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EL DUENDE QUISO<br />
MADRUGAR<br />
Revista Literaria<br />
NOVEVO NÚMERO. JUNIO 2016.<br />
EDICIÓN ESPECIAL<br />
Recopilación<br />
PRODUCIDO POR<br />
Ejemplar gratuito<br />
Publicado en internet
Pintura de logotipo: Caprichos de <strong>duende</strong>s y monjes, <strong>nº</strong> 70, de Francisco<br />
de Goya.<br />
Revista de edición libre para:<br />
http://hamartia-world.blogspot.com.es/<br />
Esta obra está licenciada bajo la Licencia Creative<br />
Commons Atribución-NoComercial-<br />
SinDerivar 4.0 Internacional. Para ver una copia<br />
de esta licencia, visita http://<br />
creativecommons.org/licenses/by-ncnd/4.0/.<br />
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Página 3
<strong>El</strong> <strong>duende</strong> <strong>quiso</strong> <strong>madrugar</strong><br />
Número octavo. Junio de 2016.<br />
Publicación de Francisco Javier González de<br />
Córdova.<br />
Es una revista literaria de publicación mensual<br />
de difusión gratuita vía internet.<br />
Esta publicación se terminó de editar el 30 de<br />
mayo de 2016 en Ciudad de México.<br />
<strong>El</strong> contenido de los textos es responsabilidad<br />
del autor, cuya libertad de expresión viene<br />
amparada en la Carta de Derechos Humanos.<br />
Publicación sin fines de lucro. No patrocinada<br />
por ninguna organización o empresa.<br />
PROHIBIDA SU VENTA<br />
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¿Por qué Mariano José de Larra?<br />
Porque tenía que ser él<br />
quien inspirara a esta revista, por<br />
su afán de mejorar la cultura de su<br />
país, de corregir los errores que las<br />
costumbres producían en las bases<br />
de una sociedad que necesitaba ser<br />
próspera frente a la barbarie del<br />
ciudadano y un Antiguo Régimen<br />
medievalista que no permitía desarrollarse<br />
a la nación; donde no<br />
tenía que caber el morbo ni la condena<br />
de las virtudes, ni hacerse<br />
valer un gobierno déspota mediante<br />
el crimen en las plazas públicas.<br />
Porque sin él, la nación estaría<br />
muerta, como así murió un siglo<br />
después en una luchar fratricida.<br />
Mariano José de Larra;<br />
para algunos, vendido a ideales<br />
extranjeros, pero, para la historia<br />
del raciocinio, un iluminado que<br />
terminó desencantado ante la imposibilidad<br />
de conseguir abrir los<br />
ojos a un pueblo ignorante, incapaz<br />
de ver más allá de sus propias<br />
narices ni a sí mismos, y menos el<br />
futuro de su país, que irían enterrando<br />
lentamente hasta que murió<br />
en 1939, moviéndose en la<br />
ultratumba durante cuarenta años<br />
más, hasta perder su alma en el<br />
siglo XXI.<br />
Por eso tenía que ser Mariano<br />
José de Larra.<br />
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RINCÓN DE LA POESÍA<br />
Aquí les presentamos una recopilación de las poesías creadas para<br />
esta revista, las cuales hemos utilizado para darle el broche final a artículos<br />
tanto críticos como de investigación. Apreciamos mucho este género<br />
literario, y es crucial en la realización de una revista literaria. Exponemos<br />
a continuación nuestro granito de arena:<br />
¿Por qué, Santiago, te recuerdan como no fuiste?<br />
Tú, Apóstol consagrado de bondad grandiosa,<br />
hasta lejanas tierras tu legado llevaste,<br />
y te pagaron con sangre, la historia tediosa.<br />
¿Por qué, ni nunca heriste, te llaman “matamoros”?<br />
Imagen tienes de ser genocida en la tierra.<br />
Son las pinturas de la Iglesia con marcos de oro<br />
los que alaban tan lamentable imagen de guerra.<br />
Tú, pacífico, el quinto mandamiento te cuelgan,<br />
manipulación del clero; Dios no abre la puerta<br />
al traidor, a quien sus manos de sangre lo llenan,<br />
ni a quien anima a ensangrentar a su amada huerta.<br />
Con esas pinturas que te hicieron, se condenan,<br />
al pedir al pueblo de Dios matar en su nombre,<br />
¡terrible blasfemia!, para alzar al mal que adoran<br />
y oscurecer así al bello espíritu del hombre.<br />
Francisco Javier González de Córdova<br />
Página 6
Cómo entender a la gente<br />
que sin comprender no aprende<br />
sino hasta que están perdidos<br />
dan cuenta de lo aprendido,<br />
muchas veces casi nada,<br />
otras tantas a destiempo,<br />
por no haber querido escuchar<br />
a voz experimentada<br />
