". El lo<br />

espantaba todo el tiempo, pero al llegar a casa el<br />

pero desaparecía y el misterioso animal a donde él<br />

iba lo acompañaba. Nunca le hizo algo mal a mi<br />

papa".<br />

EL CADEJO NEGRO El cadejo existe. dice Don Paulo<br />

Silva, un señor de 98 años del barrio de Sutiava, que<br />

existen dos clases de cadejos nos dice Don Paulo con<br />

una hermmiosa jicara llena de Liste en su mano<br />

derecha. El blanco es bueno, camina detrás de los<br />

caminantes solitarios para protegerlos por la noche<br />

de otros espíritus burlones. Sin embargo, el cadejo<br />

negro es un espíritu malo que trata de matar a los<br />

caminantes nocturnos como nos dice su relato Don


Paulo: "En el barrio de Guadalupe a Bacilio, un<br />

muchacho recio y muy conocido por andar<br />

trasnochando, lo mató una noche el cadejo negro, lo<br />

encontraron en la esquina de los billares Darce. Tenía<br />

un vecino que era muy valiente, al darse cuenta lo<br />

que le pasó a su amigo dijo: "Yo quiero que el cadejo<br />

me mate. voy a ir a espiarlo mañana". Así fue salió<br />

con un machete a esperar al cadejo y se escondió en<br />

el mero Tamarindón cerquita del Río Chiquito,<br />

cuando el animal se le apareció. Ra...Ra... Ra... Ra...<br />

Se lo hechó encima. El pobre hombre amaneció<br />

muerto.<br />

En este mundo todos estamos rodeados del bien y el<br />

mal.


LA SUCIA<br />

Dicen que cierta noche un joven de un pueblo de<br />

Santa Bárbara salió de su casa a visitar una muchacha<br />

que le gustaba, la verdad es que él estaba muy<br />

enamorado. Se quedó con la muchacha hasta<br />

pasadas de las 9:00 pm. Cuando regresaba a su casa,<br />

al cruzar por una quebrada (riachuelo) vio a una<br />

joven lavando su ropa por lo que debido a que era de<br />

noche y que no había nadie más alrededor trató de


seducirla sin que la muchacha le correspondiera y<br />

manteniéndolo ignorado sin darle la cara.<br />

Él, abusivo y al sentir el desprecio de la joven, trató<br />

de abusar de ella, sujetándola con fuerza y trató de<br />

apartar la enorme cabellera que le cubría el rostro de<br />

la mujer sin resultado alguno. La mujer se soltó de él<br />

y apenas alcanzó a escuchar un ligero sollozo de ésta,<br />

pero el hombre no estaba dispuesto a dejar pasar la<br />

oportunidad de seducirla.<br />

Se disculpó por el forcejeo y le dijo que lo único que<br />

quería era un beso por lo que la mujer asintió con la<br />

cabeza y él se acercó a ella, apartando su pelo para<br />

dejar al descubierto su rostro y poderlo besar.<br />

Haciendo esto se escuchó el mayor alarido que<br />

garganta humana puede escuchar y el hombre salió<br />

corriendo volviéndose loco en el acto, y lo único que<br />

exclamaba era que había visto una mujer con cara de<br />

monstruo y con un aliento pestilente. Hoy en día se<br />

dice que esta mujer se le aparece a los hombres<br />

mujeriegos en sitios solitarios de su camino y es muy<br />

conocida como La sucia por su costumbre de<br />

aparecerse lavando ropa sucia.


