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Pease-Allan El lenguaje del-Cuerpo1

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En un estudio realizado con imágenes de caras de distintas personas, descubrimos que<br />

cuando en un contexto profesional poníamos gafas a una persona, los encuestados calificaban<br />

a dicha persona de estudiosa, inteligente, conservadora, educada y sincera. Cuanto<br />

más pesada era la montura, más probables eran este tipo de calificativos y poco importaba<br />

que se tratara de un rostro masculino o femenino. Esto podría deberse a que los líderes <strong>del</strong><br />

mundo de los negocios que llevan gafas utilizan monturas pesadas. Así pues, en el entorno<br />

profesional las gafas son una afirmación de poder. Las monturas al aire, pequeñas o finas<br />

transmiten una imagen sin fuerza y comunican que la persona que las lleva siente más<br />

interés por la moda que por los negocios. Y lo contrario se aplica a los contextos sociales,<br />

aunque lo que vendemos en estas situaciones es nuestra propia persona, bien sea como<br />

amigo o como pareja. Aconsejamos a la gente que ocupa puestos de poder que lleve gafas<br />

con monturas sólidas cuando tenga que tratar asuntos serios, como la lectura <strong>del</strong> presupuesto<br />

financiero, y que utilice monturas más ligeras cuando quiera transmitir la imagen de<br />

«tipo agradable» o de ser «uno más de los chicos».<br />

Tácticas de retraso<br />

Igual que sucede con los cigarrillos, la acción de llevarse la varilla de las gafas a la boca<br />

puede utilizarse para retrasar una toma de decisiones. Se ha descubierto que en las negociaciones<br />

este gesto se presenta frecuentemente hacia el momento final, cuando a la persona<br />

se le pide que tome una decisión. Quitarse y ponerse continuamente las gafas y limpiarlas es<br />

otro método que utilizan las personas que llevan gafas para ganar tiempo antes de tomar la<br />

decisión. Cuando el gesto aparece inmediatamente después de que se haya solicitado tomar<br />

una decisión, la mejor táctica a seguir es la <strong>del</strong> silencio.<br />

Los gestos que siguen a la señal de llevarse la varilla de las gafas a la boca indican la<br />

intención de la persona y permiten al negociador atento responder en consecuencia. Por<br />

ejemplo, cuando la persona vuelve a ponerse las gafas, suele significar que quiere volver a<br />

«ver» los hechos. Doblar las gafas y guardarlas indica la intención de terminar la conversación,<br />

y arrojar las gafas en la mesa significa rechazar simbólicamente la propuesta.<br />

Mirar por encima de las gafas<br />

Los actores de las películas de los años veinte y de los treinta utilizaban el gesto de mirar<br />

por encima de las gafas para representar, por ejemplo, a una persona crítica o juiciosa,<br />

como un profesor de una escuela pública inglesa. Muchas veces esa persona llevaría gafas<br />

sólo para leer y le resultaría más cómodo mirar a otra persona por encima de ellas en lugar<br />

de quitárselas. Pero quien se encuentre en el objetivo de esta mirada puede tener la sensación<br />

de que está siendo juzgado o examinado. La costumbre de mirar por encima de las<br />

gafas puede ser un error muy costoso porque la persona observada podría responder con<br />

gestos negativos como cruzarse de brazos o cruzarse de piernas, o con una actitud de discusión.<br />

Si lleva usted gafas, quíteselas para hablar y vuelva a ponérselas para escuchar.<br />

Esto no sólo relajará a su interlocutor, sino que le permitirá tener el control de la situación.<br />

La persona que escucha se verá rápidamente condicionada y entenderá que cuando usted se<br />

quita las gafas es su turno, y que cuando se las vuelve a poner le toca a ella hablar.<br />

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