o a sus propios sentimientos<br />
que gritaban desde el alma<br />
como un profundo misterio,<br />
sonidos vistos extraños<br />
para el que se lleva a engaño<br />
el sentido de la vida,<br />
desdeñando lo que siente,<br />
sentimientos que no cuida<br />
por aceptar que se miente,<br />
sinrazón de su existencia,<br />
consiguiendo la sentencia<br />
de un existir malogrado<br />
que no encuentra diferencia<br />
a un corazón oxidado.<br />
Francisco Javier González de Córdova<br />
Página 7
Nadie pierde ni gana en una escena;<br />
no es realidad el teatro de la vida,<br />
simple representación que no cuida<br />
del beso entregado en la última cena.<br />
Limitados papeles en escena<br />
muestran lo corto del viaje de ida,<br />
senda que para todos es la vida,<br />
y para el buen visionario es condena.<br />
<strong>El</strong> telón se abre por igual a todos;<br />
unos deciden virtuosos caminos;<br />
eternas decisiones que en el lodo<br />
prefieren otros, oscuros destinos;<br />
es el libre albedrío que nos marca,<br />
el bien y el mal que antecede a la Parca.<br />
Francisco Javier González de Córdova<br />
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CITAS CÉLEBRES<br />
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LECTURAS RECOMENDADAS<br />
PRISMAS LITERARIOS.<br />
ESTUDIOS HISTÓRICO-<br />
LITERARIOS<br />
Preguntarnos acerca de todo,<br />
cuestionarnos e indagar sobre la información<br />
que recae en nuestras manos es<br />
lo que nos hará personas capacitadas<br />
para levantar los pilares de un país, no<br />
sólo en lo cultural, sino en el conjunto<br />
de valores aptos para la verdadera democracia<br />
y respeto entre los individuos<br />
que conforman el mismo.<br />
<strong>El</strong> humilde trabajo que presento<br />
al lector es el resultado de estudios universitarios<br />
en torno a obras literarias y<br />
hechos históricos específicos. Puede<br />
servir como guía docente a aquellos alumnos de secundaria que pretendan<br />
tener una visión global de los temas que trato en esta obra; e incluso puede<br />
orientar al estudiante universitario, a modo de ejemplo, de lo que es la<br />
construcción de un comentario de texto e investigación histórico literaria<br />
de las distintas materias que trato en la misma.<br />
Este libro, a pesar de no mantener una línea hilada conforme a la<br />
historia, presenta escritos escogidos al azar, los cuales abordan un trayecto<br />
desde la Antigüedad helena, hasta nuestro cercano siglo XX. La mayor<br />
parte de los trabajos que se presentan profundizan en investigaciones españolas,<br />
aunque se pretende abrir al estudiante un amplio prisma que capture<br />
la influencia universalista con respecto a la historia y la literatura,<br />
que son las principales materias a tratar.<br />
Que sea esta humilde obra un motivo más para animar al estudiante<br />
a la investigación, y no se encierre en una obra determinada, sino<br />
que vaya más allá de sus hojas preguntándose el por qué y el cómo tal<br />
obra llegó a sus manos y vio la luz en un determinado momento de la historia<br />
de la humanidad; tratando estas cuestiones podrá abrirse a un uni-<br />
Página 13
verso de las letras que le pueden capacitar de grandes conocimientos, de<br />
los cuales ya se nutrieron grandes escritores que hasta día de hoy aparecen<br />
en los libros de texto.<br />
Francisco Javier González de Córdova<br />
Página 14
léenos<br />
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POEMA AL MUNDO<br />
LA LEYENDA NEGRA DE SANTIAGO APÓSTOL<br />
Y LA DEUDA DE LA HISTORIA<br />
<strong>El</strong> pasado 25 de julio, día de Santiago<br />
Apóstol, me hice una pregunta que quizás<br />
pocos se han hecho en su vida: ¿Por qué un<br />
Apóstol de Dios, gran ejemplo de moralidad,<br />
aparece tantas veces dibujado sosteniendo<br />
un sable y dando muerte a musulmanes?<br />
Otra pregunta vino a completar la anterior:<br />
¿Y por qué dichas pinturas hacen gala dentro de numerosísimas iglesias,<br />
sabiendo que uno de los mandamientos más predicados de la Ley de<br />
Dios es “no matarás”?<br />
Para contestarme a estas preguntas tuve que remitirme a los<br />
hechos históricos de la antigüedad, y me encontré, para mi alivio, la leyenda<br />
negra del Apóstol Santiago, que queda, para suerte del cristianismo,<br />
en mera leyenda y no en realidad, base de la historia. Antes que nada,<br />