Cuentos


Había una vez un conejito soñador que vivía en una<br />

casita en medio del bosque, rodeado de libros y<br />

fantasía, pero no tenía amigos. Todos le habían dado<br />

de lado porque se pasaba el día contando historias<br />

imaginarias sobre hazañas caballerescas, aventuras<br />

submarinas y expediciones extraterrestres. Siempre<br />

estaba inventando aventuras como si las hubiera<br />

vivido de verdad, hasta que sus amigos se cansaron<br />

de escucharle y acabó quedándose solo.<br />

Al principio el conejito se sintió muy triste y empezó<br />

a pensar que sus historias eran muy aburridas y por<br />

eso nadie las quería escuchar. Pero pese a eso<br />

continuó escribiendo.<br />

Las historias del conejito eran increíbles y le<br />

permitían vivir todo tipo de aventuras. Se imaginaba<br />

vestido de caballero salvando a inocentes princesas o


sintiendo el frío del mar sobre su traje de buzo<br />

mientras exploraba las profundidades del océano.<br />

Se pasaba el día escribiendo historias y dibujando los<br />

lugares que imaginaba. De vez en cuando, salía al<br />

bosque a leer en voz alta, por si alguien estaba<br />

interesado en compartir sus relatos.<br />

Un día, mientras el conejito soñador leía<br />

entusiasmado su último relato, apareció por allí una<br />

hermosa conejita que parecía perdida. Pero nuestro<br />

amigo estaba tan entregado a la interpretación de<br />

sus propios cuentos que ni se enteró de que alguien<br />

lo escuchaba. Cuando acabó, la conejita le aplaudió<br />

con entusiasmo.<br />

­Vaya, no sabía que tenía público­ dijo el conejito<br />

soñador a la recién llegada ­. ¿Te ha gustado mi<br />

historia?<br />

­Ha sido muy emocionante ­respondió ella­. ¿Sabes<br />

más historias?<br />

­¡Claro!­ dijo emocionado el conejito ­. Yo mismo las<br />

escribo.<br />

­ ¿De verdad? ¿Y son todas tan apasionantes?<br />

­ ¿Tu crees que son apasionantes? Todo el mundo<br />

dice que son aburridísimas…


­ Pues eso no es cierto, a mi me ha gustado mucho.<br />

Ojalá yo supiera saber escribir historias como la tuya<br />

pero no se...<br />

EEl conejito soñadorl conejito se dio cuenta de que la<br />

conejita se había puesto de repente muy triste así<br />

que se acercó y, pasándole la patita por encima del<br />

hombro, le dijo con dulzura:<br />

­ Yo puedo enseñarte si quieres a escribirlas. Seguro<br />

que aprendes muy rápido<br />

­ ¿Sí? ¿Me lo dices en serio?<br />

­ ¡Claro que sí! ¡Hasta podríamos escribirlas juntos!<br />

­ ¡Genial! Estoy deseando explorar esos lugares,<br />

viajar a esos mundos y conocer a todos esos villanos<br />

y malandrines ­dijo la conejita­<br />

Los conejitos se hicieron muy amigos y compartieron<br />

juegos y escribieron cientos de libros que leyeron a<br />

niños de todo el mundo.<br />

Sus historias jamás contadas y peripecias se hicieron<br />

muy famosas y el conejito no volvió jamás a sentirse<br />

solo ni tampoco a dudar de sus historias.


El Mejor Consejo del Derviche<br />

En la antigüedad, un rey de Tartaria estaba paseando<br />

con algunos de sus nobles. Al lado del camino se<br />

encontraba un Abdal (un sufí errante), quien<br />

exclamó:<br />

— Le daré un buen consejo a quien me pague cien<br />

dinares.<br />

El rey se detuvo y dijo:<br />

— Abdal, ¿cuál es ese buen consejo a cambio de cien<br />

dinares?<br />

— Señor —respondió el Abdal—, ordena que se me<br />

entregue dicha suma y te daré el consejo<br />

inmediatamente.<br />

El rey así lo hizo, esperando escuchar algo<br />

extraordinario.


— Este es mi consejo —dijo el sufí—: nunca<br />

comiences nada sin que antes hayas reflexionado<br />

cuál será el final de ello.<br />

Ante estas palabras, los nobles y todos los presentes<br />

estallaron en carcajadas, diciendo que el Abdal había<br />

sido listo al pedir el dinero por adelantado. Pero el<br />

rey dijo:<br />

— No tienen motivo para reírse del buen consejo que<br />

este Abdal me ha dado. Nadie ignora que deberíamos<br />

reflexionar antes de hacer cualquier cosa. Sin<br />

embargo, diariamente somos culpables de no<br />

recordarlo y las consecuencias son nefastas. Aprecio<br />

mucho este consejo del derviche.<br />

Así, el rey decidió recordar siempre el consejo y<br />

ordenó que fuese escrito en las paredes con letras de<br />

oro, e incluso grabadas en su vajilla de plata.<br />

Años después, un intrigante concibió la idea de matar<br />

al rey. Sobornó al cirujano real con la promesa de<br />

nombrarlo primer ministro sí clavaba una lanceta<br />

envenenada en el brazo del rey.<br />

Cuando llegó el momento de extraer sangre al rey se<br />

colocó una jofaina para recoger la sangre. De


epente, el cirujano vio las palabras grabadas allí:<br />

“Nunca comiences nada sin que antes hayas<br />

reflexionado cuál será el final de ello”.<br />

Fue entonces cuando el cirujano se dio cuenta de<br />

que, si el intrigante se convertía en rey, lo primero<br />

que haría sería ejecutarlo, y así no necesitaría<br />

cumplir su compromiso. El rey, viendo que el cirujano<br />

estaba temblando le preguntó qué le ocurría, y este<br />

le confesó la verdad inmediatamente.<br />

El autor de la intriga fue capturado; el rey reunió a<br />

todas las personas que habían estado presentes<br />

cuando el Abdal le dio el consejo, y les dijo:<br />

— ¿Todavía se ríen del derviche?