uno debe acercarse al momento histórico del predominio de Mahoma,<br />
y cómo este nuevo profeta lleva la palabra de Dios con una perspectiva<br />
distinta a la Iglesia Católica, que va perdiendo territorios en el Viejo<br />
Mundo frente al nuevo movimiento religioso musulmán.<br />
Vamos a responder directamente a la cuestión que pretendemos<br />
tratar aquí. ¿Mató realmente Santiago a alguna persona, en este caso a<br />
algún musulmán? La respuesta es: No.<br />
Después de este gran alivio que habrán tenido, seguramente, los<br />
verdaderos cristianos, podemos seguir narrando qué sucedió a lo largo de<br />
la historia con respecto a esta persona, tan cercana a Jesucristo.<br />
Para empezar, sabemos que España se ha apoderado de la imagen<br />
de este Apóstol y lo ha nacionalizado. Ante todo, debemos quitarnos la<br />
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idea de que Santiago andaba por el país cantando el “yo soy español, español,<br />
español”. Antes de que hubiese existido este país, tras la muerte de<br />
Jesucristo, los apóstoles emprendieron la misión de propagar la palabra de<br />
Dios por los distintos puntos del mapa conocido. Santiago llegó hasta la<br />
Península Ibérica; se dice que pisó suelo gallego, y que a la altura de la<br />
actual Zaragoza vislumbró a la Virgen, madre de Jesús, tras su muerte.<br />
Santiago moriría en la Península Ibérica, pero no sería hasta muchos años<br />
después de su muerte cuando reconocerían su importancia y utilizarían su<br />
memoria para construir el estandarte por el cual animarían a los nuevos<br />
pueblos cristianos a alzarse en armas en pos de la conquista peninsular<br />
primero, para seguir con la conquista americana después.<br />
En una de las batallas importantes por el territorio (Clavijo, 844<br />
d. C.), Ramiro I de Asturias tuvo la excelente idea, a modo de propaganda<br />
de guerra durante la Segunda Guerra Mundial, de brindarle dicho<br />
triunfo al pobre Santiago Apóstol, ya fallecido siglos atrás. Y es que a uno<br />
no lo dejan descansar tranquilo. Según Ramiro I, la victoria “cristiana” fue<br />
posible gracias a la aparición del santo en el suelo de batalla. Ahí viene lo<br />
más perturbador de toda esta historia; sólo hay que imaginarse al santo<br />
animando a cortar cabezas del otro combatiente en nombre de Dios. Algunos<br />
aceptarán esta blasfemia, que adorna las iglesias católicas desde<br />
tiempos inmemorables. A otros les resultará una hazaña épica digna de la<br />
españolidad y el catolicismo, a pesar de la aberración de la historia que no<br />
conjuga en ningún momento con las Leyes de Dios o la moral digna de<br />
ningún pueblo.<br />
Este mito, quizás bello para algunos faltos de moral, deja una etiqueta<br />
poco favorable a un pueblo que no deja de estar en la boca del mundo<br />
internacional, que a día de hoy acepta en sus fronteras vallas de la<br />
muerte, e impide que puedan acceder fácilmente refugiados de otros países<br />
que sufren las masacres continuas de sus hermanos. Si han de limpiar<br />
su nombre, primero deben empezar corrigiendo los desastres provocados<br />
en la actualidad, pero sin olvidar limpiar el pasado que, a pesar del mito,<br />
aceptarlo implica autoetiquetarse no sólo como xenófobo, sino además<br />
como ignorante. Aún hay mucho por hacer.<br />
Página 17
¿Por qué, Santiago, te recuerdan como no fuiste?<br />
Tú, Apóstol consagrado de bondad grandiosa,<br />
hasta lejanas tierras tu legado llevaste,<br />
y te pagaron con sangre, la historia tediosa.<br />
¿Por qué, ni nunca heriste, te llaman “matamoros”?<br />
Imagen tienes de ser genocida en la tierra.<br />
Son las pinturas de la Iglesia con marcos de oro<br />
los que alaban tan lamentable imagen de guerra.<br />
Tú, pacífico, el quinto mandamiento te cuelgan,<br />
manipulación del clero; Dios no abre la puerta<br />
al traidor, a quien sus manos de sangre lo llenan,<br />
ni a quien anima a ensangrentar a su amada huerta.<br />
Con esas pinturas que te hicieron, se condenan,<br />
al pedir al pueblo de Dios matar en su nombre,<br />
¡terrible blasfemia!, para alzar al mal que adoran<br />
y oscurecer así al bello espíritu del hombre.<br />
Francisco Javier González de Córdova<br />
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Pifias<br />
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Hasta el próximo número