EL CEDRO VANIDOSO<br />

Érase una vez un cedro satisfecho de su hermosura.<br />

Plantado en mitad del jardín, superaba en altura a<br />

todos los demás árboles. Tan bellamente dispuestas<br />

estaban sus ramas, que parecía un gigantesco<br />

candelabro.<br />

Plantado en mitad del jardín, superaba en altura a<br />

todos los demás árboles. Tan bellamente dispuestas<br />

estaban sus ramas, que parecía un gigantesco<br />

candelabro.<br />

Si con lo hermoso que soy diera además fruto, se<br />

dijo, ningún árbol del mundo podría compararse<br />

conmigo.<br />

Y decidió observar a los otros árboles y hacer lo<br />

mismo con ellos. Por fin, en lo alto de su erguida<br />

copa, apunto un bellísimo fruto.


Tendré que alimentarlo bien para que crezca mucho,<br />

se dijo.<br />

Tanto y tanto creció aquel fruto, que se hizo<br />

demasiado grande. La copa del cedro, no pudiendo<br />

sostenerlo, se fue doblando; y cuando el fruto<br />

maduro, la copa, que era el orgullo y la gloria del<br />

árbol, empezó a tambalearse hasta que se troncho<br />

pesadamente.<br />

¡A cuántos hombres, como el cedro, su demasiada<br />

ambición les arruina!


Fabulas<br />

El adivino<br />

Instalado en la plaza pública, un adivino se<br />

entregaba a su oficio. De repente se le acercó un<br />

vecino, anunciándole que las puertas de su casa<br />

estaban abiertas y que habían robado todo lo que<br />

había en su interior.<br />

El adivino levantose de un salto y salió corriendo<br />

hacia su casa, desencajado y suspirando, para ver<br />

lo que había sucedido.<br />

Uno de los que allí se encontraban, viéndole<br />

correr le dijo:


­Oye, amigo, tú que te vanaglorias de prever lo<br />

que ocurrirá a los otros, ¿por qué no has previsto<br />

lo que te sucedería a ti?<br />

El adivino no supo qué responder.<br />

Moraleja: no hay que fiarse de aquellos que dicen<br />

que pueden adivinar el futuro de los demás. Tan<br />

sólo pretenden estafarnos y quitarnos nuestro<br />

dinero.


El congreso de los ratones<br />

Había una vez una familia de ratones que vivía en<br />

la despensa de una casa, pero temiendo siempre<br />

los ataques de un enorme gato, los ratones no<br />

querían salir. Ya fuera de día o de noche este<br />

terrible enemigo los tenía vigilados.<br />

Un buen día decidieron poner fin al problema,<br />

por lo que celebraron una asamblea a petición<br />

del jefe de los ratones, que era el más viejo de<br />

todos.<br />

El jefe de los ratones dijo a los presentes:


­ Os he mandado reunir para que entre todos<br />

encontremos una solución. ¡No podemos vivir<br />

así!<br />

­ ¡Pido la palabra! ­ Dijo un ratoncillo muy atento.<br />

­ Atemos un cascabel al gato, y así sabremos en<br />

todo momento por dónde anda.<br />

Tan interesante propuesta fue aceptada por<br />

todos los roedores entre grandes aplausos y<br />

felicidad. Con el cascabel estarían salvados,<br />

porque su campanilleo avisaría de la llegada del<br />

enemigo con el tiempo para ponerse a salvo.<br />

­ ¡Silencio! – Gritó el ratón jefe, para luego decir:<br />

­ Queda pendiente una cuestión importante:<br />

­ ¿Quien de todos le pone el cascabel al gato?<br />

Al oír esto, los ratoncitos se quedaron<br />

repentinamente callados, muy callados, porque<br />

no podían contestar a aquella pregunta. Y


corrieron de nuevo a sus cuevas­, hambrientos y<br />

tristes.<br />

Moraleja: es más fácil proponer ideas que<br />

llevarlas a cabo

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